“Rollos de canela están de regreso”: Knaus Berry Farm reabre en nueva ubicación y desata la nostalgia en el sur de Florida

Dulces Knaus Berry Farm

La reapertura de Knaus Berry Farm en una nueva ubicación de Miami marca un punto de inflexión para uno de los negocios gastronómicos más icónicos del sur de Florida. Conocido a nivel local y nacional por sus legendarios rollos de canela y batidos de frutas, el establecimiento vuelve a operar tras su salida de Homestead, apostando por un espacio más grande y una experiencia renovada para el público, sin abandonar la tradición que lo convirtió en un referente.

El nuevo local, ubicado en 16790 Southwest 177th Avenue, abrió oficialmente sus puertas el 22 de diciembre, atrayendo desde las primeras horas del día a clientes habituales y curiosos que buscaban reencontrarse con un sabor profundamente arraigado en la memoria colectiva de la región.


Un traslado motivado por la alta demanda

Durante años, Knaus Berry Farm fue sinónimo de largas filas, espera prolongada y una logística limitada por el tamaño de su antigua sede. La creciente popularidad del negocio, amplificada por redes sociales y reseñas virales, convirtió el espacio original en un punto de congestión recurrente, especialmente durante los meses de invierno.

La mudanza a Miami responde precisamente a ese desafío. El nuevo establecimiento cuenta con mayor capacidad operativa, más espacio para los clientes y un área de estacionamiento ampliada, lo que busca aliviar uno de los principales inconvenientes señalados por los visitantes en el pasado.

Además, la instalación de un horno adicional permitirá aumentar la producción diaria de los rollos de canela, reduciendo los tiempos de espera sin sacrificar la calidad del producto.

Continuidad pese al cambio de administración

Aunque Knaus Berry Farm opera ahora bajo nueva administración, los responsables han subrayado que el cambio no implica una ruptura con el legado del negocio. La familia Knaus continúa involucrada como asesora, reconociendo el valor histórico y emocional que el lugar tiene para la comunidad.

A ello se suma la participación de Thomas Blocher, gerente general durante muchos años y figura clave en la cocina del establecimiento, quien permanece como consultor culinario. Su rol es asegurar que las recetas, los procesos y los estándares se mantengan fieles a los que dieron fama al local.


Desde la administración insisten en que los ingredientes, las técnicas y el sabor de los productos estrella no han sido alterados.

Los clásicos que definen al local

El menú sigue girando en torno a los productos que hicieron de Knaus Berry Farm un fenómeno gastronómico. Los rollos de canela recién horneados continúan siendo el principal atractivo, acompañados por batidos y otras opciones tradicionales que han sido parte de la oferta durante décadas.

Para muchos clientes, la experiencia va más allá del producto: se trata de una tradición familiar, una parada obligatoria durante el invierno o un ritual asociado a celebraciones y visitas desde fuera del estado.

Cambios que rompen con antiguas tradiciones

La reapertura también introduce modificaciones históricas en el funcionamiento del negocio. Por primera vez, Knaus Berry Farm abrirá los domingos, una decisión que amplía el acceso a clientes que antes no podían visitarlo por limitaciones de horario.

Otro cambio relevante es la aceptación de tarjetas de crédito, dejando atrás la política de pago exclusivamente en efectivo que durante años fue parte de la identidad del lugar. La medida responde a hábitos de consumo más actuales y busca facilitar la experiencia del cliente.

Un ícono local en proceso de adaptación

La nueva etapa de Knaus Berry Farm refleja el delicado equilibrio entre preservar la tradición y adaptarse a las demandas modernas. En una ciudad como Miami, donde la oferta gastronómica crece y se renueva constantemente, el reto del negocio será mantener su esencia mientras mejora su capacidad de respuesta ante una demanda sostenida.

La reapertura ha generado expectativa entre residentes del sur de Florida y visitantes, muchos de los cuales ven en este regreso no solo la vuelta de un local, sino la continuidad de una historia profundamente ligada a la identidad cultural y culinaria de la región.


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