Una inspección parlamentaria realizada recientemente en Cuba ha destapado un panorama alarmante sobre la situación de la red aeroportuaria civil del país, en momentos en que el turismo es considerado clave para la recuperación económica. El informe, dado a conocer esta semana, revela que 19 de los 22 aeropuertos civiles de la isla presentan deficiencias graves que afectan tanto la seguridad operacional como la experiencia de los pasajeros, nacionales y extranjeros.
La revisión técnica incluyó instalaciones aeroportuarias en La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey y otros puntos del país. Los hallazgos son contundentes: desde pistas de aterrizaje gravemente deterioradas, hasta baños sin agua ni papel higiénico y tecnologías obsoletas que ralentizan los procesos migratorios y aduanales.
Pistas en estado crítico
Uno de los aspectos más preocupantes señalados en el informe es el estado físico de las pistas de aterrizaje. En aeropuertos regionales como Granma, Guantánamo y Las Tunas, las pistas presentan fisuras, baches y desgaste severo. La situación ha obligado a cierres parciales, reducción de horarios operativos e incluso desvío de vuelos a otras provincias.
“Existen pistas que no cumplen con los requisitos mínimos para operaciones seguras, lo que no solo pone en riesgo la integridad de las aeronaves y sus pasajeros, sino que también afecta directamente la conectividad aérea dentro del país”, señala el documento presentado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La consecuencia inmediata es la fragmentación de la red de vuelos domésticos, afectando tanto a los cubanos que necesitan viajar entre provincias como a turistas interesados en explorar distintas regiones de la isla.
Servicios básicos en condiciones deplorables
Otra de las aristas críticas expuestas es el deplorable estado de los servicios básicos en los aeropuertos. Durante la inspección, se constató que muchos baños están inoperativos por falta de agua corriente, presentan roturas en lavamanos y escasez de insumos como papel higiénico y jabón. Incluso las áreas VIP, que en teoría deberían ofrecer comodidad y atención diferenciada a los viajeros, están marcadas por la falta de mantenimiento, mobiliario deteriorado y un ambiente poco higiénico.
Pasajeros nacionales y extranjeros han manifestado en redes sociales y medios independientes su molestia por las malas condiciones, describiendo escenas de largas filas, calor excesivo por falta de climatización, y suciedad acumulada en las instalaciones.
“Los aeropuertos son la primera y última impresión que un visitante se lleva del país. No podemos pretender fomentar el turismo con terminales en semejante estado”, expresó un economista vinculado al sector turístico, quien prefirió no revelar su nombre.
Deficiencias tecnológicas
El informe también denuncia fallas graves en los sistemas tecnológicos que soportan la operación aeroportuaria. Las plataformas informáticas encargadas de gestionar los procesos migratorios y aduanales están obsoletas y presentan constantes averías. Esto provoca largos tiempos de espera para el control de documentos, la revisión de equipajes y el flujo de pasajeros, generando molestias y retrasos en las llegadas y salidas internacionales.
A esto se suma la débil conectividad a Internet en los aeropuertos, un problema que afecta no solo a los viajeros que buscan mantenerse conectados, sino también a las propias operaciones aeroportuarias, como el despacho electrónico de vuelos o la actualización de datos de pasajeros.
“La tecnología que tenemos es lenta, se cae constantemente y es muy antigua. Esto ralentiza el trabajo y provoca colas interminables”, comentó un trabajador del aeropuerto José Martí, bajo condición de anonimato.
Personal comprometido, pero sin recursos
Pese al sombrío panorama, el informe reconoce la dedicación y la disposición del personal aeroportuario para sacar adelante el servicio en medio de las dificultades. Sin embargo, también señala que la actitud positiva de los trabajadores no es suficiente para suplir la falta de recursos, la obsolescencia tecnológica y la carencia de insumos básicos.
“Hay mucho sacrificio y profesionalidad entre los trabajadores, pero sin inversiones ni materiales es imposible lograr un servicio de calidad”, subrayó el documento.
Un golpe al turismo y la economía
Las deficiencias detectadas en los aeropuertos llegan en un momento especialmente crítico para Cuba, cuyo gobierno apuesta por el turismo como una de sus principales fuentes de divisas. Tras el duro golpe de la pandemia de COVID-19 y las restricciones de viaje impuestas por Estados Unidos, el país intenta relanzar su industria turística, pero se enfrenta a un contexto adverso marcado por la falta de recursos, las sanciones internacionales y una crisis económica interna.
Expertos advierten que, de no resolverse estas deficiencias, la mala imagen que proyectan los aeropuertos podría disuadir a potenciales visitantes y agravar la caída de ingresos turísticos. Además, las dificultades operativas comprometen la logística de vuelos internacionales, afectando acuerdos con aerolíneas extranjeras y operadores turísticos.
“La infraestructura aeroportuaria es clave para el turismo. Si el viajero llega y se encuentra con baños sucios, colas interminables y pistas en mal estado, su experiencia será negativa y difícilmente recomendará el destino. Eso puede traducirse en menos vuelos, menos turistas y menos ingresos para el país”, explicó un consultor de turismo en La Habana.
Urge un plan estratégico
El informe concluye haciendo un llamado urgente a las autoridades cubanas para que implementen un plan integral de recuperación y modernización de los aeropuertos. Entre las recomendaciones destacan:
- Reparar y repavimentar pistas de aterrizaje prioritarias.
- Modernizar los sistemas tecnológicos para migración, aduanas y gestión de vuelos.
- Mejorar las condiciones de higiene y servicio en todas las terminales, incluidas áreas VIP.
- Garantizar el suministro de insumos básicos.
- Elevar los estándares de seguridad y confort para los pasajeros.
No obstante, la viabilidad de estas soluciones está condicionada por la profunda crisis económica que atraviesa el país, la escasez de divisas y la falta de acceso a financiamiento externo, factores que ponen en duda la posibilidad de ejecutar mejoras a corto plazo.
Mientras tanto, aeropuertos que deberían ser puertas de entrada y salida dignas para millones de pasajeros, siguen operando bajo condiciones precarias, marcadas por el deterioro y la falta de mantenimiento. La gran incógnita es si Cuba podrá superar estos desafíos y rescatar un sector vital para su economía antes de que el daño sea irreparable.