Maestro cubano de artes marciales en Miami recibe el título de doctor Honoris Causa de manos del Instituto Americano

El maestro cubano José Cuspinera Navarro fue homenajeado por alumnos y profesores, en una ceremonia en la escuela A. Kolyschkyne, en Miami, luego de una importante trayectoria en la práctica y enseñanza de las artes marciales.


Cuspinera Navarro es un ejemplo de dedicación en grado extremo al aprendizaje, profundización y difusión de las artes marciales, a lo largo de su carrera ha recibido innumerables premios, ahora recibió el título de doctor Honoris Causa por su aporte educativo, de manos del Instituto Americano, y el Premio Liderazgo Internacional 2018, otorgado desde Italia junto al certificado de delegado internacional de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.

El cubano posee cinturones negros en varias disciplinas como judo, karate, y otras menos populares.

“Es una de las disciplinas o de las actividades que todavía mantiene los principios tradicionales, de respeto al caído, al prójimo, al adversario, de convivir con personas diferentes, de diferentes niveles y disciplinas, además disfrutar, esa es una, y la otra porque las artes marciales me han dado una fortaleza tan grande en la vida para poder superar las dificultades”, explicó Cuspinera Navarro.

El maestro en artes marciales envió un mensaje a sus discípulos, y a quienes quieran empezar a practicar este deporte: “que aprendan a caer y a levantarse solos, que no tengan que estar para ser adultos dependiendo de que los padres lo estén mimando hasta que sean adultos, y después son niños futuros que ellos mismos luego, son los que tienen los grandes problemas…”, expresó el antillano cinta negra.


Actualmente Cuspinera Navarro imparte clases de defensa personal, el método que creó en Cuba combina técnicas de diferentes disciplinas.

Acerca de las virtudes que a su juicio debe tener un maestro dijo: “convocar con el ejemplo, yo aún como me ven todavía estoy sudando el kimono, estoy viajando internacionalmente, quizás no tenga las cualidades ni los reflejos que tenía hace 30 años atrás, pero sí le aseguro que trato de competir conmigo mismo”.

“Me recordarán primero por mi mal carácter, la forma en que entreno, no he podido alejarme de ese método tradicional de entrenamiento, yo tengo pocos alumnos, él que va conmigo tiene que sudar el kimono…nosotros otorgamos el grado, no lo vendemos”, puntualizó el maestro de rigor.

(Con información de Martí Noticias)


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