En apenas 46 días, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) ha logrado recaudar más de 24,8 millones de dólares, tras la implementación de un fuerte aumento de tarifas en sus servicios de voz, datos y otros productos de conectividad. Así lo confirmó el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz en el Quinto Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en medio de un complejo escenario económico marcado por inflación, escasez y una dolarización parcial que sigue dividiendo a la sociedad cubana.
El incremento de tarifas, que entró en vigor a finales de mayo, elevó significativamente los costos de navegación por internet, llamadas nacionales e internacionales, y servicios de mensajería. Según datos oficiales, el promedio diario de ingresos de la empresa estatal asciende a unos 540.000 dólares. No obstante, proyecciones del propio gobierno señalan que, si este ritmo se mantiene, los ingresos anuales de ETECSA llegarían a alrededor de 190,4 millones de dólares, por debajo de los más de 200 millones de dólares recaudados en períodos previos a la subida de precios.
Objetivos declarados: infraestructura y divisas
Durante la presentación de estas cifras, el primer ministro Manuel Marrero Cruz explicó que los ingresos extraordinarios generados tras el aumento de tarifas se destinarán, principalmente, a la recuperación gradual de infraestructuras tecnológicas y a la expansión de capacidades en moneda extranjera. Marrero aseguró que ETECSA está llamada a desempeñar un papel clave en la sostenibilidad de la política económica del país, que prioriza la obtención de divisas ante las restricciones impuestas por las sanciones estadounidenses y las dificultades para acceder a financiamiento internacional.
“El sector de las telecomunicaciones necesita inversiones constantes. Sin divisas no es posible sostener ni ampliar los servicios que ETECSA brinda, ni garantizar la modernización de sus redes,” subrayó el primer ministro, defendiendo la medida como “necesaria para la soberanía tecnológica de Cuba”.
Dolarización parcial y desigualdad
Los ingresos de ETECSA se insertan en la estrategia de dolarización parcial que el gobierno viene consolidando desde hace varios años, y que ha profundizado la dualidad económica en la isla. Actualmente, se impulsan iniciativas como:
- Autofinanciamiento en divisas para empresas estatales.
- Cobro en dólares o monedas libremente convertibles (MLC) a entidades extranjeras que operan en el país.
- Pagos en efectivo o a través de tarjetas prepagadas en divisa para acceder a servicios y productos específicos, incluidas tiendas minoristas.
- Remuneraciones en divisas para productores vinculados a la exportación.
Estas medidas, aunque concebidas para aliviar la crisis de liquidez, han provocado fuertes críticas por consolidar un sistema de acceso desigual a bienes y servicios. Para amplios sectores de la población que perciben salarios en pesos cubanos —afectados por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo—, servicios básicos como internet y telefonía se han vuelto prohibitivos tras el tarifazo.
Crece el malestar popular
La subida de precios aplicada por ETECSA ha generado una ola de inconformidad tanto dentro de la isla como en la comunidad cubana en el exterior. Usuarios en redes sociales y foros digitales han calificado el aumento de “abusivo” e “insostenible”, al no corresponderse con la calidad de los servicios, marcada por frecuentes caídas de la red, baja velocidad de conexión y dificultades técnicas.
“Es un robo descarado. Cada vez nos quitan más y el internet sigue lento o se cae en el momento menos oportuno. ¿Dónde están las inversiones que prometen?” cuestionó Rosa, una usuaria habanera, en comentarios publicados en plataformas digitales.
En paralelo, varios grupos de la diáspora cubana han intensificado sus campañas para dejar de financiar al régimen a través de ETECSA, desalentando las recargas telefónicas y los paquetes de datos que constituyen una fuente relevante de ingresos en divisas para el gobierno cubano. Argumentan que cada dólar enviado a través de servicios de telecomunicaciones contribuye a sostener un sistema que restringe las libertades y reprime la disidencia.
Transparencia en entredicho
Aunque el gobierno ha reiterado que los fondos recaudados serán destinados a mejorar la infraestructura tecnológica y a expandir servicios, expertos y ciudadanos cuestionan la falta de transparencia sobre el uso real de esos recursos. El escepticismo se ha acentuado porque, pese a incrementos tarifarios previos, la calidad de los servicios de ETECSA sigue siendo motivo de quejas constantes.
“Se nos dice que es para modernizar redes, pero pasan los años y seguimos en lo mismo. No hay rendición de cuentas, y ETECSA sigue siendo un monopolio cerrado y sin competencia,” opinó un economista cubano radicado en el extranjero, bajo condición de anonimato.
Escenario incierto
Las cifras confirman que, aunque ETECSA logra ingresos significativos, no alcanza todavía los niveles de recaudación que tenía antes de la subida de precios, lo que pone en duda la eficacia de la medida para solucionar las tensiones financieras del sector. Además, el contexto económico general del país, con inflación elevada, escasez de productos básicos y una población cada vez más empobrecida, complica cualquier proyección de estabilidad.
Mientras tanto, el malestar social crece y el acceso a internet —vital no solo para la comunicación personal, sino también para actividades económicas, educativas y profesionales— se convierte en un lujo reservado para quienes tienen acceso a dólares o ayuda del exterior. Para muchos cubanos, el tarifazo de ETECSA se ha convertido en otro símbolo de las desigualdades que atraviesan la sociedad y de la difícil situación económica que parece no tener fin.