
El escandalo sobre el uso de presos para la fabricación de muebles comenzó cuando a mediados de este año el diario «Frankfurter Allgemeine Zeitung» denuncio la practica de IKEA en los años 80. La empresa dijo que lamentaba profundamente que esto hubiera sucedido y los directivos dijeron además que desconocían esos detalles.
La investigación independiente fue realizada por la consultora independiente Ernst & Young a petición de la propia IKEA para esclarecer este hecho.






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