El embajador en funciones de EEUU en Cuba, Jeffrey DeLaurentis, asegura que las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba serán un proceso complejo y largo. Esto se debe al ruptura diplomática de más de medio siglo entre ambas naciones.
Temas difíciles y complejos faltan por llevar a la mesa, incluyendo las reclamaciones por la devolución del territorio de la base naval de Guantánamo, ocupado por Estados Unidos desde 1903. El abandono de leyes y políticas migratorias que estimulan la emigración de cubanos, y miles de millones de indemnización por los daños del embargo.
Por su parte Estados Unidos reclama 10 mil millones de dólares a Cuba por la nacionalización de empresas norteamericanas, tras la revolución de 1959.
DeLaurentis afirmó que se «registraron progresos significativos en las áreas de medio ambiente, agricultura, salud, aplicación de leyes, en los intercambios en materia de educación y cultura. Nada de esto hubiera sido posible sin el restablecimiento de nuestras relaciones diplomáticas».
Dentro de los avances se pudo observar restablecieron el servicio postal directo, compañías hoteleras y cruceros comenzaron a regresar a Cuba. A su vez se espera que para este año los viajes comerciales sean habilitados. DeLaurentis prevé «discusiones difíciles sobre temas sensibles como los derechos humanos y reclamaciones» en relación a diversas confiscaciones que Cuba protagonizó y reclama pérdidas derivadas del embargo estadounidense.
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