Indignación en el exilio tras publicación de fotografía del candidato demócrata Zohran Mamdani con diplomáticos cubanos

El candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani, enfrenta un creciente escándalo político tras la publicación de una fotografía en la que aparece junto a una delegación de diplomáticos del gobierno cubano durante una visita al Capitolio estatal en Albany, realizada el 3 de junio de 2024.

La imagen, divulgada por The New York Post el 26 de octubre de 2025, muestra al asambleísta conversando con representantes del régimen de La Habana, en un momento en que Cuba atraviesa una profunda crisis económica, escasez de alimentos y apagones prolongados, así como una de las olas migratorias más grandes de su historia reciente.


El encuentro ha sido interpretado por críticos y miembros del exilio cubano como una señal de acercamiento ideológico hacia un gobierno sancionado por Estados Unidos y señalado por organismos internacionales por la represión política y la falta de libertades civiles.

Reacciones inmediatas en el ámbito político

La polémica escaló rápidamente cuando la congresista republicana Nicole Malliotakis, hija de una cubana exiliada y representante del distrito 11 de Nueva York, condenó públicamente la fotografía.

“No es sorpresa que Zohran estuviera encantado de dar la bienvenida a una delegación que representa al régimen comunista de Cuba, ya que ha hecho del libro de textos de Karl Marx parte de su campaña. Mi madre no dejó la Cuba comunista para vivir en una Nueva York comunista”., añadió, en una frase que ha sido ampliamente replicada en redes sociales y medios locales.

La congresista calificó la reunión como una muestra de “desconexión moral” y acusó al político demócrata de romantizar a dictaduras bajo el pretexto de promover el “socialismo democrático”.


La defensa de Mamdani: “solidaridad, no respaldo político”

Por su parte, Zohran Mamdani —de origen ugandés y nacido en Kampala, criado en Nueva York— respondió que su encuentro con los diplomáticos cubanos no debe interpretarse como un apoyo al gobierno de Miguel Díaz-Canel.

“El socialismo es la democratización de la economía. Ningún pueblo puede castigarse por elegir un camino distinto al capitalismo”, afirmó el legislador, quien se define como un socialista progresista dentro del ala más radical del Partido Demócrata.

Mamdani explicó que la reunión formó parte de una serie de encuentros diplomáticos y culturales que suelen organizarse en el Capitolio estatal, y defendió su participación como un acto de “solidaridad internacionalista”, en línea con su visión global de la política.

Sin embargo, críticos apuntan que esa solidaridad no parece incluir a las víctimas de la represión política cubana, especialmente tras las protestas del 11 de julio de 2021 (11J), cuando miles de personas fueron encarceladas por manifestarse pacíficamente.

La diáspora cubana reacciona

En ciudades con gran presencia de exiliados cubanos, como Miami, Union City y West New York, activistas y organizaciones de derechos humanos calificaron la imagen como una “ofensa” a quienes han sufrido persecución política en la isla. “Cada vez que un político estadounidense posa sonriente con funcionarios de la dictadura, se blanquea el dolor de miles de presos y exiliados”, expresó a Martí Noticias una representante del movimiento Cuba Decide en Nueva Jersey.

Para muchos miembros del exilio, el episodio refleja un patrón de indiferencia creciente dentro de ciertos sectores progresistas de Estados Unidos hacia la situación cubana, priorizando una visión ideológica por encima de la realidad represiva que vive la población.

El trasfondo ideológico: Cuba como símbolo

Dentro de algunos círculos de la izquierda estadounidense, Cuba continúa como un “modelo de resistencia” frente a lo que consideran el “imperialismo estadounidense”. Esa narrativa, impulsada durante décadas por movimientos universitarios y sectores sindicales, sostiene que el embargo económico es la principal causa de las penurias en la isla.

En ese contexto, el gesto de Mamdani se interpreta por los simpatizantes como un acto de reconocimiento hacia un pueblo que resiste la presión externa, aunque no necesariamente hacia el régimen en el poder.

Sin embargo, analistas políticos advierten que este tipo de posicionamientos pueden costarle apoyo entre los votantes moderados y las comunidades de inmigrantes que han huido de regímenes autoritarios.

Repercusiones en la carrera electoral

La controversia llega en un momento clave para Mamdani, quien busca consolidarse como una voz progresista en una ciudad cada vez más dividida entre el ala socialista y el establishment demócrata tradicional.

En las últimas encuestas, su candidatura ha ganado terreno entre jóvenes y minorías, pero enfrenta desconfianza de sectores empresariales y votantes centristas, que ven en su discurso una agenda demasiado radical para la gestión de una ciudad compleja como Nueva York.

Expertos en comunicación política señalan que el impacto de la foto podría depender de cómo el candidato maneje la narrativa: si logra presentarla como un malentendido diplomático o si, por el contrario, se consolida la percepción de que mantiene simpatías con gobiernos autoritarios.

Cuba, nuevamente en el centro del debate

La polémica no solo pone en el centro a Mamdani, sino también evidencia cómo el tema de Cuba sigue siendo un punto de fricción en la política estadounidense, especialmente en contextos electorales.

Desde los años 60, la relación con La Habana ha dividido a la clase política norteamericana entre quienes abogan por el diálogo y quienes exigen mano dura y condena abierta. El episodio revive esa vieja dicotomía, ahora en un escenario urbano y multicultural como el neoyorquino.

Un espejo de las tensiones políticas actuales

El caso Mamdani refleja una tendencia más amplia en la política contemporánea: la fractura dentro del Partido Demócrata entre el ala progresista —que busca redefinir las relaciones internacionales bajo parámetros anticapitalistas y decoloniales— y los sectores tradicionales, más cercanos al centro y preocupados por mantener la estabilidad electoral.

Mientras tanto, la oposición republicana aprovecha el incidente para reforzar su narrativa contra el “socialismo urbano”, asociando las políticas de izquierda con modelos como los de Cuba o Venezuela.

Posibles implicaciones a largo plazo

Si el caso sigue generando atención mediática, podría influir en la percepción de los votantes hispanos en Nueva York, un grupo electoral diverso en el que los cubanoamericanos, dominicanos y venezolanos han mostrado una creciente inclinación hacia posturas conservadoras cuando se trata de política exterior y derechos humanos.

Además, el incidente podría reavivar el debate nacional sobre los límites entre la diplomacia, la libertad ideológica y la responsabilidad moral de los funcionarios públicos ante regímenes cuestionados.


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