EE.UU. podría flexibilizar las restricciones sobre líquidos en el equipaje de mano: se anticipan cambios en los aeropuertos

TSA en EE.UU. Foto: Video de YouTube de Noticias Telemundo

Una de las normas más estrictas que ha regido los viajes aéreos desde mediados de los años 2000 podría estar a punto de cambiar. Las autoridades de Estados Unidos, a través del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), se encuentran evaluando la posibilidad de permitir que los pasajeros transporten mayores cantidades de líquidos en su equipaje de mano, un cambio que marcaría una transformación significativa en los procedimientos de seguridad aeroportuaria.

Actualmente, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) prohíbe a los pasajeros ingresar al avión con envases que contengan más de 100 mililitros (3.4 onzas) de líquidos, geles o aerosoles. Todos los recipientes deben estar guardados dentro de una bolsa de plástico transparente con cierre, con capacidad máxima de un litro, y ser presentados por separado en los controles de seguridad. Esta política fue implementada en 2006 como respuesta a una amenaza terrorista descubierta en el Reino Unido, en la que se planeaba utilizar explosivos líquidos a bordo de varios vuelos transatlánticos.


Sin embargo, casi dos décadas después, las autoridades consideran que los avances tecnológicos permiten reevaluar estas limitaciones. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, declaró que el gobierno estadounidense trabaja en lo que describió como “un gran anuncio” que haría los viajes aéreos más cómodos y eficientes. Aunque no se han revelado todos los detalles, sus declaraciones apuntan a una revisión de las restricciones sobre líquidos.

“Estoy cuestionando los líquidos. Así que ese podría ser el próximo gran anuncio sobre cuál es la cantidad de líquidos. En la TSA, hemos implementado un proceso de revisión en múltiples capas que nos permite cambiar parte de cómo llevamos a cabo las labores de seguridad y control para que siga siendo seguro”, señaló Noem en una conferencia reciente.

Según fuentes cercanas al DHS, el plan incluiría el uso extendido de escáneres de tomografía computarizada (CT), que permiten a los agentes de seguridad obtener imágenes tridimensionales de las maletas, facilitando la detección precisa de sustancias peligrosas sin necesidad de retirar líquidos o dispositivos electrónicos.

Estos escáneres ya se han probado con éxito en varios aeropuertos internacionales de Europa y en algunos puntos de control de EE.UU., como en los aeropuertos de Atlanta y Chicago. Su implementación más generalizada permitiría relajar las restricciones sin poner en riesgo la seguridad aérea, lo que también podría reducir las largas filas y agilizar el proceso de inspección.

La medida aún está bajo estudio, y se espera que en los próximos meses se realicen pruebas piloto en aeropuertos seleccionados antes de implementar un cambio generalizado. De concretarse, el nuevo protocolo permitiría a los pasajeros llevar botellas de agua, productos de higiene personal y otros líquidos en cantidades superiores a las permitidas actualmente, eliminando uno de los aspectos más frustrantes del control de seguridad para muchos viajeros.


Organizaciones de defensa del consumidor han celebrado la posibilidad de este cambio. “Durante años, los pasajeros han tenido que tirar productos caros en los controles o verse forzados a facturar maletas innecesariamente solo por llevar una crema o una bebida. Esta modificación representa una mejora para la experiencia del viajero”, expresó un vocero de Travelers United, una asociación nacional de usuarios del transporte.

Por ahora, la TSA mantiene vigentes las regulaciones actuales y recomienda a los viajeros seguir cumpliendo con la norma del límite de 100 ml por envase. Se espera que, en caso de aprobarse, la nueva medida sea comunicada de forma clara y progresiva, con tiempo suficiente para que las aerolíneas, los aeropuertos y los usuarios puedan adaptarse.

Este posible cambio se inscribe dentro de un contexto más amplio de modernización de los sistemas de seguridad aeroportuaria en Estados Unidos, que busca un equilibrio entre protección y eficiencia, apoyándose en herramientas tecnológicas avanzadas. Para los millones de pasajeros que viajan anualmente por el país, la posibilidad de llevar más líquidos consigo sin contratiempos representaría una mejora tangible en su experiencia de vuelo.

Recientemente las autoridades anunciaron una nueva política de seguridad aeroportuaria que permite a los pasajeros mantener puestos sus zapatos durante los controles, eliminando así una de las medidas más impopulares impuestas tras los atentados del 11 de septiembre. La decisión fue anunciada recientemente por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en coordinación con la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), y ya está vigente en varios aeropuertos del país.

La regla de quitarse los zapatos en los filtros de seguridad se implementó en 2006 como respuesta al intento de atentado con explosivos ocultos en el calzado por parte de Richard Reid en 2001. Desde entonces, la medida se convirtió en un estándar para todos los viajeros en vuelos comerciales. Sin embargo, con el avance de la tecnología y el uso de escáneres más sofisticados —como los equipos de tomografía computarizada (CT)—, las autoridades consideran que ya no es necesario continuar con esta práctica en la mayoría de los casos.

Según el DHS, los nuevos equipos permiten detectar materiales explosivos y otros objetos peligrosos dentro del calzado sin necesidad de que los pasajeros se los retiren. Esto representa un paso importante hacia una experiencia más fluida y cómoda en los aeropuertos, sin comprometer la seguridad. La medida también busca reducir los tiempos de espera en los puntos de control, especialmente en horarios de alta afluencia.


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