Una investigación independiente encargada por la propia compañía IKEA demostró que el fabricante de muebles sueco utilizo presos políticos cubanos al menos una vez como mano de obra barata. «La investigación concluye que el Grupo IKEA nunca tuvo relaciones comerciales a largo plazo con los proveedores en Cuba. No hay pruebas de que haya sido consciente de la posible utilización de los presos políticos en Cuba» dijo IKEA en un comunicado aunque admitió que al menos una vez se realizaron muestras de producción con presos de la isla.
El escandalo sobre el uso de presos para la fabricación de muebles comenzó cuando a mediados de este año el diario «Frankfurter Allgemeine Zeitung» denuncio la practica de IKEA en los años 80. La empresa dijo que lamentaba profundamente que esto hubiera sucedido y los directivos dijeron además que desconocían esos detalles.
La investigación independiente fue realizada por la consultora independiente Ernst & Young a petición de la propia IKEA para esclarecer este hecho.
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