El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que el sorteo oficial de la Copa Mundial de la FIFA 2026 tendrá lugar el 5 de diciembre de 2025, en el Kennedy Center de Washington D.C. La ceremonia, que definirá los grupos del torneo más popular del planeta, marcará el inicio oficial de la cuenta regresiva hacia el que será el Mundial más grande de la historia.
El anuncio se realizó en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en un acto cargado de simbolismo político y deportivo, donde Trump estuvo acompañado del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien llevó consigo el trofeo de la Copa del Mundo.
Un escenario estratégico: el “Trump-Kennedy Center”
La elección del Kennedy Center como sede no es casual. Trump lo presentó como “el lugar ideal para albergar probablemente el acontecimiento más grande del deporte”, y aprovechó para recordar las renovaciones que su administración ha impulsado en ese complejo cultural, al que ha intentado rebautizar extraoficialmente como el “Trump-Kennedy Center”.
El mandatario, conocido por convertir grandes eventos en plataformas de visibilidad política, ve en el sorteo una oportunidad para proyectar una imagen de Estados Unidos como centro del espectáculo deportivo mundial, justo en medio de un clima de polarización política interna y crecientes críticas internacionales hacia sus políticas migratorias.
El Mundial de los récords
La Copa del Mundo de 2026 será histórica por múltiples razones:
- Formato ampliado: Por primera vez competirán 48 selecciones nacionales, en lugar de las tradicionales 32.
- Número de partidos: El torneo incluirá 104 encuentros, casi el doble que en ediciones anteriores.
- Sedes trinacionales: Estados Unidos compartirá la organización con México y Canadá, lo que refuerza el carácter continental del campeonato.
- Audiencia global: Según Infantino, se espera que la ceremonia del sorteo y los partidos sean seguidos por más de mil millones de personas en todo el mundo.
“Con 104 partidos, será como ¡104 Super Bowls!”, enfatizó el presidente de la FIFA, destacando el alcance comercial y mediático que tendrá el torneo. Durante la conferencia, Infantino además acercó el trofeo del Mundial a Trump, quien entre risas comentó: “¿Puedo quedármelo?”, desatando risas entre los presentes.
El peso político y las preocupaciones migratorias
El entusiasmo por la organización del Mundial convive con un clima de incertidumbre entre comunidades de inmigrantes y aficionados internacionales. El endurecimiento de las leyes migratorias bajo la administración Trump ha generado temores de que visitantes y residentes sin estatus legal puedan enfrentar riesgos durante el evento.
Algunas organizaciones de derechos humanos han advertido que la militarización de los estadios y zonas aledañas, bajo el pretexto de garantizar la seguridad, podría derivar en detenciones masivas o en un ambiente hostil que empañe la celebración.
Los críticos señalan que el gobierno deberá demostrar capacidad para separar la agenda política de la deportiva, garantizando que la Copa del Mundo siga siendo un espacio de integración cultural y no de exclusión.
Estados Unidos como anfitrión central
Para Trump, el sorteo en Washington representa un hito de su administración y una forma de consolidar la imagen del país como anfitrión de grandes espectáculos globales. “Será un evento que mostrará al mundo lo mejor de Estados Unidos”, afirmó durante el anuncio.
El hecho de que la ceremonia se celebre en la capital política del país refuerza la intención de darle un cariz institucional al Mundial, convirtiéndolo no solo en una fiesta deportiva, sino también en una vitrina diplomática y cultural.
Impacto económico: turismo, empleo e inversión
El Mundial 2026 representa una oportunidad económica sin precedentes para la región:
- Turismo masivo: Se espera la llegada de más de 5 millones de visitantes internacionales, lo que generará un fuerte impulso en sectores como hotelería, gastronomía, transporte y entretenimiento.
- Empleo: Cientos de miles de empleos temporales y permanentes se crearán en infraestructura, logística y servicios.
- Inversión en infraestructura: Estadios, aeropuertos, carreteras y sistemas de transporte urbano están siendo remodelados o ampliados en las principales ciudades sede, lo que dejará un legado a largo plazo.
- Ingresos récord: La FIFA proyecta que el torneo generará más de 11 mil millones de dólares en ingresos, una cifra nunca alcanzada en la historia de la organización.
Para las autoridades estadounidenses, el sorteo en Washington es también una vitrina para mostrar la capacidad del país de liderar grandes eventos globales y capitalizar su potencial económico.
Camino hacia diciembre de 2025
El sorteo en el Kennedy Center trazará el destino de las 48 selecciones clasificadas y marcará el inicio de la narrativa deportiva rumbo a 2026. Pero más allá de los aspectos técnicos, será también una prueba de fuego para el gobierno estadounidense: demostrar que puede garantizar seguridad sin sacrificar apertura y que el Mundial será una fiesta para todos, dentro y fuera de los estadios.
Con la mirada puesta en Washington, el fútbol y la política vuelven a cruzarse, mostrando que la Copa del Mundo en Norteamérica no solo se jugará en el campo, sino también en el terreno de la diplomacia, la imagen internacional y el debate social.