Régimen de Cuba asegura que EE.UU no ha materializado la ayuda prometida para los afectados por el huracán Melissa en el oriente cubano

Foto: Video de Facebook de Cubadebate y video de YouTube de Univisión Miami

El Gobierno cubano acusó este viernes a Estados Unidos de no haber concretado aún la ayuda humanitaria anunciada tras el paso devastador del huracán Melissa por el oriente de la isla. Según la subdirectora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), Johana Tablada, hasta la fecha “no se ha materializado ningún ofrecimiento concreto” por parte de Washington, a pesar del comunicado del secretario de Estado Marco Rubio en el día de ayer en su cuenta de X.

“Estamos preparados para ofrecer ayuda humanitaria inmediata al pueblo cubano afectado por el huracán”, declaró Rubio.


En declaraciones difundidas por medios oficiales y compartidas por sitio oficialista Cubadebate en su perfil de Facebook, Tablada aseguró que la embajada cubana en Washington contactó al Departamento de Estado para obtener detalles sobre los anuncios de asistencia, pero “no ha recibido respuesta a las interrogantes formuladas”.

Tablada explicó que hay múltiples caminos por los que ciudadanos y organizaciones estadounidenses podrían hacer llegar su ayuda a los afectados. Sin embargo, reconoció que no es un proceso sencillo, ya que esas iniciativas deben sortear las restricciones y trabas impuestas por el propio gobierno de Estados Unidos, lo que —según dijo— dificulta que la asistencia fluya con rapidez hacia quienes más la necesitan.

La posición de Estados Unidos: evitar el control del régimen

Desde Washington, el Departamento de Estado había informado días atrás que estudiaba formas de canalizar ayuda humanitaria “directamente al pueblo cubano”, mediante organizaciones no gubernamentales, religiosas o comunitarias, con el objetivo de evitar que los recursos pasen por las manos del aparato estatal.

Esa posición refleja un patrón de larga data en la política estadounidense hacia Cuba: ofrecer asistencia humanitaria sin fortalecer al gobierno central, un equilibrio diplomático que se repite tras cada desastre natural que golpea la isla.

La cooperación internacional y la politización de la ayuda

Según datos oficiales, varios países y organismos de Naciones Unidas —entre ellos China, Venezuela, México y el Programa Mundial de Alimentos (PMA)— ya han ofrecido o enviado asistencia material a la isla. En contraste, el reclamo de La Habana hacia Washington apunta a un retraso que considera injustificado.


Analistas señalan que el discurso del régimen busca desplazar la atención de las deficiencias internas en la gestión de desastres y culpar al embargo estadounidense por la lentitud de la respuesta internacional. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y grupos del exilio recuerdan que el gobierno ha bloqueado o restringido históricamente la entrada de ayuda privada o independiente en situaciones similares.

En 2008, tras el paso de los huracanes Gustav e Ike, La Habana también rechazó la asistencia directa de Washington alegando “condiciones inaceptables”, lo que derivó en una crisis humanitaria prolongada en varias provincias.

La devastación en el oriente cubano

Aunque el discurso oficial insiste en culpar al embargo y en señalar la falta de cooperación de Washington, la situación sobre el terreno cuenta otra historia: una realidad marcada por la precariedad, la desesperanza y las carencias que siguen golpeando a las comunidades más afectadas.

Mientras persiste la controversia diplomática, la emergencia humanitaria en el oriente del país se agrava. En provincias como Granma, Holguín y Guantánamo, los estragos del huracán Melissa son visibles en cada comunidad: viviendas destruidas, carreteras intransitables, zonas rurales incomunicadas, severas pérdidas agrícolas, además de preocupante situación con el suministro de electricidad que ya era pésimo.

Decenas de miles de personas continúan sin electricidad ni agua potable, mientras los centros de acopio locales carecen de alimentos, medicinas y combustible. En Santiago de Cuba y Holguín, los vecinos denuncian que la distribución de recursos ha sido mínima y que muchos damnificados todavía esperan refugio.

“Estamos sobreviviendo con lo poco que nos quedó”, comentó una residente de Jiguaní, citada por reportes ciudadanos. “No hay comida, no hay luz, no hay transporte; lo único que pedimos es que llegue la ayuda, venga de donde venga”.

Reacciones en la diáspora cubana

Desde Miami y otras ciudades del sur de Florida, grupos de la comunidad cubana en el exilio han manifestado frustración ante lo que consideran una manipulación política del sufrimiento del pueblo. “Mientras discuten diplomáticamente quién debe enviar qué, hay niños y ancianos durmiendo sobre escombros”, escribió en X (Twitter) el activista Orlando Gutiérrez-Boronat, del Directorio Democrático Cubano.

Otras organizaciones, como Solidaridad Sin Fronteras y Cuba Decide, han abierto campañas de recaudación para enviar alimentos, medicinas y ropa a través de redes independientes, aunque reconocen los obstáculos logísticos para garantizar que los envíos lleguen efectivamente a los damnificados.

Igualmente, grupos de artistas del género urbano principalmente se han puesto de acuerdo para enviar donaciones compuestas por insumos médicos, alimentos y artículos de primera necesidad. En varios videos que circulan en las redes sociales han dejado claro que los envíos se realizarán por agencias serias con el objetivo de que estos no pasen por el filtro del régimen y sus tentáculos.

Entre la diplomacia y la urgencia humanitaria

La controversia entre La Habana y Washington se produce en un contexto especialmente delicado. Tras años de tensiones y sanciones, la cooperación bilateral en temas humanitarios se mantiene prácticamente congelada, y cada intento de acercamiento suele terminar envuelto en sospechas políticas.

Mientras tanto, en el oriente cubano la población sobrevive con recursos mínimos y sin claridad sobre cuándo llegará la ayuda prometida. “El pueblo cubano no puede esperar a que los gobiernos se pongan de acuerdo”, expresó un sacerdote de Holguín en redes sociales. “La solidaridad no debe tener fronteras ni ideologías”.


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