Debate en el exilio cubano: José Daniel Ferrer respalda las declaraciones de Otaola: “Me parece justo, necesario y correcto que se ayude a las víctimas de tan destructivo fenómeno natural»

El opositor cubano José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), intervino este martes en la creciente polémica desatada por las declaraciones del presentador Alexander Otaola sobre el envío de donaciones desde el exilio hacia la isla tras el paso del huracán Melissa. A través de un mensaje difundido en Facebook, Ferrer manifestó su respaldo a Otaola, enfatizando que lo que realmente importa son “los hechos y no las palabras”.

El expreso político escribió un texto en el que aclara que no ha visto las declaraciones de su compatriota, pero deja un mensaje claro sobre lo que considera sobre la ayuda humanitaria. “Me parece justo, necesario y correcto que se ayude a las víctimas de tan destructivo fenómeno natural, pero lo más justo, necesario y correcto es comenzar por quienes además de sufrir los daños ocasionados por el huracán Melissa, sufren la persecución implacable de la tiranía castrocomunista”, escribió, subrayando que le consta el compromiso del influencer con la causa de los presos políticos y con las familias afectadas por la represión del régimen.


Con su declaración, Ferrer buscó frenar la ola de críticas que surgieron en redes sociales contra el presentador radicado en Miami, tras sus cuestionamientos a las campañas de envío de alimentos a Cuba.

Ferrer: “Otaola ha sido solidario con los más sufridos”

En su publicación, aseguró además que Otaola ha sido “un aliado constante de las causas humanitarias” y que ha demostrado con hechos su apoyo a los más vulnerables. “Pero diga lo que diga, me consta, de las muchas veces que Otaola ha ayudado a los presos políticos, a sus familiares y a los opositores al régimen criminal, víctimas todos del peor de los huracanes: el comunismo. Me interesan más los hechos que las palabras”, agregó en su comunicado.

El líder opositor destacó que Otaola se ha mostrado cercano a los sectores más golpeados de la sociedad, aquellos que —según dijo— “más necesitan comprensión y apoyo”. En contraste, lamentó que existan personas que, por temor o conveniencia, terminen marginando a los más vulnerables y alineándose con lo que calificó como “el régimen criminal”.

También cuestionó la doble moral de ciertos individuos que, mientras elogian públicamente a Miguel Díaz-Canel, no dudan en arremeter contra quienes arriesgan su libertad por reclamar cambios en Cuba.

Reacciones encontradas en redes sociales

La publicación de Ferrer generó un intenso intercambio de opiniones en redes. Numerosos usuarios agradecieron su intervención, calificándola como un gesto de madurez y unidad dentro del exilio. Otros, en cambio, consideraron que las palabras de Otaola fueron desafortunadas y que, en un momento de emergencia, lo esencial es brindar alivio inmediato a los damnificados.


“Cuando estuve en prisión la tiranía me intentaba desalentar diciéndome que nadie se acordaba de mí, pero yo sabía que no era cierto, porque mi organización y los amigos del exilio jamás se olvidaron de mí y de mi familia. Nuestro mayor deber es jamás olvidarnos de nuestros presos políticos; ellos confían en nosotros y no los vamos a desenconar. ¡Viva Cuba libre!”, manifestó Eliecer Góngora, también opositor cubano.

Varios activistas en Miami y Tampa resaltaron la necesidad de conciliar la acción humanitaria con la acción política, sin que una anule a la otra. “Podemos enviar comida y al mismo tiempo exigir libertad”. “Miles de bendiciones, hermano. Usted tiene toda la razón. Libertad para todos los presos políticos. Patria y vida. Libertad”, comentaron otros usuarios en el hilo de debate que siguió a las declaraciones de Ferrer.

La polémica por las donaciones tras el huracán Melissa

El huracán Melissa, que azotó recientemente a Cuba con fuertes lluvias e inundaciones, dejó miles de damnificados y una nueva ola de peticiones de ayuda humanitaria desde el exterior. ¡En ese contexto, Alexander Otaola —conocido por su programa Hola! Ota-Ola— expresó que, si bien la solidaridad es importante, las donaciones de alimentos “no resuelven el problema de fondo” que sufre el país.

