Los ciudadanos de Estados Unidos pueden viajar a Cuba pero solo están autorizados a hacerlo bajo 12 específicas categorías y en ninguna se incluyen actividades recreativas o turísticas.
La Habana se llena todos los días con de estadounidenses, desde la barra del Floridita, donde posan en fotos con un busto del escritor Ernest Hemingway, al Museo del Ron, donde beben muestras tragos de ron según reporto la revista estadoundiense Life.
«El 36 por ciento de los visitantes estadounidenses desde que el presidente Barack Obama y el general cubano, Raúl Castro, anunciaron un deshielo en las relaciones, incluye a muchos viajeros que dejan de lado las reglas establecidas sin pagar las consecuencias» dijo la revista.
Algunos vuelan a Cuba desde México o las Bahamas. Otros van por su cuenta desde los EE.UU. sin mucha preocupación de que nadie va a comprobar con exactitud el motivo de su viaje.
Obama con las nuevas regulaciones facilito a los estadounidenses saltarse las normas al no tener que dar detalles sobre el itinerario del viaje o de las actividades que se realizan.
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