Premio mayor de Powerball alcanza los 1.700 millones de dólares y se acerca al récord de EE.UU

El Powerball volvió a quedar sin ganador tras el sorteo del miércoles 3 de septiembre de 2025, lo que elevó el premio acumulado a 1 700 millones de dólares convirtiéndolo en el tercer mayor bote en la historia de las loterías de Estados Unidos, un monto que aviva el furor por este juego de azar y coloca al país a la expectativa de un nuevo millonario.

El sorteo que dejó a todos esperando

Los números extraídos fueron 3, 16, 29, 61 y 69, junto al Powerball rojo 22, con un multiplicador Power Play de 2. Sin embargo, nadie logró acertar la combinación completa. A pesar de ello, miles de jugadores sí obtuvieron premios menores, desde unos pocos dólares hasta sumas significativas para quienes acertaron parcialmente los números.


Un bote que entra en la historia

El nuevo monto solo es superado por dos premios anteriores del mismo Powerball, uno de 2 040 millones de dólares en noviembre de 2022, el mayor premio en la historia de las loterías y el segundo de 1 765 millones de dólares en octubre de 2023, el segundo mayor acumulado.

De confirmarse un ganador el próximo sábado, esta cifra se convertiría en la tercera más alta jamás entregada en Estados Unidos, consolidando al Powerball como un fenómeno que supera las fronteras del país.

Opciones de pago: entre la ilusión y la realidad

El eventual ganador podrá elegir entre dos modalidades, un pago en anualidades: 30 cuotas a lo largo de 29 años, con un primer desembolso inmediato, que garantizan el total de los 1 700 millones o de lo contrario un pago único en efectivo de alrededor de 770 millones de dólares antes de impuestos, una cifra menor pero más inmediata.

En cualquiera de los dos casos, los impuestos federales y estatales reducirán considerablemente el monto final, aunque aún así el premio lo convertiría en una de las personas más ricas del planeta de manera instantánea.

Los organizadores explican que, cuando un jugador resulta ganador, puede elegir entre recibir el monto total del premio en pagos anuales durante varias décadas o solicitar el cobro inmediato en una sola suma. Sin embargo, la mayoría suele inclinarse por esta segunda opción, aun cuando implica recibir una cantidad mucho menor que la cifra anunciada públicamente como el bote.


Esta preferencia, señalan, responde al atractivo de contar de manera inmediata con el dinero, evitar la incertidumbre de los plazos prolongados y disponer de los fondos sin depender de futuros pagos que, en ocasiones, se extienden por más de 25 o 30 años.

Impacto económico y social

Cada vez que el Powerball alcanza cifras récord, se genera un fuerte impacto económico en múltiples sectores:

  • Aumento en la venta de boletos, que se cuentan por millones en todo el país.
  • Mayor recaudación para los estados, ya que una parte de los ingresos se destina a programas educativos y sociales.
  • Fenómeno cultural y mediático, con largas filas en gasolineras y tiendas, historias de grupos de vecinos que compran boletos en conjunto y una ola de memes y comentarios en redes sociales.

Este tipo de premios también reaviva el debate sobre las loterías estatales: mientras algunos las defienden como una fuente de ingresos públicos, críticos señalan que funcionan como un “impuesto encubierto” que afecta en mayor medida a las comunidades de bajos ingresos.

El sorteo del miércoles ofrecía un bote estimado en 1.400 millones de dólares; sin embargo, esa cifra correspondía únicamente a quienes optaran por el plan de pagos anuales. De haberse registrado un ganador que prefiriera el cobro en efectivo de una sola vez, el monto se habría limitado a 634,3 millones.

Han transcurrido 41 sorteos seguidos sin un ganador del premio principal desde el 31 de mayo, cuando en California se entregó por última vez un jackpot millonario. Esta racha ha permitido que el acumulado siga creciendo hasta cifras históricas.

Expectativa para el sábado

El próximo sorteo tendrá lugar el sábado por la noche, con la mirada puesta en si finalmente habrá un ganador que se lleve el codiciado premio. En caso de que vuelva a quedar desierto, la cifra podría seguir creciendo y acercarse al récord histórico de 2022.

Más allá de las probabilidades —estimadas en 1 entre 292,2 millones para acertar la combinación completa—, millones de estadounidenses seguirán comprando sus boletos, alimentando el sueño de cambiar su vida de la noche a la mañana.

“Las escasas probabilidades de ganar el Powerball […] están diseñadas para generar grandes botes, que se incrementan a medida que se acumulan repetidamente cuando no hay acertantes”, dice Associated Press.

Con un costo de apenas dos dólares por boleto, el Powerball se ha consolidado como una de las loterías más populares de Estados Unidos, disponible en 45 estados, así como en Washington D.C., Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses. Tres veces por semana —los lunes, miércoles y sábados— millones de personas se congregan frente a sus televisores, dispositivos móviles o incluso en transmisiones en vivo, siguiendo con expectativa el sorteo que promete cambiar vidas de un instante a otro.

La magnitud del bote que se pondrá en juego este sábado no solo ha disparado la venta de boletos, con largas filas en gasolineras y supermercados, sino que también ha reavivado el debate sobre lo que realmente significa ganar la lotería: desde la posibilidad de alcanzar la independencia financiera inmediata hasta los riesgos de una fortuna repentina, que en ocasiones ha llevado a ganadores a enfrentarse a presiones familiares, problemas legales e incluso la bancarrota.

En paralelo, expertos en estadística recuerdan que las probabilidades de acertar los seis números son extraordinariamente bajas —aproximadamente de una entre 292 millones—, lo que alimenta la fascinación colectiva en torno a la delgada línea que separa la suerte del azar matemático.


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