
La Diócesis de Holguín recibió este viernes un donativo superior a las 44.000 libras de alimentos no perecederos procedentes de la Arquidiócesis de Miami, un envío que busca aliviar la situación de las comunidades orientales afectadas tras el paso del huracán Melissa.
El cargamento, compuesto por más de 20 toneladas métricas, se convierte en una de las ayudas más voluminosas que ha llegado recientemente a Cuba bajo gestión de instituciones religiosas, en un contexto marcado por una severa crisis económica y una creciente dependencia de donativos externos.
Representantes de la Iglesia viajan a Holguín para entregar la ayuda
La entrega del cargamento en el aeropuerto de Holguín estuvo encabezada por el padre José Joaquín Espino, rector del Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad en Miami, y la hermana Eva Pérez Puelles, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Ambos viajaron a Cuba para supervisar personalmente la recepción de la ayuda, reafirmando la cooperación entre la comunidad católica cubana en el exilio y las diócesis en la isla.
Los religiosos destacaron que la iniciativa fue organizada con rapidez a partir de las necesidades expresadas por las parroquias cubanas tras el paso del huracán, que dejó daños considerables en infraestructuras, viviendas, redes eléctricas y abastecimiento de alimentos.
Distribución compartida entre Holguín y Bayamo-Manzanillo
Aunque la Diócesis de Holguín es la receptora principal, la Iglesia informó que la mitad de las donaciones será trasladada a la Diócesis de Bayamo-Manzanillo, una de las regiones más afectadas por el impacto directo de Melissa. La decisión responde a un acuerdo interdiocesano para garantizar que la ayuda llegue a zonas rurales, comunidades aisladas y familias que se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Cáritas coordina la logística en un momento de alta demanda social
Cáritas Diocesana de Holguín será la encargada de organizar la clasificación, almacenamiento y distribución de los alimentos. La organización, que lleva años desempeñando un rol clave en la asistencia social ante la crisis económica, aseguró que implementará mecanismos de entrega directa para evitar demoras y garantizar que el apoyo llegue sin intermediarios a quienes más lo necesitan.
Según la institución, la demanda de ayuda humanitaria en la región ha aumentado drásticamente no solo por el impacto del huracán, sino también por la prolongada escasez alimentaria que afecta a la isla desde hace más de cuatro años.
Más organizaciones internacionales apoyan a Cuba
Además del cargamento enviado desde Miami, Cáritas confirmó que otras entidades internacionales han contribuido recientemente con donaciones monetarias y materiales, entre ellas la Soberana Orden de Malta, World Central Kitchen, congregaciones religiosas en América Latina, movimientos de solidaridad en Europa y comunidades católicas en Estados Unidos.
Estas ayudas constituyen un entramado de apoyo paralelo a las estructuras del Estado cubano y han sido fundamentales para sostener comedores comunitarios, módulos de alimentos y programas de apoyo a familias vulnerables en provincias como Holguín, Santiago de Cuba y Granma.
Un envío independiente de los fondos humanitarios anunciados por Estados Unidos
El artículo precisa que este donativo no guardia relación con los tres millones de dólares en ayuda humanitaria anunciados recientemente por el gobierno estadounidense para Cuba, fondos que serán canalizados a través de Catholic Relief Services (CRS). El envío desde Miami responde a una iniciativa autónoma de la Iglesia y de comunidades religiosas, no a programas gubernamentales de Washington.
El papel de la Iglesia en la asistencia social ante la falta de recursos estatales
La llegada de este cargamento confirma una tendencia creciente: la Iglesia, a través de sus distintas denominaciones, se ha convertido en uno de los principales canales de asistencia humanitaria en Cuba. La escasez de alimentos, medicinas y productos básicos ha obligado a muchas familias a depender cada vez más de ayudas gestionadas por parroquias, Cáritas y organizaciones cristianas en el exterior.
En varios municipios orientales, los templos han habilitado cocinas comunitarias, han creado redes de distribución casa por casa y han asumido tareas que normalmente corresponderían a instituciones gubernamentales, evidenciando el debilitamiento del sistema estatal de asistencia social.
Otras iglesias han formado parte de las ayudas también como por ejemplo la Iglesia Metodista que ha llevado asistencia mediante la entrega de alimentos y otros insumos esenciales, mientras que la Iglesia Bautista ha optado por acercarse directamente a las comunidades, repartiendo donativos de primera necesidad a las familias que enfrentan las peores dificultades.
El Gobierno cubano insiste en controlar la distribución
Pese a que estas organizaciones trabajan de forma independiente, el gobierno cubano ha reiterado su intención de supervisar la entrega de donativos. El presidente Miguel Díaz-Canel pidió recientemente ejercer “control popular” sobre todas las ayudas que ingresen al país, un llamado que se enmarca en un clima de desconfianza ciudadana por la falta de transparencia en procesos de distribución gestionados desde el Estado.
El temor a desvíos, retrasos o favoritismos ha motivado a muchos donantes internacionales a canalizar su ayuda exclusivamente a través de instituciones religiosas.
Impacto del huracán Melissa intensifica la urgencia alimentaria
El huracán Melissa afectó especialmente a municipios de Santiago de Cuba y Holguín, donde provocó derrumbes, inundaciones, incapacitación de vías de acceso y daños en cultivos ya golpeados por meses de escasez de insumos agrícolas.
En Songo-La Maya, Baltony y otras localidades, la Iglesia reportó familias sin acceso estable a alimentos, techos destruidos y redes eléctricas colapsadas, lo que aceleró los pedidos de ayuda humanitaria.
Un puente permanente entre el exilio y la isla
La llegada del cargamento desde Miami refuerza un puente solidario que se ha intensificado en los últimos años entre la comunidad católica del sur de Florida y las diócesis cubanas. Más allá del envío puntual de alimentos, las instituciones implicadas señalan que continuarán organizando nuevas colectas para sostener a las comunidades afectadas y responder a las necesidades emergentes en un país que enfrenta una de las crisis más profundas de su historia reciente.





