
Un vuelo comercial procedente de Toronto con destino a La Habana tuvo que regresar de emergencia debido a un apagón en el sistema de control de tráfico aéreo de Cuba. La interrupción eléctrica dejó inactivos los radares y equipos de supervisión, obligando a la tripulación a abortar su ruta y evidenciando cómo la crisis energética de la isla no solo afecta la vida en tierra, sino que ya alcanza un nivel crítico en la seguridad aérea internacional.
El incidente: una alerta en los cielos del Caribe
La aeronave, cuyo número de vuelo no ha sido revelado, se aproximaba al espacio aéreo cubano cuando la tripulación fue informada de la caída del sistema de control. Ante la imposibilidad de contar con coordinación en tierra y con la seguridad de los pasajeros como prioridad, el piloto decidió regresar a Canadá. Pasajeros consultados en redes sociales describieron el ambiente a bordo como “de sorpresa y preocupación”, aunque la tripulación mantuvo la calma en todo momento.
Un hombre que formaba parte de los viajeros que iban en ese vuelo dijo en un video que el capitán había dicho que desde La Habana le indicaron que existían problemas con los radares lo que obligó a la tripulación a redirigir la aeronave en pleno vuelo. La cuenta de Instagram de Cubanos por el Mundo compartió el material donde se puede observar una gran cantidad de pasajeros dentro del avión.
Descontento en las redes sociales
El video reavivó las críticas al régimen cubano por su incapacidad de cumplir con sus obligaciones de garantizar un tráfico aéreo seguro en su jurisdicción. También hubo quien fue más directo contra el sistema imperante de más de 65 años.
«Cuba necesita vuelos de libertad, no turistas». «Eso es lo que hace falta que no tengan corriente en los aeropuertos». «¿Para que viajan a Cuba? ¿Y si pasa algo y hay un accidente aéreo quién se hace responsable? En un país donde nada funciona». «A día de hoy, Cuba no es un destino turístico. No entiendo con todo lo que está pasando, si no tienes familia allí, se les ocurre desear este viaje. No me cabe en la cabeza. Ojo, soy cubana y sufro con esta situación», comentaron algunos usuarios indignados.
La crisis eléctrica en Cuba y su impacto más allá de la isla
Los apagones en Cuba han marcado la vida diaria de los ciudadanos durante años, con cortes que pueden extenderse por más de 12 horas en algunas provincias. Sin embargo, este episodio pone de relieve una consecuencia menos visible: la afectación a infraestructuras críticas como aeropuertos, hospitales y telecomunicaciones.
En julio de 2024, por ejemplo, vuelos en el aeropuerto internacional “José Martí” sufrieron retrasos masivos debido a fallas en el suministro eléctrico que interrumpieron el sistema de chequeo de equipajes. También se han reportado incidentes en aeropuertos de Santiago de Cuba y Varadero, aunque sin llegar a obligar a desvíos de aeronaves en pleno trayecto.
Riesgos para la aviación internacional
Expertos en aviación señalan que la continuidad de apagones sin sistemas de respaldo confiables eleva los riesgos para los vuelos internacionales que cruzan el espacio aéreo cubano. “Un corte en los radares significa que no hay supervisión del tráfico aéreo; si ocurre con varias aeronaves al mismo tiempo, el escenario podría ser crítico”, explicó un excontrolador aéreo cubano radicado en Miami.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) recomienda que todos los aeropuertos cuenten con generadores de emergencia capaces de garantizar operaciones críticas, pero fuentes independientes aseguran que la falta de inversión y el deterioro del sistema energético en Cuba hacen que estas medidas sean insuficientes.
Repercusiones políticas y sociales
El incidente ocurre en un contexto de creciente descontento social en la isla por los apagones prolongados. Manifestaciones recientes en ciudades como Holguín y Santiago de Cuba reflejan el malestar de la población, que ahora ve cómo la crisis trasciende la vida cotidiana y alcanza un nivel que compromete la seguridad de viajeros internacionales.
Para los miles de cubanos en la diáspora que viajan cada año desde Canadá, Estados Unidos o Europa, la noticia despierta preocupación adicional sobre la confiabilidad de las operaciones aéreas hacia la isla.
Un problema que no se queda en Cuba
La situación plantea además un desafío regional: gran parte del tráfico aéreo que conecta Norteamérica y Sudamérica atraviesa el espacio aéreo cubano. Una falla de este tipo no solo afecta vuelos con destino a Cuba, sino que también podría tener consecuencias para rutas internacionales de paso.
En palabras de un analista de seguridad aérea consultado: “Cuando hablamos de un país con apagones diarios y sin capacidad de sostener servicios básicos, no es solo su población la que está en riesgo; también lo está la comunidad internacional que utiliza su espacio aéreo”.
De lo doméstico a lo global
Lo ocurrido con el vuelo de Toronto a La Habana expone una realidad que trasciende la narrativa oficial sobre los apagones en Cuba. Ya no se trata únicamente de familias sin electricidad en sus hogares o de industrias paralizadas: la crisis energética ha escalado a un nivel donde la seguridad de cientos de pasajeros puede depender de la estabilidad del sistema eléctrico de un país en crisis.