Según informó el diario británico ‘Mirror’, Gary Byrne, ex-empleado del Servicio Secreto de EE.UU., ha sugerido que, tras abandonar la ceremonia del 11 de Septiembre el domingo pasado, Hillary Clinton presentó síntomas de una convulsión.
Byrne, que estuvo 29 años en el Servicio y entre otros fue encargado de la seguridad de la propia Clinton, ha analizado para el periódico la grabación, que muestra el desmayo de la candidata demócrata a la Presidencia de EE.UU. Byrne ha observado que «la postura de Clinton es muy rígida, ella está casi sobre sus talones y la cabeza muy erguida».
Según Byrne, uno de los dos empleados, que está en frente, «claramente está todavía sujetando a Clinton».
«El jefe, el hombre calvo, pasa en frente de Clinton», ha observado Byrne, explicando que «normalmente el jefe de los escoltas nunca caminaría en frente de los protegidos mientras entran en un vehículo, ya que así bloquearían su paso».
El exagente secreto ha destacado que «lo está haciendo porque sabe que Clinton no puede moverse por sí misma».
El comportamiento hábil del servicio de seguridad de Hillary Clinton «sugiere que sabían que algo estaba muy mal respecto a su salud y ya estaban preparados» para tratarlo, ha concluido el exagente.
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