Empresaria estadounidense millonaria vende todos sus bienes y opta por vivir en una casa rodante en Florida

Con el objetivo de dar riendas sueltas a sus deseos y de lograr una mayor libertad y paz mental, la empresaria estadounidense Caitlin Pyle, de 36 años, residente de Orlando, Florida, decidió abandonar su lujosa mansión y vivir en una furgoneta Mercedes Sprinter.

Esta mujer, quien logró acumular una fortuna ascendente a 4 millones de dólares debido a las ganancias obtenidas con su empresa de corrección de textos, optó por un estilo de vida más humilde ganando un presupuesto diario que oscila entre los 20 y 30 dólares.


Tras su divorcio, ocurrido en el 2019, Pyle sufrió un período de estrés crónico y de gran agotamiento, que la impulsó a buscar nuevas experiencias. En declaraciones ofrecidas a New York Post, expresó: «Este modo de vivir está mucho más alineado conmigo», resaltando el crecimiento personal y la confianza que ha alcanzado como resultado de este cambio tan radical.

La empresaria vendió todos sus bienes, incluyendo su negocio y ello le permitió adquirir ingresos millonarios. Sin embargo, invirtió parte de estos en comprar la mentada furgoneta, a la cual dotó de todas las comodidades necesarias como una cocina personalizada, gastando un total de 190,000 dólares.

Luego de culminar dicho proceso de innovación, se dedicó a viajar por diversas ciudades de la nación norteña, insertándose en el movimiento del nomadismo digital. Al respecto manifestó: «Mi vida es como una aventura que yo elijo», expresión que refleja su inmensa satisfacción con esta nueva etapa de su desarrollo como ser humano.

Antes de convertirse en una nómada digital y trabajar de forma remota, Pyle se encargaba del mantenimiento de una propiedad de ocho pisos con 18 habitaciones, una misión que le causó una gran presión financiera y un profundo cansancio emocional.

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En tal sentido alegó: «Cuidar la casa se convirtió en un trabajo de tiempo completo», señalando a su vez como el hecho de residir sola en una mansión afectaba notablemente su estado de ánimo. No obstante, su diagnóstico de estrés crónico constituyó el detonante de su transición a un estilo de vida enfocado en el autocuidado y el bienestar emocional.

Para explicar mejor la compleja situación que atravesó, refirió: «Mi cerebro y mi cuerpo simplemente se quedaron sin recursos. Necesitaba descansar».

Su firme propósito de reiniciar su vida bajo otros principios pone de relieve su valentía. Actualmente, Caitlin disfruta de la exploración de los diferentes estados de su país, desde Alabama hasta sitios ubicados en Florida y Nashville, llegando incluso a escalar montañas, vivencias totalmente desconocidas para ella.

Optar por una vida en la carretera le ha permitido no solo materializar sus sueños de viaje, sino también desarrollar su negocio de coaching de vida de forma remota. La existencia de aplicaciones de camping y paneles solares, han propiciado la creación de un espacio laboral improvisado en distintos lugares al aire libre.

A pesar del recorte considerable de su presupuesto diario, Caitlin destacó sentirse realizada emocionalmente. En tal sentido reveló a Daily Mail: «Ahora vivo con 20 a 30 dólares por noche, y estoy llevando la vida que siempre quise vivir».

La historia de Caitlin Pyle es un testimonio de que tener valiosos recursos económicos no garantiza la felicidad, así como de la necesidad de emprender un nuevo camino cuando está en juego el bienestar emocional, aunque el cambio implique asumir ciertas limitaciones en el orden material. Además, demuestra la posibilidad de vivir a plenitud sin lujos ni grandes comodidades.


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