Boxeador cubano Robeisy Ramírez obtiene la ciudadanía de EE.UU y envía un mensaje a sus compatriotas: “Cuba siempre vivirá en mi corazón»

Robeisy Ramírez. Foto: Perfil de Facebook de Robeisy El Tren Ramírez

El boxeador cubano Robeisy Ramírez, doble campeón olímpico y exmonarca mundial profesional, anunció este lunes 1 de septiembre que se convirtió oficialmente en ciudadano de Estados Unidos, un hecho que marca un antes y un después en su trayectoria personal y deportiva.

Con un emotivo mensaje difundido en perfil de Facebook, el púgil rememoró sus orígenes humildes en Cuba, celebró el nuevo estatus legal alcanzado en su país de residencia y envió un contundente mensaje político contra el régimen de La Habana.


“Cuba siempre vivirá en mi corazón”

En su declaración pública, Ramírez afirmó: “Cuba siempre vivirá en mi corazón, pero hoy celebro y abrazo la ciudadanía de la nación que es ejemplo de libertad para el mundo: los Estados Unidos de América”.

El boxeador aseguró que su decisión de buscar una nueva vida en EE.UU. le ha permitido encontrar la libertad y ofrecer a su familia un futuro más seguro. También expresó su deseo de que otros cubanos puedan acceder a esas mismas oportunidades sin tener que enfrentar los obstáculos que él y muchos migrantes han sorteado.

Un mensaje político directo contra el régimen cubano

La publicación del atleta fue más allá del ámbito deportivo o personal. Ramírez manifestó su esperanza de que “todo cubano —sea boxeador, trabajador, estudiante o padre de familia— pueda perseguir sus sueños sin trabas ni humillaciones de un régimen que solo sabe reprimir y hacer sufrir a su pueblo”.

El mensaje culminó con una declaración frontal: “¡Abajo la dictadura y todos los dictadores! God Bless the USA!”, lo que ha sido interpretado como una toma de posición clara frente a la realidad política de la isla y un respaldo abierto a los valores democráticos estadounidenses.

Una carrera marcada por retos y símbolos de resistencia

Robeisy Ramírez es considerado uno de los grandes talentos del boxeo cubano. Con apenas 18 años se consagró campeón olímpico en Londres 2012 y repitió la hazaña en Río de Janeiro 2016. Sin embargo, como muchos deportistas de élite, desertó en 2018 durante una concentración en México, buscando independencia profesional y mejores oportunidades en Estados Unidos.


En 2023 protagonizó un episodio que lo convirtió en símbolo de resistencia: tras conquistar en Japón el título mundial pluma de la WBO, recitó parte del Himno Nacional cubano ante la audiencia internacional. El gesto fue interpretado como una respuesta a la decisión de las autoridades de la isla de impedir el uso de los símbolos patrios en esa pelea.

Hoy, su naturalización estadounidense refuerza esa narrativa: la de un atleta que utiliza su plataforma no solo para destacar en el deporte, sino también para enviar mensajes de identidad, libertad y esperanza.

Recuperación y futuro en el ring

El anuncio de ciudadanía llega en un momento clave de su carrera. Ramírez sufrió en junio una lesión ocular que lo obligó a alejarse temporalmente de los cuadriláteros. Según él mismo confirmó, ya se encuentra recuperado y listo para regresar, aunque aún no ha revelado la fecha de su próxima pelea.

Su regreso es esperado tanto por sus seguidores como por el mundo del boxeo profesional, en el que se ha consolidado como una de las figuras más prometedoras de su división.

El camino de los deportistas cubanos en el exilio

La historia de Ramírez refleja la de muchos atletas cubanos que han dejado la isla en busca de autonomía y reconocimiento. La falta de libertades, los bajos ingresos y el control estatal sobre las carreras deportivas han empujado a varias generaciones a emigrar.

Figuras como Guillermo Rigondeaux, Yuriorkis Gamboa o Luis Ortiz recorrieron ese mismo camino antes que él, consolidando una tradición de talentos que brillan en escenarios internacionales bajo banderas diferentes a la cubana.

En el contexto político actual, marcado por la dureza del régimen en La Habana y por el respaldo de sectores del exilio a medidas más firmes contra el gobierno cubano, la voz de Ramírez se suma a un coro de atletas y artistas que reclaman un futuro distinto para la isla.

Una vida entre dos patrias

Al obtener la ciudadanía estadounidense, Ramírez no reniega de sus raíces. Más bien, las reivindica como parte esencial de su identidad. Mientras agradece a Estados Unidos por abrirle las puertas y darle la libertad que soñaba, insiste en mantener viva la memoria de Cuba y en acompañar a su pueblo con un mensaje de esperanza.

Su historia personal se convierte así en un espejo de la realidad que viven miles de cubanos en el exilio: un camino de sacrificios, logros y, sobre todo, un fuerte anhelo de ver a su país libre.

Con la ciudadanía estadounidense, Robeisy Ramírez consolida no solo su vida en el plano personal y profesional, sino también su papel como voz crítica contra el régimen cubano. Entre los recuerdos de su infancia en la isla, la disciplina del ring y su fe en la libertad, el boxeador reafirma que su lucha va más allá del deporte.


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