Un video compartido por una cubana residente en Miami ha puesto sobre la mesa un tema delicado y divisivo dentro de la comunidad migrante: ¿es realmente mejor la vida en Estados Unidos para todos los cubanos que deciden emigrar? En su publicación, la mujer expresa su frustración por las condiciones económicas y sociales que enfrenta desde su llegada al país, asegurando que “se vive peor que en Cuba”.
Vestida con ropa de trabajo y visiblemente agotada, la mujer cuenta su experiencia en un tono cargado de decepción y honestidad. Su mensaje no tardó en viralizarse, provocando una ola de reacciones encontradas, tanto de apoyo como de crítica, entre cubanos que también viven en EE. UU. y en la isla.
“En Cuba al menos uno tiene a su gente”
Una de las frases más contundentes del video resume su sensación de aislamiento: “En Cuba uno tiene a su gente. Aquí estás sola, y si no tienes con qué pagar, no hay quien te ayude”.
La cubana compara la vida en Miami con la que tenía en la isla, señalando que, aunque en Cuba hay escasez y dificultades, al menos existe una red social de apoyo que en EE. UU. no ha encontrado. Critica que en Estados Unidos todo cuesta dinero. «En Cuba se pasa trabajo igual, aquí lo pasamos aún peor que en Cuba, porque aquí si no pagas la renta no les importa que tengas niños y que no tengas, vas para la calle, si no tienes un peso para comer no le interesa a nadie», explicó la cubana.
“Los niños aquí no viven”
Otro aspecto que denunció fue la diferencia en la experiencia de la niñez. Aunque reconoce que en EE. UU. los menores tienen acceso a tecnología y mejores recursos, dice que viven limitados por el miedo. Para ella, la niñez en Estados Unidos se vive entre pantallas y encierro, a diferencia del ambiente comunitario y libre que recuerda de su infancia en la isla.
“Además de eso, súmale que aquí los niños no son felices para nada, de qué les vale tener un tablet, un televisor y un teléfono, no les vale nada, porque para ellos lo más importante es salir a jugar, es salir a divertirse con sus amiguitos, aquí a dónde va tu hijo, a ningún lado, por una sencilla razón, te lo secuestran. Así que por lo tanto sigo prefiriendo Cuba 100 porciento”, destacó.
La respuesta ante las críticas: “Trabajo como una mula”
La publicación generó una rápida reacción. Decenas de comentarios la acusaron de tener “mentalidad de mantenida” o de no haber sabido aprovechar las oportunidades que ofrece EE. UU. Algunos la invitaron incluso a regresar a Cuba si tanto la extraña. “Para qué te fuiste, regresa que los apagones te esperan”. “Qué bueno regrésate, tu problema es que no quieres trabajar y aquí trabajo sobra y con trabajo y dinero no tienes que pedirle nada a nadie». «Te acostumbraste a vivir sin pinchar. Vete y dale la oportunidad a otra persona con seso a venir”. “La gente quiere llegar y no pasar trabajo, todo tiene su proceso, este es un país para trabajar, progresar, pero como todo, lleva su tiempo, trabajo, sacrificio, y disciplina”, le cuestionaron varios usuarios.
Una usuaria desde la isla le recordó que en Cuba es más difícil tener acceso a los alimentos y nadie presta ni regala nada para poder tener para futuras ocasiones, así como reflexionó sobre la violencia en la isla en la que niños y personas mayores son víctimas. “Mijita dónde tú estás viviendo porque aquí también secuestran y matan niños y jóvenes y adultos mayores y de todas las edades y ya no se le puede pedir a nadie nada para cocinar porque nadie tiene y lo que pueden conseguir es tan poco que no le da la cuenta a nadie y aquí los niños no tienen un local seguro donde jugar porque todo esta o roto o cerrado por supuesta reparación y ni hablar de los parques que ya no existen», dijo la mujer.
En un segundo video, la mujer respondió con firmeza: “Desde que llegué no he parado de trabajar. Trabajo como una mula, pero no alcanza. Se va todo en renta, comida, gasolina”.
Se mostró indignada por lo que considera hipocresía entre quienes la critican. “Muchos de los que me atacan también hacen la fila para pedir ayuda, pero no lo dicen”, afirmó.
Una realidad común pero poco visibilizada
Su testimonio no es aislado. Organizaciones comunitarias en Miami y otras ciudades con gran presencia de emigrados cubanos reconocen que cada vez más personas enfrentan dificultades para adaptarse a la vida en EE. UU. sin el respaldo de una red familiar ni suficiente preparación profesional o dominio del idioma. No obstante, hay una buena cantidad de personas que no logra adaptarse porque están adaptadas a vivir de lo poco que da el régimen de La Habana y de las remesas de familiares.
No es menos cierto que el alto costo de vida en ciudades como Miami es uno de los principales desafíos para muchos inmigrantes, según el Departamento de Transporte de Florida, el alquiler promedio en Miami-Dade supera los $2,000 mensuales, mientras que los costos de alimentos, transporte y salud no dejan margen de ahorro para muchas familias recién llegadas. Pero, nada es comparado con la miseria en que viven los cubanos en la isla y sin oportunidades de mejorar.
Entre el sueño y el desencanto
El video ha generado un debate más amplio: ¿se sobrevalora el sueño americano sin mostrar el costo emocional y económico que implica? Mientras algunos defienden las oportunidades únicas que brinda EE. UU. —educación, libertad política y de expresión y progreso económico—, otros reconocen que la transición puede ser dura, sobre todo si no se cuenta con una red de apoyo o si las expectativas no se ajustan a la realidad.
“Uno viene con ilusiones, pero se da de frente con una vida que no te dijeron que era así”, expresó otro cubano en los comentarios. “No todos llegamos a comprar casa y carro en un año”.
Reflexión en la diáspora
La controversia ha puesto de relieve un tema silenciado entre la diáspora cubana: el derecho a expresar frustración sin ser acusado de traidor. Muchos migrantes, al igual que esta mujer, no buscan volver a Cuba, pero sí piden mayor comprensión hacia los desafíos que enfrentan.
Este caso no es solo la queja de una ciudadana desencantada, sino el reflejo de un fenómeno real: emigrar no siempre es sinónimo de mejorar, y el camino hacia una vida mejor, lejos de ser automático, puede estar lleno de obstáculos, soledad y lucha constante. No obstante, los testimonios de prosperidad y beneficios a corto y mediano plazo en el país de las oportunidades son mucho mayores que casos como el de esta cubana.