En un incidente que conmocionó a la comunidad de Pembroke Pines, un tiroteo ocurrido en una estación de servicio Mobil terminó con un hombre enfrentando cargos graves por agresión con un arma mortal. La disputa, que tuvo lugar en la gasolinera ubicada en la 123 Itap Street, fue el resultado de una confrontación entre un propietario y su inquilino, quienes se encontraron para resolver un conflicto relacionado con una deuda pendiente. Este suceso, que por fortuna no dejó heridos, expone la tensión y el peligro que pueden surgir en desacuerdos personales que escalan a niveles violentos.
Según informes recopilados en exclusiva, la víctima, Luis Alfonso Hueso, y el sospechoso, José Rodríguez Julio, de 32 años, acordaron reunirse en la mencionada gasolinera para discutir un asunto económico. Hueso, propietario de un efficiency alquilado a Rodríguez Julio, buscaba resolver la deuda que este último tenía con él. El monto implicado ascendía a varios miles de dólares, con un pago parcial de 5,000 dólares y un saldo pendiente de 7,000 dólares.
La reunión, que aparentaba ser una oportunidad para aclarar diferencias, tomó un giro inesperado cuando Rodríguez Julio llegó armado y se acercó a la víctima con un arma en mano. La tensión se disparó en cuestión de segundos, llevando a un intercambio de disparos que, afortunadamente, no impactaron a ninguna persona presente ni causaron daños colaterales.
En declaraciones exclusivas, Luis Alfonso Hueso describió el momento con palabras cargadas de miedo y sorpresa. “Me sentí con un gran miedo que no tienes idea. Primera vez siento miedo en mi vida,” comentó, reflejando la gravedad de la situación que enfrentó. Según su relato, al ver que el sospechoso sacaba su arma y le apuntaba, no tuvo más opción que defenderse y responder con disparos.
“Él prácticamente no tenía el dinero, lo que tenía era su arma. Cuando él saca su arma, yo tuve que sacar la mía, defenderme y empezó el tiroteo,” explicó Hueso. La rápida reacción evitó que Rodríguez Julio pudiera disparar, ya que este se refugió detrás de un árbol, momento que Hueso aprovechó para retroceder y alejarse del peligro inmediato.
Tras el incidente, la víctima huyó a una distancia corta de la gasolinera para llamar al 911 y reportar lo sucedido. Este acto permitió a las autoridades iniciar la investigación y buscar al sospechoso, quien inicialmente huyó en su vehículo.
Gracias a los datos que proporcionó la víctima y las evidencias recopiladas en la escena los investigadores lograron atrapar a José Rodríguez Julio. El sospechoso poco después se entregó voluntariamente a la policía enfrentando cargos por agresión agravada con arma mortal.
Igualmente, como parte de la investigación la policía recolectó mensajes de textos que evidencian que el atacante no solo tenía intención de no pagar la deuda sino de causar daño a ambas partes. “Lo tengo en los textos, la policía lo tiene ya», dijo la víctima destacando que la agresión se planificó con antelación.
La víctima y su agresor no tenían simplemente una relación de propietario e inquilino, puesto que según declaraciones de Hueso fueron amigos por un tiempo e incluso lo describió como un «hermano». Esto añade una capa adicional de complejidad emocional al incidente, pues la traición y el conflicto se mezclan con vínculos personales profundos.
“Él me debía la suma de $,000 que me pagó 5,000, que serían 7,000 que me debe,” explicó Hueso, destacando la problemática financiera que desencadenó la confrontación. Además, expresó un sentimiento de dolor profundo al mencionar que el sospechoso no solo puso en riesgo su vida, sino también la estabilidad de sus familias. “No le importó dejar a mis tres hijas huérfanas, y a su hija también,” lamentó.