
Las autoridades de Estados Unidos deportaron el pasado 30 de mayo a Daniel Morejón García, un exfuncionario cubano vinculado al Ministerio del Interior (MININT) y señalado como participante activo en la represión de las protestas populares del 11 de julio de 2021, conocidas como 11J. La expulsión, que se llevó a cabo tras un proceso acelerado de inmigración, ha sido considerada por organizaciones del exilio como un importante precedente en la lucha por la justicia y la protección de las víctimas de violaciones de derechos humanos en la isla.
Morejón García, quien había logrado establecerse en el estado de Florida, fue arrestado el 30 de abril después de que la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) presentara información sobre su pasado represivo. Según datos de la ONG, el exoficial ocultó deliberadamente durante sus trámites migratorios sus vínculos con el MININT y el Partido Comunista de Cuba, así como su rol como presidente del Consejo de Defensa Municipal en Artemisa y su pertenencia a las Brigadas de Respuesta Rápida, grupos paramilitares empleados por el régimen para sofocar manifestaciones y amedrentar a opositores.
“Daniel Morejón García es un extranjero ilegal procedente de Cuba que no reveló su pertenencia al Ministerio del Interior ni su participación en la represión del pueblo cubano durante las protestas del 11J”, dijo un portavoz de ICE a Martí Noticias.
Implicación en la represión del 11J
Las protestas del 11 de julio de 2021 fueron uno de los estallidos sociales más importantes de las últimas décadas en Cuba, cuando miles de ciudadanos salieron a las calles en más de 50 localidades exigiendo libertad, mejoras económicas y el fin de la represión. La respuesta del gobierno fue inmediata y violenta: detenciones arbitrarias, golpizas, procesos judiciales sumarios y condenas severas que, según organismos internacionales, alcanzaron a más de 1.800 manifestantes y activistas.
Documentos oficiales y pruebas gráficas recabadas por la FHRC y entregadas a las autoridades migratorias estadounidenses identifican a Morejón García como uno de los agentes “activados” durante las jornadas de represión. Fotografías y videos lo muestran participando en actos de violencia contra ciudadanos que se manifestaban pacíficamente en Artemisa. Además, testigos lo acusan de liderar grupos que allanaron viviendas de manifestantes para detenerlos, golpearlos y amenazarlos.
Luis Domínguez, investigador de la FHRC, explicó que la denuncia contra Morejón García formaba parte de una estrategia de la fundación para evitar que violadores de derechos humanos encuentren refugio en Estados Unidos. “Esta deportación es un acto de justicia. No va a liberar a los presos políticos, pero sí manda un mensaje claro de que Estados Unidos no será refugio seguro para represores”, expresó Domínguez, quien elogió la rapidez de las autoridades migratorias, ya que la deportación ocurrió en apenas un mes desde el arresto.
Regreso a Cuba y temor a represalias
Según reportes obtenidos por activistas cubanos, tras su deportación, Morejón García regresó a su comunidad en Las Cañas, Artemisa, donde habría retomado contacto con estructuras del MININT y estaría involucrado en actos de intimidación contra quienes participaron en su denuncia. Testimonios recogidos por la FHRC señalan que ha emitido amenazas contra vecinos y conocidos que colaboraron con la recopilación de pruebas que facilitaron su detención en Estados Unidos.
“La preocupación es doble”, advierte Domínguez. “Por un lado, este hombre ha regresado al mismo entorno donde cometió abusos y donde puede tomar represalias. Por el otro, nos hace preguntarnos cuántos otros represores, como él, pueden estar todavía en Estados Unidos, ocultos bajo identidades limpias.”
Preocupación en el exilio y antecedentes legislativos
El caso de Morejón ha generado alarma en el exilio cubano, especialmente en Miami, donde líderes comunitarios y políticos como Carlos Giménez denunciaron en reiteradas ocasiones la posibilidad de que represores del régimen ingresen a Estados Unidos y vivan en libertad, incluso mientras víctimas de sus abusos permanecen encarceladas en la isla.
Morejón figuraba entre los más de 100 presuntos represores cubanos incluidos en una lista elaborada por el congresista republicano Carlos Giménez, quien ha impulsado iniciativas legislativas para endurecer los controles migratorios y garantizar que personas vinculadas con violaciones de derechos humanos no puedan establecerse en territorio estadounidense.
“El caso de Morejón demuestra que tenemos que ser extremadamente vigilantes”, señaló Giménez en declaraciones recientes. “No podemos permitir que quienes reprimieron brutalmente al pueblo cubano vengan aquí a disfrutar de las libertades que ellos negaron a otros.”
Llamado de ICE a la denuncia ciudadana
A raíz de este caso, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) reiteró su llamado a la comunidad para que denuncie, de forma anónima, a cualquier persona sospechosa de haber cometido violaciones de derechos humanos que intente ingresar o residir en Estados Unidos. El organismo mantiene líneas telefónicas y formularios en línea destinados a recibir este tipo de información confidencial.
“El compromiso de ICE es identificar, investigar y expulsar de Estados Unidos a individuos implicados en atrocidades o violaciones graves a los derechos humanos”, declaró la agencia en un comunicado oficial.
Un precedente en la defensa de los derechos humanos
Para activistas y organizaciones del exilio, la deportación de Daniel Morejón García sienta un precedente importante en la lucha contra la impunidad de agentes represivos del régimen cubano. Aunque advierten que el camino aún es largo, consideran que casos como este envían un mensaje contundente de que los crímenes contra el pueblo cubano no quedarán sin consecuencias, ni siquiera más allá de las fronteras de la isla.
“La justicia es lenta, pero llega”, concluyó Domínguez. “Y aunque la libertad de Cuba todavía es un sueño pendiente, saber que quienes oprimieron a su gente no pueden esconderse en Estados Unidos es un paso en la dirección correcta.”