El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) enfrenta crecientes críticos por los prolongados tiempos de espera en las solicitudes de residencia permanente y naturalización. Lo que antes era un trámite que podía resolverse en menos de un año, hoy en muchos casos se extiende bastante más, afectando tanto a individuos como a familias enteras que dependen de una decisión para estabilizar su futuro en el país.
La entidad enfrenta una acumulación cercana a los 11.3 millones de expedientes pendientes, según los datos del segundo trimestre de 2025, lo que refleja la mayor congestión administrativa registrada hasta ahora.
En el marco de esta situación, se contabilizan alrededor de 34,000 expedientes que permanecen sin abrir, lo que significa que ni siquiera han ingresado al flujo administrativo regular. Eso significa que las peticiones cuentan con un atraso considerable en dependencia del caso.
Ciudadanía: un proceso que ya no es uniforme
En promedio, el tiempo de espera para obtener la ciudadanía oscila entre ocho y doce meses. Sin embargo, esta cifra no refleja la realidad de miles de solicitantes que viven en ciudades con oficinas saturadas, donde la espera puede ser mayor. La ceremonia de naturalización, que simboliza la culminación de un largo camino, se ve a menudo pospuesta, retrasando el acceso a derechos cívicos como el voto o la elegibilidad para ciertos empleos federales.
Residencia permanente: un panorama igualmente complejo
Las solicitudes de ajuste de estatus (I-485) también enfrentan demoras. En promedio, los trámites basados en vínculos familiares tardan entre ocho y diez meses, pero en algunas jurisdicciones los tiempos superan el año. Cuando se trata de categorías que dependen de la disponibilidad de visas, el proceso puede prolongarse aún más debido a las limitaciones del boletín de visas, que marca la disponibilidad mensual de cupos migratorios.
De acuerdo con datos oficiales, los trámites para levantar la condicionalidad de una “green card” obtenida por matrimonio tardan en promedio 29 meses en resolverse. En materia laboral, los solicitantes deben esperar alrededor de 9.5 meses para la aprobación de sus permisos de empleo, dependiendo de la situación particular.
En promedio, obtener respuesta a una petición de readmisión mediante el formulario I-212 toma alrededor de 35 meses, lo que refleja uno de los procesos más prolongados en materia migratoria.
Variaciones regionales: el factor geográfico
El lugar donde se presente la solicitud influye directamente en la rapidez del proceso. Oficinas en áreas densamente pobladas como Nueva York, Los Ángeles y Miami tienden a acumular mayores retrasos por el alto volumen de casos.
En contraste, oficinas en estados con menor población inmigrante pueden resolver solicitudes en plazos más cortos, lo que genera inequidad entre solicitantes que cumplen los mismos requisitos, pero enfrentan diferentes tiempos de espera.
Causas de las demoras
Los especialistas señalan múltiples factores detrás de los retrasos. El crecimiento sostenido en el número de solicitudes, la escasez de personal en varias oficinas y la complejidad de ciertos casos figuran entre las principales razones.
A ello se suman los efectos rezagados de la pandemia, que redujo la capacidad operativa de USCIS durante meses, y los cambios en las políticas migratorias que en algunos períodos dispararon la cantidad de solicitudes recibidas.
Impacto humano y social
Los retrasos tienen un fuerte costo en la vida de los inmigrantes. Familias que esperan reunificarse deben prolongar la separación, profesionales con ofertas de trabajo ven limitadas sus oportunidades y estudiantes que dependen de un estatus más estable viven con incertidumbre.
La falta de resolución también impacta la salud emocional de quienes, tras años de residencia legal, esperan el reconocimiento pleno de su esfuerzo y permanencia en el país.
Comparación con años anteriores
Antes de la pandemia, los trámites de naturalización podían completarse en menos de seis meses en muchas oficinas. Hoy, aunque USCIS asegura haber modernizado parte de sus procesos, el rezago acumulado y el aumento en la demanda mantienen a miles de casos en espera.
En el caso de la residencia, algunas categorías familiares que en 2018 tardaban menos de un año ahora requieren más de 18 meses en ciertas jurisdicciones.
Medidas y perspectivas
USCIS ha anunciado inversiones en digitalización, contratación de nuevo personal y reestructuración de procesos internos para acortar plazos. Sin embargo, expertos advierten que estas medidas tardarán en reflejarse en mejoras reales.
Mientras tanto, abogados y defensores recomiendan a los solicitantes preparar cuidadosamente sus expedientes para evitar errores y responder de inmediato a cualquier requerimiento adicional de la agencia, con el fin de minimizar más demoras.
Conclusión
El futuro de miles de inmigrantes en Estados Unidos está condicionado por la lentitud de un sistema que no logra responder a la creciente demanda. Si bien existen esfuerzos por modernizar y agilizar los procesos, las diferencias entre oficinas y las causas estructurales de los retrasos mantienen la incertidumbre.
Para quienes esperan una decisión, cada mes cuenta, y la presión sobre USCIS para dar soluciones más rápidas y transparentes seguirá en aumento.