
Este viernes, un vuelo de repatriación trajo de vuelta a 130 migrantes cubanos desde Estados Unidos, quienes fueron deportados. La información fue proporcionada por el Ministerio del Interior (MININT) a través de sus redes oficiales, y el avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí.
Entre los que han regresado hay 106 varones y 24 féminas; de este grupo, cinco han sido enviados a entidades de investigación penal. Esto se debe a que al abandonar la nación estaban bajo libertad condicional, lo que complica aún más su situación legal según las leyes de Cuba, según indica el informe publicado en el sitio oficial Cubadebate.
Este vuelo forma parte de una serie de operaciones de deportación que se han llevado a cabo en el presente año que totalizan cinco con de 587 migrantes irregulares. No obstante, desde otros países se han registrado19 devoluciones. Durante la actual administración el primer vuelo se realizó el 23 de enero con 19 migrantes procedentes de Bahamas, el segundo el 27 de febrero con 104 deportados de EE.UU. Luego un tercer envío el 27 de marzo con 60 cubanos y 82 antillanos que regresaron desde este mismo país el pasado 24 de abril.
Las operaciones de retorno, como la realizada el 30 de mayo, son resultado de acuerdos y cooperación entre Cuba y otros países, en particular Estados Unidos. Este tipo de colaboración es fundamental para gestionar los flujos migratorios de manera ordenada y respetuosa de los derechos humanos.
Además, la cooperación regional permite coordinar esfuerzos para identificar a migrantes irregulares, brindar asistencia y garantizar su retorno seguro a sus países de origen. Estas acciones contribuyen a reducir la migración irregular y sus consecuencias negativas, tanto para los migrantes como para los países involucrados.
Sin embargo, la situación política y regional se vuelve cada vez más complicada. En abril, el presidente Donald Trump informó sobre la cancelación indefinida de las negociaciones migratorias con Cuba, las cuales se llevaban a cabo cada seis meses durante varios años.
Este propio viernes la Corte Suprema de EE.UU dio luz verde al gobierno de Donald Trump para revocar el programa de parole humanitario que beneficiaba a más de medio millón de ciudadanos venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos que fueron arribaron desde finales de 2022 hasta la actualidad a Estados Unidos y les permitía residir y trabajar de forma legal en el país.
La decisión, que tuvo en desacuerdo a las magistradas Ketanji Brown Jackson y Sonia Sotomayor, podría llevar a la deportación en gran escala de individuos que residen en Estados Unidos con un estatus temporal, sin requerir un examen particular de cada situación. Esta resolución señala el cierre de una iniciativa fundamental de la administración de Joe Biden, creada para aliviar la tensión migratoria en el límite sur y dirigir los movimientos migratorios mediante vías legales.
La isla sigue atravesando una grave crisis económica y social que ha llevado a miles de cubanos a abandonar sus hogares en busca de mayores oportunidades y una libertad plena que no han tenido desde que triunfó la revolución.