
La tormenta tropical Melissa, actualmente en desarrollo sobre el Caribe occidental, mantiene en alerta a varios países de la región y, especialmente, al oriente de Cuba. Los modelos de trayectoria del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos y del Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET) coinciden en que el sistema podría intensificarse a huracán en las próximas 48 a 72 horas y acercarse al archipiélago cubano a mediados de la próxima semana, posiblemente con fuerza de categoría 1 o superior.
Un sistema tropical con condiciones favorables para fortalecerse
Melissa presenta vientos sostenidos de unos 75 km/h y una presión central de 1.003 milibares, desplazándose lentamente sobre aguas muy cálidas al sur de Jamaica, con temperaturas superiores a los 29 °C. Este entorno, según los meteorólogos, es ideal para un proceso de intensificación rápida, especialmente si disminuye la cizalladura del viento.
El NHC en el parte de este viernes a las 5:00 am advirtió que el movimiento lento de la tormenta incrementa el peligro de lluvias prolongadas e inundaciones en su recorrido. Hasta el momento, se prevén acumulados de 150 a 250 mm en sectores de Jamaica y Haití, con posibilidad de picos superiores en zonas montañosas. Si el patrón de desplazamiento se mantiene, el sistema podría tocar tierra en Cuba entre miércoles y jueves, aunque aún existe incertidumbre sobre la trayectoria exacta.
“Las fuertes lluvias resultarán en inundaciones repentinas que amenazan la vida y numerosos deslizamientos de tierra en el suroeste de Haití y Jamaica”, destacó el NHC en su reporte donde llamó a emplear todas las medidas para enfrentar este poderoso evento meteorológico de esta activa temporada ciclónica.
Oriente cubano, en el punto de mira
Las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín figuran como las zonas más vulnerables, tanto por su posición geográfica como por las dificultades estructurales que enfrentan ante eventos meteorológicos severos. Se esperan lluvias torrenciales, vientos con rachas huracanadas, marejadas costeras y posibles deslizamientos de tierra en las serranías de la Sierra Maestra.
El INSMET mantiene una “vigilancia especial” sobre el sistema, aunque por el momento no ha emitido avisos de evacuación ni fases de alerta específicas. Sin embargo, las autoridades locales de Santiago y Granma han comenzado a revisar refugios, coordinar suministros básicos y verificar reservas de combustible y alimentos en previsión de un deterioro del tiempo.
En estos momentos, el panorama meteorológico en Cuba está dominado por un sistema de altas presiones en superficie, responsable de la relativa estabilidad en buena parte del territorio. No obstante, la presencia de una vaguada en niveles altos de la atmósfera —entre los seis y doce kilómetros de altura—, combinada con la humedad existente, ha favorecido la formación de lluvias y tormentas aisladas, principalmente en zonas del centro y oriente del país.
En el resto del país, las lluvias han sido escasas y de corta duración. Sin embargo, en la franja norte de Guantánamo se reportaron precipitaciones intensas y dispersas, con un acumulado máximo de 45 milímetros en la zona de Jamal durante las últimas 12 horas.
A esta hora, la mayor parte del territorio nacional presenta cielos poco nublados, mientras que en el extremo oriental persiste una notable cobertura de nubes con desarrollo vertical moderado a fuerte, acompañada de lluvias continuas en algunas localidades.
La crisis energética complica la preparación ciudadana
El posible impacto de Melissa llega en un contexto de profunda crisis energética en Cuba, con apagones diarios de hasta 20 horas en varias provincias. Esta situación, además de generar descontento social, limita la capacidad de respuesta y comunicación ante una emergencia meteorológica.
Muchos ciudadanos, especialmente en comunidades rurales, no cuentan con medios para cargar teléfonos, radios o linternas, lo que puede obstaculizar la recepción de alertas tempranas. Organizaciones humanitarias advierten que esta vulnerabilidad podría agravar el impacto del fenómeno si el huracán golpea con fuerza.
“Una tormenta como Melissa pondría a prueba no solo la infraestructura eléctrica y de vivienda, sino también la capacidad de comunicación del Estado en medio de apagones generalizados”, señaló un analista consultado por CiberCuba.
Efectos regionales: Jamaica, Haití y República Dominicana en riesgo
Antes de acercarse a Cuba, Melissa continuará afectando a Jamaica, Haití y República Dominicana, donde ya se reportan fuertes lluvias, crecidas de ríos y cortes de energía. En Haití, Protección Civil alertó sobre la posibilidad de deslizamientos en áreas montañosas, mientras que en Jamaica se han suspendido actividades escolares en Kingston y Montego Bay por precaución.
El NHC mantiene avisos de tormenta tropical para las Antillas Mayores y advirtió que las condiciones podrían deteriorarse rápidamente a medida que el sistema se fortalezca.
Una temporada ciclónica especialmente activa
La amenaza de Melissa se inscribe en una temporada de huracanes 2025 notablemente activa. Hasta la fecha, se han formado 13 tormentas con nombre y cinco huracanes, superando los promedios históricos. Expertos atribuyen este repunte a las temperaturas récord del Atlántico tropical y al debilitamiento del fenómeno de La Niña, que ha reducido la cizalladura del viento en el Caribe.
En meses recientes, otros sistemas como Gabrielle, Humberto e Imelda también causaron daños y lluvias significativas en la región, especialmente en el Caribe oriental y en zonas de Centroamérica.
Precedentes: Cuba y los huracanes recientes
En los últimos años, Cuba ha sufrido los embates de fenómenos de gran intensidad. El huracán Ian (2022) dejó graves destrozos en Pinar del Río, con miles de viviendas dañadas y una infraestructura eléctrica devastada. En 2023, la tormenta Idalia también causó inundaciones costeras y cortes eléctricos prolongados.
Aunque el oriente cubano no ha sido el epicentro de los últimos ciclones, esta región suele ser el primer punto de impacto de los sistemas procedentes del Caribe occidental, como ocurrió con Sandy en 2012, que golpeó Santiago de Cuba con categoría 3, dejando más de 150.000 viviendas afectadas.
Preparación y llamados a la prudencia
Las autoridades insisten en la importancia de mantener la vigilancia meteorológica, preparar reservas de agua potable y alimentos no perecederos, y asegurar techos o estructuras ligeras. En tanto, el NHC recomienda a la población del Caribe “no subestimar la amenaza de Melissa, ya que su lenta velocidad podría amplificar los efectos de lluvia, viento y marejada”.
El panorama regional sugiere que el Caribe oriental y Cuba enfrentarán condiciones peligrosas a partir del domingo, con mayor intensidad hacia mitad de semana.





