EE.UU. rechaza la petición de reunificación familiar a joven cubano tras nueve años de espera: “Es muy triste»

Después de casi una década de trámites, ilusiones y sacrificios, un joven cubano ha visto desmoronarse su sueño de reencontrarse con su padre en Estados Unidos. Su caso, marcado por largas demoras burocráticas y una polémica decisión migratoria, ha encendido el debate sobre la coherencia del sistema de inmigración estadounidense y el trato que reciben los solicitantes que eligen la vía legal para emigrar.

“Es muy triste, después de tantos años de espera y de hacer todo de forma legal, que te respondan así. Lo único que te dicen es que le tomes una foto al papel y lo envíes al abogado, que él sabrá qué hacer si esas medidas llegan a eliminarse en el futuro”, comentó el afectado residente en San Miguel del Padrón según un comentario que envió al periodista cubano Mario. Pentón por Facebook.


La solicitud de reunificación familiar fue presentada en 2016 por el padre del joven, residente permanente en EE.UU. El beneficiario encajaba en la categoría F2B, destinada a hijos solteros mayores de 21 años. Durante años, el expediente avanzó lentamente por los canales migratorios, enfrentando demoras que se intensificaron tras la reducción de servicios consulares en La Habana y la reubicación de los trámites hacia terceros países.

Cuando finalmente le fue asignada una entrevista en la Embajada de EE.UU. en La Habana en 2025, la familia creyó que la espera llegaba a su fin. Pero el desenlace fue devastador: la visa fue denegada en base a la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, aplicada mediante una proclama presidencial firmada por Donald Trump, que aún no ha sido revertida por la administración actual.

Sin explicaciones claras ni vías de apelación

En la entrevista, el joven no recibió una justificación detallada. Los funcionarios consulares solo entregaron una hoja en la que se indicaba que no calificaba para la visa debido a restricciones impuestas por la categoría migratoria, sin más información. Le sugirieron remitir el documento a su abogado “por si en algún momento estas medidas son revertidas”.

La falta de transparencia y la imposibilidad de apelar la decisión de inmediato han sumido a la familia en la incertidumbre. “Durante nueve años hicimos todo lo que el sistema nos pedía: esperar, pagar, cumplir. Y ahora nos dan la espalda sin ni siquiera una explicación clara”, declaró el padre desde EE.UU., visiblemente afectado.

Una situación que no es aislada

Este caso se suma al de decenas de familias cubanas que denuncian haber recibido respuestas similares en las últimas semanas. Muchos de ellos habían sido aprobados preliminarmente, cumplieron con todas las exigencias migratorias y esperaron durante años por una cita. En todos los casos, la respuesta parece estar vinculada a restricciones impuestas durante el gobierno de Trump, que limitó el ingreso de ciertos grupos migratorios por razones de “seguridad nacional”.


En redes sociales, la indignación se ha traducido en campañas como #CastigadosPorSerLegales, donde los afectados cuestionan que se privilegie a quienes ingresan irregularmente y obtienen beneficios bajo medidas humanitarias, mientras se rechaza a quienes optaron por la vía institucional.

 “Nos pidieron hacer todo legal, esperar nuestro turno, pagar tasas… y ahora nos dan la espalda”, dijo una madre cubana que desde el 2016 está esperando reunirse con su hijo.

“No somos terroristas, somos matrimonios queriendo unirse después de años de separación, aferrados a una videollamada y niños que anhelan poder vivir con sus padres”, dijo otra usuaria identificada como Jacqueline Borrego.

Contradicciones en el discurso migratorio

El gobierno de EE.UU. ha reiterado en múltiples ocasiones su compromiso con una “migración segura, ordenada y legal”. Sin embargo, casos como este revelan una desconexión entre el discurso oficial y la realidad de miles de migrantes que cumplen con los requisitos legales pero se ven excluidos del sistema sin alternativas.

Expertos migratorios han señalado que las proclamaciones presidenciales como la Sección 212(f), si bien son legales, deberían ser revisadas periódicamente para no afectar a familias completas por políticas del pasado. “No se puede construir una política migratoria humana sobre la base del silencio, la ambigüedad y la demora eterna”, expresó una abogada de inmigración consultada.

Un drama humano sin final claro

El joven cubano, que ahora debe regresar a casa tras casi una década de espera, enfrenta un futuro incierto. Su padre, quien había preparado todo para recibirlo en Estados Unidos, asegura que no perderá la esperanza, pero lamenta profundamente que el sistema haya fallado.

“Nos enseñaron que la manera correcta era respetar las leyes. Pero en este caso, la ley nos ignoró. Y eso es lo más doloroso”, concluyó.

El caso refleja una dura realidad que afecta a miles de familias cubanas: la reunificación, lejos de ser un derecho garantizado, se ha convertido en una lotería donde la paciencia y la legalidad no siempre son recompensadas.


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