José Manuel Allende, un cubano que llegó a Estados Unidos siendo un bebé en la década de los sesenta, terminó detenido en su vivienda del condado de Brevard durante un operativo migratorio encabezado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La noticia sorprendió a sus familiares, quienes sostienen que Allende siempre creyó estar protegido por las leyes estadounidenses que regularon su entrada legal al país.
El arresto ocurrió en el marco de una operación más amplia en la que, según reportes oficiales, fueron detenidas unas 150 personas en apenas cuatro días, la mayoría en lugares de trabajo vinculados a la construcción.
Su hija Sheena Allende-Smith lleva días analizando documentos y buscando especialistas en materia de inmigración para buscar una solución que permita la liberación de su padre con el cual no tiene contacto hasta ahora.
«El viernes, mi papá se despertó y llevó a mi hermana pequeña a la escuela, y cuando llegó a casa, preparó una taza de café. [Él] salió y fue recibido por ICE, seguridad nacional», afirmó Sheena quien agregó que hace varias semanas atrás le comentó a su padre que tuviese cuidado ya que como tenía muchos tatuajes y trabaja en la construcción las autoridades de inmigración lo podrían arrestar, pero este le contestó: «No, soy cubano. Estoy protegido, no pueden llevarme, soy legal».
Ingreso bajo los Freedom Flights
La historia migratoria de José Manuel Allende comenzó en los años sesenta con los Freedom Flights, el puente aéreo entre Cuba y Estados Unidos vigente entre 1965 y 1973. Este programa permitió que más de 260.000 cubanos emigraran legalmente, amparados por la política estadounidense de aquel entonces.
Desde entonces, Allende desarrolló su vida en Florida: obtuvo licencia de conducir, tarjeta de seguro social, compró propiedades, administró un pequeño negocio y formó una familia que hoy reclama justicia. Actualmente es dueño de una casa. Es propietario de una pequeña empresa. Tiene un hijo menor de edad. Tiene un hijo con una discapacidad. Él tiene todo lo que cualquiera de nosotros tiene. Todos nosotros los estadounidenses. Es dueño de un automóvil. Tiene licencia de conducir. No es un ilegal», expresó su hija.
Antecedentes y orden de deportación
Pese a su arraigo, Allende no solicitó ni completó el proceso de naturalización. Además, arrastra un historial criminal con delitos ocurridos hace más de dos décadas. Ese pasado fue determinante para que en 2016 se le dictara una orden de deportación.
Sin embargo, esa orden nunca se ejecutó. Sus abogados argumentaron que, al ingresar bajo un mecanismo legal de reunificación familiar, no lo podían expulsar, este punto legal sigue siendo clave en la defensa actual.
Una contradicción legal y moral
El caso refleja la tensión entre dos realidades: por un lado, el reconocimiento histórico de que los cubanos que llegaron en programas oficiales fueron admitidos legalmente; por el otro, el endurecimiento de la aplicación de las normas migratorias a personas con antecedentes, aunque sus vínculos sociales y familiares estén consolidados en Estados Unidos.
«Vinieron aquí legalmente; El gobierno los invitó a entrar, y ahora el gobierno está diciendo ‘fuera’. ¿Por qué? ¿Por qué tiene que salir después de 58 años? No es justo para nosotros como niños. Sé que soy un adulto, pero él sigue siendo mi padre», cuestionó Sheena.
Operativos migratorios y contexto nacional
La detención de Allende no es un hecho aislado. En Florida se han intensificado los operativos de ICE en los últimos meses, especialmente en sectores como la construcción y los servicios, donde es frecuente encontrar trabajadores indocumentados o con órdenes de deportación pendientes.
En agosto de este año, un operativo en el centro de Florida derivó en la captura de más de 200 inmigrantes, muchos de ellos con largos años de residencia en el país. Casos similares han despertado críticas de organizaciones de derechos humanos, que denuncian un enfoque “punitivo” hacia comunidades que han estado históricamente integradas.
Un espejo para miles de cubanos en EE. UU.
El caso de Allende plantea interrogantes para miles de cubanos que llegaron en los mismos Freedom Flight y que, por diversas razones, nunca tramitaron la ciudadanía. Muchos de ellos creen que están a salvo de la deportación, pero legalmente podrían enfrentar procesos similares si tienen antecedentes o si ICE reactiva órdenes antiguas.
La detención también coincide con un momento en que las tensiones migratorias entre Cuba y Estados Unidos vuelven a ocupar espacio en la agenda política, en medio de un aumento de llegadas irregulares por mar y tierra.
Una familia en vilo
Mientras tanto, la familia de José Manuel Allende espera que su situación sea revisada en tribunales. Alegan que sus seis décadas de vida en Estados Unidos, su trabajo, su familia y sus aportes a la comunidad deben ser considerados antes de ejecutar cualquier deportación.
“Lo que está pasando con mi padre no es solo injusto, es deshumanizante. Ha vivido toda su vida aquí, y de pronto quieren mandarlo a un país que no conoce”, concluyó su hija.