Autoridades decomisan en aeropuerto de EE.UU veneno de escorpión azul a pasajero procedente de Cuba y reitera advertencia sobre ingreso de sustancias biológicas

Un operativo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en el Aeropuerto Intercontinental George Bush, en Houston, culminó con la incautación de un frasco que contenía veneno de escorpión azul (Rhopalurus junceus), transportado por un pasajero que llegó en un vuelo procedente de Cuba.

El hombre declaró a las autoridades que la sustancia sería utilizada con fines médicos, pero no presentó la documentación exigida para su importación. La inspección fue realizada por agentes especializados en control de materiales biológicos, quienes determinaron que el viajero incumplía con las normativas federales e internacionales para el ingreso de este tipo de compuestos.


Riesgos y normativa estricta

La CBP recordó que los materiales biológicos sin declarar representan un riesgo potencial para la salud pública, la agricultura y los ecosistemas. Su ingreso no autorizado puede derivar en sanciones civiles o penales, multas, incautaciones y retrasos en el proceso migratorio.

La legislación estadounidense exige que cualquier producto de origen biológico esté debidamente documentado, etiquetado, embalado y autorizado antes de cruzar la frontera. La declaración puede realizarse verbalmente, mediante el formulario CBP 6059B, en quioscos de Global Entry o a través de la aplicación Mobile Passport Control.

En un mensaje en redes sociales, la CBP advirtió a los viajeros: “Por favor, deje los remedios caseros en casa”, en alusión a sustancias no aprobadas por las autoridades sanitarias.

El caso del escorpión azul

El Rhopalurus junceus, un escorpión endémico de Cuba, ha sido objeto de interés desde hace más de una década. En 2011, la empresa estatal cubana Labiofam comenzó a comercializar un extracto del veneno bajo el nombre Vidatox, promovido como un tratamiento homeopático capaz de aliviar dolores, reducir inflamaciones e incluso como terapia complementaria para pacientes con cáncer.


Pese a su popularidad en la isla y en comunidades de emigrantes, la comunidad científica internacional ha cuestionado su eficacia, señalando que no existen ensayos clínicos concluyentes que avalen las propiedades medicinales atribuidas al producto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) no lo han reconocido como medicamento aprobado.

Antecedentes en aduanas

No es la primera vez que las autoridades estadounidenses interceptan cargamentos de origen biológico provenientes de Cuba. En los últimos años, la CBP ha decomisado desde caracoles marinos y mieles no procesadas, hasta muestras de plantas y animales sin la debida autorización.

En mayo de 2025, agentes en el Aeropuerto Internacional de Miami confiscaron varias botellas con extractos animales y frascos con líquidos de procedencia no declarada. En otros casos, los decomisos incluyeron productos derivados de la flora y fauna cubana que están protegidos por convenios internacionales, como la Convención CITES.

Polémica y mercado paralelo del Vidatox

La comercialización del Vidatox ha generado un mercado paralelo que trasciende las fronteras cubanas. Aunque en Cuba se vende en farmacias autorizadas y centros de Labiofam, su alta demanda entre pacientes en el extranjero ha impulsado su contrabando hacia países como México, Panamá, España y Estados Unidos.

En muchos casos, los frascos son vendidos en el exterior a precios que pueden quintuplicar su valor original, especialmente en comunidades donde circulan testimonios de supuestos beneficios. Esta situación ha motivado la vigilancia de aduanas y autoridades sanitarias, ya que el transporte clandestino de sustancias no aprobadas implica riesgos tanto sanitarios como legales.

Expertos señalan que la popularidad del Vidatox se sustenta más en la esperanza de pacientes y familiares que en evidencias médicas sólidas, lo que abre un debate sobre la ética en su promoción y la responsabilidad de los gobiernos y laboratorios en su distribución.

Protección de la salud y la biodiversidad

Las restricciones a la importación de materiales biológicos tienen un doble propósito: evitar la propagación de enfermedades y proteger la biodiversidad. Una sustancia aparentemente inocua puede albergar bacterias, virus u otros patógenos, mientras que plantas o animales no autorizados pueden convertirse en especies invasoras con consecuencias económicas y ambientales graves.

El caso de Houston subraya la vigilancia permanente que ejercen las autoridades fronterizas y la necesidad de que los viajeros se informen sobre las regulaciones vigentes antes de transportar cualquier producto de origen biológico.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *