Un decomiso inusual ha despertado sorpresa en Panamá y generado debate sobre la crisis económica cubana y el uso de monedas sin valor fuera de la isla. Durante una inspección rutinaria a un autobús de la ruta Panamá–David–Frontera, las autoridades encontraron tres cajas que, bajo la apariencia de “libros”, escondían grandes cantidades de billetes. Lo que más llamó la atención no fueron las divisas extranjeras —entre ellas reales brasileños y liras turcas—, sino el predominio de pesos cubanos, una moneda que carece de circulación legal en los mercados internacionales.
El peso cubano: una moneda atrapada en su propio aislamiento
La incautación pone en evidencia la fragilidad del peso cubano. Tras la unificación monetaria decretada en 2021, que eliminó el CUC y dejó al CUP como única moneda oficial, el valor del peso nacional se ha desplomado en medio de la inflación más alta en décadas. Hoy, el peso apenas sirve para transacciones internas en Cuba y no tiene reconocimiento fuera del país.
Para analistas financieros, el hallazgo en Panamá refleja la paradoja de una moneda que solo tiene “valor simbólico” para quienes la poseen, pero que resulta inútil más allá de las fronteras cubanas. La pregunta es, ¿por qué alguien intentaría mover grandes cantidades de pesos cubanos hacia Centroamérica?
Misterio en torno al cargamento
Las autoridades panameñas no han ofrecido detalles sobre la identidad, nacionalidad ni los motivos de la persona que transportaba las cajas. Tampoco se ha aclarado el destino final del dinero. El secretismo ha disparado hipótesis que van desde intentos de lavado de dinero disfrazados con una moneda sin valor, hasta maniobras de grupos que trafican con divisas y que podrían estar utilizando pesos cubanos para encubrir operaciones ilícitas.
Panamá, un centro estratégico con controles severos
El hallazgo ocurre en un país con un sistema bancario vigilado de cerca por organismos internacionales para prevenir el blanqueo de capitales. Panamá exige declarar todo monto superior a 10 000 dólares, y las sanciones por incumplir esta norma incluyen el decomiso inmediato y posibles cargos criminales.
En el pasado, viajeros procedentes de Cuba han protagonizado incidentes similares.
- En enero de 2025, un pasajero fue interceptado en el aeropuerto de Panamá Pacífico con 25 000 dólares escondidos dentro de un libro, tras declarar solo 9 000.
- En junio, una mujer fue sorprendida con 10 406 dólares sin declarar. Ambos casos confirmaron que la isla se ha convertido en un punto de salida frecuente de dinero no declarado hacia Panamá.
El nuevo decomiso, sin embargo, rompe el patrón al involucrar una moneda carente de valor real.
Las leyes panameñas obligan a declarar toda suma superior a 10 000 dólares o su equivalente en otras monedas al ingresar o salir del país. En este caso, los dueños del dinero enfrentan decomiso inmediato, multas que pueden alcanzar el 100 % del monto y la apertura de un proceso penal por blanqueo de capitales, con penas de 5 a 12 años de cárcel si se demuestra origen ilícito. Aunque el peso cubano carezca de valor internacional, el hecho de ocultarlo en cajas disfrazadas como libros constituye un agravante y abre la puerta a sanciones severas.
Cuba y sus severas restricciones de divisas
El peso cubano (CUP) carece de valor en el mercado internacional porque no es una moneda convertible y solo circula dentro de la isla. El gobierno mantiene un tipo de cambio oficial que no refleja la realidad, lo que genera un mercado informal con fuerte devaluación. La falta de confianza, causada por la inflación, la crisis productiva y la ausencia de respaldo en reservas, impide que sea aceptado fuera de Cuba.
Además, el aislamiento financiero y las sanciones internacionales obligan al país a depender de divisas fuertes como el dólar o el euro para el comercio exterior y gran parte de las transacciones internas.
Mientras tanto, en Cuba los ciudadanos enfrentan estrictas limitaciones para sacar dinero del país: el máximo permitido es de 5 000 dólares. Sin embargo, la escasez crónica de divisas en la isla ha incentivado la circulación clandestina de dólares y euros en el mercado negro. El peso cubano, al contrario, se ha depreciado hasta niveles récord, llegando a cambiarse en la calle a tasas más de 20 veces superiores a la oficial.
Este panorama genera un contraste curioso: mientras los cubanos buscan desesperadamente dólares o euros, en Panamá aparecen cajas enteras repletas de un papel moneda que nadie quiere fuera de la isla.
Más preguntas que respuestas
La incautación de pesos cubanos en Panamá deja al descubierto un enigma aún sin resolver. ¿Era un intento de trasladar valores con fines ocultos?, ¿un movimiento logístico de alguna red de contrabando?, ¿o simplemente un error absurdo que pone de relieve la inutilidad internacional del CUP?
Lo cierto es que el episodio subraya el deterioro del peso cubano y alimenta la percepción de que, incluso fuera de la isla, el sistema monetario de Cuba sigue siendo un símbolo de desconexión con la realidad financiera global.
Conclusión: El decomiso no solo es noticia por la incautación en sí, sino porque desnuda las contradicciones de la economía cubana: una moneda que en teoría es soberana, pero que en la práctica no tiene valor alguno fuera de sus fronteras. Panamá, como hub regional de tránsito y control financiero, ha puesto en evidencia una realidad incómoda que Cuba no logra disimular.