
Un inusual y preocupante hallazgo en el Aeropuerto Internacional de Miami encendió las alarmas de seguridad aérea y volvió a poner sobre la mesa el ingenio —y el riesgo— de las técnicas de contrabando.
Agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) interceptaron a un pasajero cubano que intentaba transportar 64 balas de punta hueca ocultas dentro de un envase de Nesquik sabor fresa, cuando se disponía a abordar un vuelo chárter con destino a Cuba.
El hallazgo: del peso sospechoso a la intervención de explosivos
El incidente se produjo durante la inspección rutinaria del equipaje facturado. Un envase aparentemente común de polvo para preparar bebidas despertó sospechas por su peso inusualmente elevado. Al pasar por el escáner de rayos X, el personal de seguridad detectó una anomalía en el interior.
“En lugar de una mezcla dulce de nostalgia, encontraron un guante lleno de 64 balas de punta hueca enterradas en un recipiente de sabor frutal ficticio”, dijo con sarcasmo el periodista cubano Mario Pentón en la publicación de Martí Noticias.
Tras abrir el recipiente, encontraron un guante de goma azul que contenía cuidadosamente las municiones, enterradas en el polvo rosado del producto. De inmediato, se activó el protocolo de seguridad para materiales peligrosos, incluyendo la intervención del equipo de manejo de explosivos para descartar la presencia de artefactos adicionales.
Reacción oficial con tono irónico
La TSA, conocida por documentar incidentes inusuales en sus redes sociales, describió el hecho con ironía: “En lugar de una mezcla dulce de nostalgia, encontraron un guante lleno de 64 balas de punta hueca enterradas en un recipiente de sabor frutal ficticio”.
Más allá de la frase ingeniosa, el organismo recordó que transportar municiones en equipaje facturado es legal en Estados Unidos solo si se declaran, embalan de manera segura y cumplen con las normas de la aerolínea. Ocultarlas dentro de un producto alimenticio constituye una grave violación de las regulaciones federales y puede acarrear sanciones penales.
Perfil del pasajero y reserva de información
Según fuentes cercanas, el pasajero que tomaría un vuelo chárter a Cuba portaba pasaporte cubano, tarjeta de residencia permanente en EE. UU. (green card) y vestía de rojo. Sin embargo, las autoridades no han revelado su identidad ni el destino específico del vuelo chárter hacia la isla. Tampoco se ha informado si fue arrestado formalmente o si enfrenta un proceso judicial antes de poder viajar.
Contexto legal: posibles delitos y sanciones
De acuerdo con la legislación estadounidense, ocultar munición para evadir los controles puede derivar en cargos por transporte ilegal de material regulado, falsedad en declaración ante autoridades federales e incluso intento de contrabando de armamento, dependiendo de la jurisdicción y el destino final.
En casos similares, las penas han oscilado entre multas elevadas y penas de prisión federal de hasta cinco años, especialmente si el material iba dirigido a un país sujeto a restricciones de exportación de armas, como es el caso de Cuba.
Contrabando creativo: una tendencia en aumento
Este no es un hecho aislado. La TSA y las autoridades de aduanas han reportado un aumento de casos en los que los viajeros recurren a métodos creativos para ocultar objetos prohibidos.
En un caso reciente en el Aeropuerto Intercontinental George Bush de Houston, agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) decomisaron a un pasajero cubano un frasco que contenía veneno de escorpión, transportado sin la documentación y permisos correspondientes. Estos incidentes refuerzan la necesidad de controles exhaustivos, incluso para artículos que aparentan ser inofensivos.
Seguridad aérea y advertencia a los viajeros
Las autoridades reiteraron que las regulaciones sobre transporte de municiones no son una mera formalidad, sino una medida crucial para proteger la seguridad de pasajeros y tripulación. Recordaron que cualquier intento de eludir la ley puede tener consecuencias graves, incluso para quienes aleguen desconocimiento de la norma.
“Nuestro objetivo es mantener la seguridad de los cielos. Los viajeros deben cumplir con las reglas, sin excepciones ni atajos”, enfatizó un portavoz de la TSA.