Autoridades confirman la gravedad de la falta de medicamentos en Cuba

La venta ilegal de fármacos en Cuba debido al uso indebido de recetas médicas y cuños autorizados desde las dependencias de salud del país, han puesto en una verdadera crisis el tema de la comercialización de medicamentos en la Isla.


Los cubanos desde hace buen tiempo sufren el problema y no han sido pocos los hipertensos, asmáticos y diabéticos que han tenido que acudir a la medicina natural o a las infusiones para aliviar sus dolencias.

Las colas en las farmacias cada día son interminables y mucho antes de que llegue el abastecimiento a esas dependencias, los medicamentos ya se vendieron como se dice en buen cubano “por la izquierda”.

Sin embargo, hace solo unos días el gobierno dio a conocer, al menos de manera oficial y pública que el problema no solo se debe a los impagos a proveedores extranjeros y al bloqueo, sino también a la severa corrupción interna.

Mailín Beltrán Delgado, jefa del Departamento de Servicios Farmacéuticos del Minsap, señaló que en el mes de febrero se inició un control ministerial integral a las 2 148 dependencias comunitarias del país y las 366 de La Habana. Las conclusiones de ese proceso arrojaron insuficiencias relacionadas con la calificación del personal y la responsabilidad ante el trabajo, factores que condujeron a la ejecución de ilegalidades y hechos de corrupción.

Según sostuvo la propia funcionaria han tenido que sancionar a “un grupo importante de trabajadores de los servicios farmacéuticos, algunos de ellos llevados a procesos penales por estar involucrados en la venta ilícita”.


La dipirona que es uno de los medicamentos que más se consume en Cuba ha tenido serias afectaciones, pero también se suman a la extensa lista de ausentes otros fármacos de gran demanda como los diuréticos que forman parte del tratamiento contra la hipertensión, los antihipertensivos, antihistamínicos, el omeprazol (protector estomacal) y las pastillas anticonceptivas.

El gobierno no puede detener el descontrol

Esta no es la primera vez que el gobierno cubano alerta de forma pública sobre esta alarmante situación. En 2015 el doctor José L. Fernández Yero, vicepresidente primero del Grupo Empresarial BioCubaFarma reconoció que esa industria tenía deficiencias organizativas, errores y mal trabajo por parte de su empresa importadora y de planificación, en ocasiones por negligencias, sobre las que se actuó, por el impacto tan difícil de compensar.

Bárbara Olivera Gutiérrez, Jefa de Departamento de Operaciones de BioCubafarma dio a conocer también en 2015 que “entre las causas de los incumplimientos productivos de la empresa estaban los atrasos en las contrataciones, factor que se complejiza ante la búsqueda de nuevos proveedores. Al presentar problemas en materia contractual, empezamos a tener respuesta de insumos, de ahí el impacto en las faltas que comenzaron a aumentar”.

Las auditorias suceden una detrás de otra y la historia se repite. Cada año los medios de prensa alertan sobre la escasez de medicamentos, pero lo cierto es que siempre afloran nuevos matices del problema y la población cubana continúa sin soluciones.

Ciertamente el embargo que impone Estados Unidos a Cuba frena la adquisición de materias primas, pero otro de los grandes males de la producción y comercialización de fármacos proviene de lo más interno de la Isla. Si no se acaba de detener la corrupción, las ilegalidades y los problemas relacionados con los impagos a proveedores foráneos, el tema volverá cada año a ser titular de algún reportaje sobre los problemas del sistema de salud cubano.


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