El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) informó que vigila dos áreas de potencial desarrollo ciclónico en el Atlántico, en un contexto de alta actividad climatológica propio del mes de octubre. Una de ellas se localiza en las cercanías de Florida y las Bahamas, mientras que la otra corresponde a una onda tropical que recién comienza a organizarse al salir de la costa africana.
Baja presión cerca de Florida: probabilidades bajas, pero lluvias seguras
De acuerdo con el NHC, existe la posibilidad de que durante el fin de semana se forme una zona de baja presión al sur de la península de Florida o sobre el noroeste de las Bahamas.
Las probabilidades de desarrollo son bajas (10 % tanto a dos como a siete días), pero los meteorólogos advierten que, incluso sin llegar a convertirse en tormenta tropical, este sistema puede traer lluvias intensas e inestabilidad atmosférica, especialmente en el sur y centro de Florida.
Este tipo de escenarios no es nuevo: en temporadas pasadas, sistemas de baja presión con escaso potencial ciclónico provocaron lluvias torrenciales y anegaciones en áreas urbanas como Miami, Fort Lauderdale o Palm Beach.
La onda tropical africana: posible semillero de ciclones
La segunda área de interés corresponde a una onda tropical que acaba de salir de África. En tierra no puede desarrollarse, pero al internarse en el Atlántico central podría encontrar condiciones más favorables.
El NHC le asigna un 20 % de probabilidad de formación en siete días, con chances de convertirse en depresión tropical hacia mediados de la próxima semana. Aunque todavía es temprano para trazar su trayectoria, este tipo de ondas suelen ser el origen de huracanes de gran magnitud cuando encuentran aguas cálidas y baja cizalladura de viento.
Cabe recordar que históricamente, muchos ciclones mayores que han impactado al Caribe y Estados Unidos —como Irma (2017) o Dorian (2019)— tuvieron su origen en ondas africanas.
Imelda sigue activa en el Atlántico
Mientras tanto, el huracán Imelda continúa desplazándose hacia aguas abiertas del Atlántico tras su paso por Bermudas. Los pronósticos indican que se mantendrá con fuerza de huracán durante varios días, aunque sin representar amenaza inmediata para la costa estadounidense. Su trayectoria refuerza la alerta de que el Atlántico sigue siendo un terreno muy activo en esta fase de la temporada.
El huracán Humberto, formado a mediados de septiembre en el Atlántico, también sorprendió por su rápida intensificación hasta convertirse en un poderoso ciclón de categoría 5, con vientos cercanos a 260 km/h. Su trayectoria lo llevó hacia el noreste, pasando al oeste y luego al norte de Bermudas, donde provocó ráfagas de viento y lluvias, aunque sin impacto directo de su ojo.
En su desplazamiento hacia aguas abiertas, Humberto influyó en la trayectoria de la tormenta Imelda, desviándola hacia el noreste y evitando que impactara con fuerza el sureste de Estados Unidos. Este fenómeno meteorológico, conocido como interacción Fujiwhara, evitó mayores daños en tierra firme. Sin embargo, sus efectos indirectos fueron significativos: oleaje intenso y corrientes de resaca golpearon la costa este estadounidense, desde Florida hasta las Carolinas. En Carolina del Norte, la erosión provocada por el mar llevó al colapso de al menos seis viviendas frente al mar.
Finalmente, Humberto perdió sus características tropicales al fusionarse con un frente en el Atlántico Norte, pero sus remanentes todavía generan condiciones marítimas peligrosas en zonas costeras del Atlántico occidental. El caso de Humberto confirma que, incluso sin tocar directamente tierra, un huracán de gran magnitud puede dejar consecuencias graves por sus efectos colaterales, especialmente en un mes históricamente activo como septiembre.
Octubre, un mes históricamente peligroso
Los meteorólogos subrayan que octubre es tradicionalmente uno de los meses más críticos de la temporada ciclónica en el Atlántico. Ejemplos recientes lo confirman. En octubre de 2022, el huracán Ian devastó la costa suroeste de Florida. En octubre de 2005, el huracán Wilma dejó pérdidas millonarias en el sur del estado.
Estos antecedentes refuerzan la importancia de mantener la vigilancia, incluso cuando los porcentajes de desarrollo parezcan bajos.
Impacto esperado en Florida: más lluvias y posibles anegaciones
Más allá de que ninguno de los sistemas bajo observación tenga altas probabilidades de convertirse en ciclón, el NHC advierte que Florida experimentará un aumento en las lluvias locales durante el fin de semana. Zonas bajas y con drenaje deficiente podrían sufrir encharcamientos, lo que afectaría la movilidad y las actividades cotidianas.
Las autoridades recomiendan a residentes y visitantes mantenerse informados a través de los boletines oficiales y revisar planes de emergencia en caso de que las condiciones cambien repentinamente.