“Tú me dices, coño, le estás repartiendo ropa a la gente que no tiene nada, que perdió todo, lo van a necesitar… pero un pomito de aceite… es un tema estomacal, todo es un ‘tambucherismo’”, señaló el polémico presentador que comparó las donaciones con una feria agropecuaria. “No es nada organizado ni a gran escala, sino tres comemierdas, cuatro cositas, dos camionetas y ya. No es que movilizaron a nadie, sino entre ellos mismos”.

“Miseria no quita miseria. Limosna no es ayuda”, afirmó el influencer, sugiriendo que la verdadera transformación solo será posible cuando desaparezca el sistema que mantiene a los cubanos en la pobreza. Sus palabras provocaron reacciones encontradas: mientras algunos lo acusaron de insensibilidad y falta de empatía mientras otros defendieron su derecho a señalar la raíz política del problema.

A comienzos de noviembre, Otaola había expresado su desacuerdo con la decisión del gobierno estadounidense de destinar parte de la ayuda humanitaria mediante la Iglesia Católica. El presentador consideró que ese mecanismo podría terminar favoreciendo al régimen comunista cubano, en lugar de garantizar que los recursos llegaran directamente a quienes más los necesitan.

“Enviar ayuda al pueblo cubano con la Iglesia Católica es lo mismo que dársela al Departamento de Asuntos Religiosos del PCC. El dinero en la mano. No se pueden seguir repitiendo los errores de siempre”, dijo en un mensaje en su cuenta de Facebook en el cual advirtió que las ayudas debían gestionarse por grupos independientes como los opositores de la UNPACU o Cuba Decide.

El trasfondo político y moral del debate

Las palabras de Otaola reabrieron una vieja discusión dentro del exilio cubano: ¿hasta qué punto la ayuda humanitaria paliativa puede coexistir con la lucha política contra la dictadura? Ferrer defendió la necesidad de mantener la solidaridad sin renunciar a la denuncia política, argumentando que no se debe castigar a quien ha contribuido activamente a aliviar el dolor de las víctimas del régimen.

El dirigente opositor recordó que, en numerosas ocasiones, el gobierno cubano se apropia de la ayuda internacional o la distribuye de forma discrecional, beneficiando a sus estructuras de poder antes que a la población afectada. Por ello, insistió en que la comunidad en el exilio debe canalizar su apoyo de forma directa hacia quienes sufren la represión o viven en condiciones de extrema pobreza.

“El régimen se adueña de las ayudas que llegan a Cuba y aprovecha para llenarse los bolsillos. Dicho por personas cercanas a militares, ahora mismo están repartiendo jabas con cosas que posiblemente vienen de las donaciones mandadas desde el exterior”, denunció un internauta. “El pueblo cubano siempre ha dado la espalda a los presos políticos. Cuando entienda que la libertad es lo primero, y que apoyar a los presos es su deber, entonces otro gallo cantará”, advirtió otro.

Contexto: una crisis que desborda lo político

El paso del huracán Melissa ha agravado las ya precarias condiciones de vida en Cuba. Numerosas provincias del oriente del país registran cortes de electricidad, escasez de agua potable y colapso de viviendas, según reportes de organizaciones independientes. En medio de esta emergencia, la respuesta del Estado ha sido limitada y opaca, generando malestar incluso entre sectores tradicionalmente cercanos al gobierno.

Diversas organizaciones del exilio en Miami —incluidas la Fundación Nacional Cubano Americana y grupos parroquiales— han impulsado colectas de alimentos, medicinas y materiales de primera necesidad. Sin embargo, la falta de canales oficiales confiables y el control del régimen sobre la distribución han dificultado el envío y la entrega efectiva de los donativos.

Ferrer y Otaola: dos voces distintas, una misma causa

Aunque provienen de ámbitos diferentes —uno, líder opositor en la isla; el otro, comunicador y activista desde el exilio—, Ferrer y Otaola coinciden en la denuncia del sistema cubano como causa estructural de la pobreza y la represión. Ambos han sido objeto de ataques por parte de medios oficialistas, que intentan deslegitimar sus posturas mediante campañas de difamación.

La intervención de Ferrer puede interpretarse como un llamado a la unidad en un momento en que la diáspora cubana se encuentra dividida entre el impulso humanitario y la estrategia política. “No perdamos el enfoque”, escribió uno de sus seguidores. “El enemigo no está en Miami, sino en La Habana”.


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