La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos ha eliminado un requisito clave que hasta ahora servía como filtro previo en los operativos migratorios: la “hoja de operaciones de campo” (Field Operations Worksheet, FOW). Esta decisión, tomada bajo la administración de Donald Trump, ha despertado inquietudes entre organizaciones de derechos humanos, abogados de inmigración y comunidades migrantes, que temen un aumento de las redadas arbitrarias en todo el país.
Qué era la hoja de operaciones
La FOW era un formulario interno que los agentes debían completar antes de realizar cualquier arresto. Incluía información detallada del objetivo: nombre, dirección, descripción física, historial migratorio, posibles antecedentes penales y otros elementos que justificaban la acción.
Con su eliminación, los agentes ya no tienen la obligación de documentar por escrito estas verificaciones previas, lo que, según expertos, debilita la transparencia de los operativos y facilita actuaciones más improvisadas.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) argumenta que la medida busca simplificar procesos y que la información seguirá registrándose a través de una plataforma digital. Sin embargo, funcionarios críticos señalan que esa digitalización ya existía, por lo que la supuesta “modernización” no justifica eliminar un protocolo que funcionaba como control administrativo.
Riesgos denunciados por los críticos
Las principales preocupaciones expresadas son:
- Redadas masivas y poco planificadas: al eliminar pasos previos, se amplía la discrecionalidad de los agentes.
- Detenciones arbitrarias: aumenta el riesgo de arrestar a personas sin historial criminal ni orden de deportación vigente.
- Perfilamiento racial: comunidades latinas y de otras minorías podrían ser blanco de operativos indiscriminados.
- Exposición legal para los agentes: sin documentación clara de cada caso, podrían multiplicarse demandas por arrestos irregulares o uso indebido de la fuerza.
- Menor coordinación táctica: la falta de registros detallados dificulta la cooperación con otras agencias de seguridad.
«Había una razón para ir por Pedro y no por Juan. Ahora están interesados en números, y si te interesan los números, haces cosas como deambular haciendo perfilamiento racial», explicó Scott Shuchart, exdirector asistente de ICE.
Durante más de una década y media, los agentes de inmigración debían completar una hoja previa a cada operativo. En ella se consignaban datos esenciales: desde el nombre y la descripción física del objetivo hasta su domicilio, historial laboral, situación migratoria y antecedentes penales.
Ese documento no era un simple trámite burocrático. Servía como respaldo de la intervención, alertaba si la persona podía estar armada y se convertía en un registro clave en caso de futuras apelaciones judiciales.
Sin embargo, la práctica llegó a su fin antes del verano. La directiva vino desde la cúpula del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que argumentó que la conocida FOW —por sus siglas en inglés— no era más que una “pérdida de tiempo”.
Contexto político: la era Trump y la presión por arrestos
El cambio ocurre en un momento en que la Casa Blanca ha endurecido su política migratoria. Reportes apuntan a que Stephen Miller, subjefe de gabinete de Trump, presionó en mayo a las oficinas de ICE para aumentar el número de arrestos, incluso con la advertencia de que los directores regionales podrían ser despedidos si no cumplían las metas.
En este escenario, la eliminación de la FOW se interpreta como una señal de que las redadas serán más frecuentes y menos reguladas, privilegiando las cifras de detenciones por encima de la calidad de las investigaciones.
Ciudades bajo la lupa
Ya se han registrado operativos en Los Ángeles y Washington D.C., descritos por testigos como abruptos y masivos. Abogados y activistas anticipan que el patrón se repetirá pronto en urbes como Chicago y Boston, con especial atención a comunidades de alta concentración migrante.
Consecuencias sociales y comunitarias
El temor se ha instalado en barrios de inmigrantes, donde muchas familias evitan salir de sus casas, asistir a consultas médicas o incluso denunciar delitos por miedo a cruzarse con ICE.
Para la jurista Julia Toro, reconocida experta en derecho migratorio, el cambio abre la puerta a abusos. Según explicó, los agentes están efectuando arrestos sin una investigación previa que los respalde. “No es como si [los agentes] supieran a quién están deteniendo. Son detenciones arbitrarias”, denunció.
Defensores advierten que estas medidas socavan la confianza entre la población migrante y las instituciones públicas, lo que puede repercutir en la seguridad general, pues muchas personas dejarán de colaborar con la policía o de reportar crímenes.
El exjefe de abogados de ICE en Dallas, Paul Hunker, destacó que las hojas de operación cumplían una función clave: documentaban posibles riesgos y servían como justificación ante un juez en caso de que se empleara la fuerza. “Sin ese registro, aumenta la vulnerabilidad legal de los agentes”, explicó.
Antecedentes históricos
No es la primera vez que ICE es criticada por la falta de controles internos. Durante la administración Obama, se intentó implementar criterios más estrictos para focalizar los operativos en personas con antecedentes criminales. Sin embargo, con Trump de vuelta en la Casa Blanca, la estrategia parece orientarse nuevamente hacia una política de detención masiva.
Un futuro incierto
Para abogados especializados, la eliminación de la hoja de operaciones es más que un cambio burocrático: representa un giro estructural hacia una política migratoria más agresiva. La medida deja a miles de familias en un estado de vulnerabilidad y refuerza la percepción de que ICE actúa con cada vez menos límites.
Lo que para el gobierno es una “simplificación administrativa”, para las comunidades migrantes puede convertirse en una etapa de redadas masivas, mayor miedo y menor acceso a derechos básicos.