Indignación en Cuba tras polémicas declaraciones de la ministra de Trabajo quien niega la existencia de mendigos en la isla

Foto: Video de YouTube de 14yMedio y Alberto Arego

Las recientes declaraciones de la ministra de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, Marta Elena Feitó Cabrera, han encendido una intensa controversia en la isla, luego de que afirmara ante la Asamblea Nacional que en el país “no existen mendigos”, sino personas que, según ella, eligen simular esa condición para ganarse la vida de forma fácil, evitando la incorporación a empleos estatales o privados.

En su intervención, la funcionaria aseguró que quienes suelen verse pidiendo limosna en las calles, limpiando parabrisas en las esquinas o hurgando en los contenedores de basura, lo hacen por decisión propia y no debido a necesidades económicas reales. Para Feitó Cabrera, estas personas se encuentran en una situación que calificó como “vida fácil”, y llegó a describirlos como “deambulantes, borrachos o simuladores”, a quienes, además, acusó de violar regulaciones fiscales.


“Hemos visto personas aparentemente mendigos, cuando usted le mira las manos, cuando usted le mira las ropas que llevan esas personas están disfrazados de mendigos. No son mendigos, en Cuba no hay mendigos. Encontraron un modo de vida fácil para ganar dinero y no trabajar con las formalidades que corresponde”, dijo la ministra en una sesión del parlamento cubano.

Igualmente, Feitó calificó a esas personas que deambulan por las calles de «buscadores de una vida fácil» que después van a derrochar el dinero en cosas insignificantes. “Normalmente le decimos conducta deambulante a cualquier cosa. Por ejemplo, cuando hay una persona que está en la calle limpiando parabrisas (…) es una persona que ha buscado un modo de vida fácil, en un semáforo limpiando parabrisas, y posiblemente después con ese dinero lo que va es a tomar bebidas alcohólicas en la esquina», agregó la directiva.

Asimismo, no perdió un minuto para arremeter contra esas personas que buscan en la basura cualquier cosa que les permita hacer un dinero para poder comer. En ese sentido explicó que muchos de esos sujetos buscan materias primas para después revenderlas a los particulares que están violando el fisco.

Sus palabras han generado un amplio rechazo en distintos sectores sociales, que la acusan de falta de sensibilidad ante la creciente pobreza que golpea a miles de familias cubanas en medio de la profunda crisis económica que vive el país.

Cifras oficiales y realidad social en choque

La polémica cobra mayor relevancia si se contrastan las declaraciones de Feitó Cabrera con datos recientes de organismos independientes y del propio Gobierno. Según cifras del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), el 89 % de los hogares cubanos viven en situación de pobreza extrema, un dato alarmante que contradice cualquier idea de inexistencia de mendicidad.


Además, en febrero de este mismo año, la propia ministra había reconocido la existencia de 1 236 comunidades en situación de vulnerabilidad, precisando que el 96 % de los problemas sociales en esas zonas aún se encontraban en proceso de “transformación integral”, sin solución definitiva.

Por otro lado, el observatorio internacional DatoWorld ubicó recientemente a Cuba como el país más pobre de América Latina, con una tasa de pobreza superior al 70 % de su población.

Reacciones de economistas y figuras públicas

La respuesta a las declaraciones de la ministra no se hizo esperar. Una de las críticas más directas provino del reconocido economista cubano Pedro Monreal, quien, a través de sus redes sociales, expresó su incredulidad e ironizó: “Si hay disfrazados de mendigos, también hay disfrazadas de ministra.”

Monreal calificó el discurso gubernamental de “falto de empatía” y alertó que negar la existencia de la mendicidad no contribuye a resolver los graves problemas sociales del país, sino que los invisibiliza y, en última instancia, agrava la marginalización de las personas más vulnerables.

También se pronunció la locutora y comunicadora cubana Laritza Camacho, quien en un emotivo mensaje relató su experiencia directa al ver a ancianos, mujeres y niños viviendo en las calles en condiciones de extrema precariedad. Visiblemente conmovida, la locutora refutó las palabras de Feitó Cabrera: “No es disfraz, es pobreza. Lo que he tocado no es una estadística, es parte de la vida. Son seres humanos que duermen en portales, en bancos de parques, que huelen a miseria.”

El mensaje de Camacho ha sido ampliamente compartido en redes sociales y ha resonado con el sentir de muchos cubanos, quienes consideran que las declaraciones de la ministra reflejan una desconexión profunda de la realidad que se vive día a día en las calles.

Testimonios desde la calle

Mientras tanto, la realidad en las ciudades cubanas ofrece escenas que contradicen el discurso oficial. En La Habana, es común ver a personas mayores, muchas veces visiblemente enfermas o desnutridas, pidiendo dinero o alimentos en avenidas concurridas o a las puertas de establecimientos.

En redes sociales, cubanos han publicado fotografías y relatos sobre individuos que duermen en portales, improvisan camas en bancos de parques o buscan restos de comida en la basura. Muchos testimonios apuntan a adultos mayores, personas con discapacidades o familias completas que han quedado en la calle, víctimas de desalojos, pérdida de vivienda o la imposibilidad de sostenerse ante la subida incesante de los precios.

“Mi mamá no es borracha ni simuladora. Tiene 78 años, una pensión de 1 500 pesos (equivalente a menos de 10 dólares) y no le alcanza para comer. A veces va al Malecón a pedir algo para completar el mes”, relató una habanera en redes sociales, indignada por las palabras de la ministra.

Una economía en crisis

La controversia sobre la mendicidad ocurre en el contexto de una crisis económica sin precedentes. Tras años de sanciones, pandemia, caída del turismo y políticas económicas fallidas, la inflación ha erosionado gravemente el poder adquisitivo de los cubanos. Los salarios y pensiones resultan insuficientes para cubrir necesidades básicas como alimentación, transporte o medicamentos.

Los altos precios del mercado informal y la escasez de productos esenciales han empujado a miles de personas a situaciones extremas. Para muchos cubanos, la supervivencia depende de remesas enviadas por familiares en el exterior o de pequeños trabajos informales que, en ocasiones, caen en la ilegalidad según las normas estatales.

Organizaciones de derechos humanos advierten que negar la existencia de mendigos implica un riesgo adicional: dejar a las personas sin acceso a ayuda institucional ni programas sociales, pues su problemática simplemente se invisibiliza bajo el argumento oficial de que “no existen”.

Indignación social y llamados a la reflexión

Las palabras de Feitó Cabrera han abierto un nuevo frente de críticas al Gobierno, que para muchos parece cada vez más desconectado de las dificultades reales de la población.

“Negar la pobreza no la hace desaparecer. Lo que desaparece es la dignidad de los que más sufren”, comentó un usuario en Twitter, reflejando el sentimiento de indignación que se respira entre sectores de la sociedad cubana.

Mientras tanto, la controversia sigue creciendo. Para muchos ciudadanos, más allá del debate sobre las palabras empleadas por la ministra, el tema central es la urgencia de atender la pobreza real, con soluciones concretas y políticas públicas efectivas que eviten que más cubanos terminen en las calles, sin hogar ni esperanza.

En las aceras de La Habana y otras ciudades, las imágenes de personas durmiendo en portales o pidiendo limosna se mantienen como un testimonio silencioso y doloroso de que, aunque el gobierno lo niegue, la pobreza extrema y la mendicidad existen y son parte de la vida cotidiana de miles de cubanos.


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