Maikol, Lesnier y Adrián, cuentan que cuando iban de camino al entrenamiento de fútbol, esto fue lo que sucedió:
«Cuando terminamos la escuela ese día, nos cambiamos de ropa y fuimos para el terreno a entrenar fútbol. De regreso para la casa estaba la billetera tirada encima de un murito. Nuestra reacción fue ir para la casa de Maikol a ver qué íbamos a hacer con ella, la cogimos y vimos que había dinero, documentos y el pasaporte».
Cuando llegaron a la casa, la mamá de Maikol, Sandra Correa, cambió el rumbo de los acontecimientos y la forma de pensar de los niños.
«Vi que los niños entraron agitados y me contaron que se habían encontrado la cartera de un turista. Cuando vi los documentos y el monto de dinero que tenía, había que determinar una situación en la cual los niños entendieran que el dinero no podía cegarlos” aseguró.
«Desde el seno de la familia siempre se les ha dicho que hay que hacer buenas acciones. Les expliqué que el dueño era una persona que está fuera de su país y un indocumentado en la isla»
Ella considera que el valor humano se genera desde pequeño, independientemente de «si eres pobre o rico».
Finalmente, los niños llevaron la cartera a la oficina de inmigración de Viñales.
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