
Un joven cubano de 27 años residente en Arizona vive un momento desesperado tras perder su automóvil —su principal herramienta de trabajo— en un incendio ocurrido justo después de completar una jornada de entregas para Amazon Flex. El incidente lo dejó no solo sin ingresos, sino también con una deuda que ronda los mil dólares, lo que ha despertado una ola de apoyo entre miembros de la comunidad cubana en Estados Unidos.
Un día de trabajo que terminó en tragedia
De acuerdo con un reporte en Facebook del periodista cubano Javier Díaz, Anthony, había emigrado desde Cuba con la esperanza de construir una vida mejor en el país norteamericano, en la actualidad realizaba repartos para Amazon Flex, un programa que permite a conductores independientes utilizar sus propios vehículos para entregar paquetes a domicilio. Al finalizar una de sus rutas, su automóvil comenzó a incendiarse de manera repentina.
“El fuego empezó de golpe, sin que pudiera hacer nada. En segundos lo perdí todo”, contó el joven. El siniestro destruyó completamente el carro, que no estaba asegurado y aún estaba bajo financiamiento. Ahora, además de quedarse sin medio de transporte ni fuente de ingresos, enfrenta una deuda de aproximadamente 1.000 dólares por pagar.
El vehículo representaba su única fuente de sustento. Sin él, Anthony no puede continuar trabajando con Amazon Flex ni desplazarse para buscar otro empleo, lo que agrava su situación económica y emocional. “Desde que llegó a Estados Unidos no ha sido fácil para él. Superó una enfermedad grave y ahora vuelve a pasar por algo terrible”, escribió Díaz.
Una cadena de solidaridad cubana
Enterados de lo ocurrido, amigos y compatriotas organizaron una campaña en GoFundMe con la meta de recaudar 3.000 dólares. El dinero será destinado a saldar la deuda pendiente y ayudarlo a comprar otro vehículo que le permita retomar su rutina laboral.
“Gracias a Dios estoy bien físicamente, pero mi herramienta de trabajo quedó totalmente destruida. Ese carro era lo que me permitía salir todos los días a entregar paquetes y ganarme la vida con esfuerzo y dedicación”, escribió Anthony en la descripción de la campaña.
Hasta el momento, la recaudación ha superado los 2.400 dólares, cifra que refleja la solidaridad de los cubanos en el exilio, especialmente de aquellos que han pasado por situaciones similares. «Hoy pido ayuda con humildad, no para lujos ni caprichos, sino para poder comprar otro carro y seguir adelante. Ser repartidor ha sido mi manera de salir adelante y mantenerme firme, y no quiero rendirme», escribió Anthony en un mensaje público de agradecimiento.
El costo del sueño americano
El caso de Anthony pone rostro a una realidad silenciosa que afecta a miles de inmigrantes en Estados Unidos: los trabajadores independientes que dependen de sus propios medios para subsistir y que, ante una emergencia, carecen de redes de protección.
Los repartidores de Amazon Flex no son empleados directos de la empresa, sino contratistas independientes que deben asumir los costos de mantenimiento, combustible, seguro y depreciación de sus vehículos. En caso de accidentes o pérdidas, la responsabilidad recae totalmente sobre ellos.
Muchos inmigrantes eligen este tipo de trabajo porque ofrece flexibilidad y ganancias rápidas, pero el riesgo es alto. Un solo incidente puede dejarlos en la ruina, de acuerdo con un economista consultado por medios locales.
Esperanza y resiliencia
Pese a las dificultades, Anthony asegura que no pierde la fe. Su prioridad, dice, es recuperar un vehículo para continuar trabajando y sostenerse por sí mismo. “Me dio pena aceptar la ayuda, pero estoy muy agradecido. Nunca fue mi intención recaudar fondos de esta manera”, afirmó al periodista.
Su historia refleja el espíritu de lucha de una comunidad que, pese a los tropiezos, continúa buscando oportunidades y construyendo futuro lejos de su tierra natal.





