Un vuelo de Air Europa con destino a La Habana fue forzado a regresar a Madrid tras una colisión con un ave poco después de despegar. El incidente ocurrió el lunes 15 de julio mientras el Boeing 787 Dreamliner sobrevolaba el Océano Atlántico, y aunque no se registraron heridos, el hecho generó preocupación entre los pasajeros y encendió las alertas sobre los riesgos que representan los impactos de aves en la aviación comercial.
Un despegue interrumpido por una emergencia aérea
Según informó el sitio Preferente, la tripulación del vuelo detectó el impacto con el ave en pleno despegue. Aunque el avión había iniciado su travesía transatlántica, el capitán tomó la decisión inmediata de regresar a la base aérea en Madrid una hora después por razones de seguridad, siguiendo los protocolos establecidos para este tipo de contingencias.
Desde la torre de control del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se autorizó la aproximación se autorizó el aterrizaje. «Les posicionamos para aproximación directa a pista 32L, aterrizando y librando pista sin incidencias. Mientras, enviamos todo el tráfico a la 32R hasta solventar la incidencia y revisar la pista», señalaron los controladores.
Hasta el momento, ni Air Europa ni las autoridades aeronáuticas han confirmado si el impacto produjo daños estructurales o afectó alguno de los sistemas del avión. Sin embargo, fuentes técnicas indicaron que tras incidentes como este, es habitual realizar una inspección completa de la aeronave antes de permitir su regreso al servicio.
Riesgos asociados a los “bird strikes”
La colisión entre aeronaves y aves, conocida en la industria como bird strike, representa uno de los peligros más comunes para la aviación civil. Aunque en la mayoría de los casos estos encuentros no derivan en accidentes mayores, pueden causar serios daños, especialmente si el ave ingresa a los motores o impacta sistemas vitales como los del tren de aterrizaje, los sensores externos o el fuselaje.
Según datos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), se producen miles de impactos con aves cada año en aeropuertos de todo el mundo, lo que ha motivado la implementación de medidas preventivas como sistemas de radar aviar, uso de halcones entrenados, dispositivos sonoros disuasorios y restricciones operativas en zonas con alta presencia de aves migratorias.
Otro caso reciente en La Habana
Este tipo de incidentes ya ha tenido precedentes recientes en vuelos con conexión a Cuba. En mayo pasado, un avión de American Airlines que despegaba del Aeropuerto Internacional José Martí colisionó con un ave, lo que provocó una fractura en una tubería del sistema hidráulico. La tripulación decidió abortar el despegue y evacuó la aeronave de forma ordenada, sin que se reportaran lesionados, pero el hecho provocó demoras y alteraciones en la programación de vuelos internacionales.
Cuba, por su ubicación geográfica en el corredor migratorio del Caribe, es particularmente vulnerable a este tipo de eventos, sobre todo durante los meses de migración estacional de aves. Sin embargo, el incidente con el vuelo de Air Europa ocurrió poco después del despegue desde Madrid, lo que sugiere que el riesgo no está limitado a un punto específico, sino que es un fenómeno global que requiere atención constante.
Reacción de los pasajeros y próximas acciones
Si bien los pasajeros a bordo del vuelo no enfrentaron una situación de emergencia mayor, varios medios reportan que hubo momentos de tensión al momento en que el capitán anunció el retorno a Madrid. La aerolínea aún no ha comunicado cuándo será reprogramado el vuelo ni qué compensaciones serán ofrecidas a los viajeros afectados. En situaciones similares, se suele ofrecer alojamiento, alimentación y nueva reserva sin costo adicional, aunque la política puede variar según el caso.
El avión implicado, un Boeing 787 Dreamliner, es uno de los modelos más modernos en la flota de Air Europa, reconocido por su eficiencia en consumo de combustible y avanzada tecnología de vuelo. No obstante, como cualquier aeronave, está sujeto a procedimientos de seguridad ante cualquier irregularidad, incluyendo impactos con fauna aérea.
Un llamado a reforzar la seguridad operativa
Este nuevo incidente vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de mantener medidas estrictas de control de fauna cerca de los aeropuertos, tanto en Europa como en América Latina. Si bien los sistemas de radar aviar y las tecnologías de detección temprana han reducido la frecuencia de accidentes graves, la naturaleza imprevisible de estos eventos exige una respuesta ágil y protocolos sólidos por parte de las aerolíneas y las autoridades aeroportuarias.
A medida que se espera el resultado de las inspecciones al avión y la reprogramación del vuelo, el caso reafirma la relevancia de contar con tripulaciones entrenadas y sistemas coordinados que prioricen la seguridad de los pasajeros ante cualquier anomalía en pleno vuelo. Aunque la colisión con un ave no fue grave en esta ocasión, la rápida respuesta evitó potenciales consecuencias mayores.