En la noche de ayer se celebró el último debate entre los candidatos republicano y demócrata que aspiran a la presidencia de Estados Unidos.
Siguiendo la tendencia de debates anteriores ambos candidatos, Hillary Clinton y Donald Trump, marcaron sus diferencias e incluso intercambiaron insultos sobre temas como el acoso a mujeres, la transparencia y corrupción.
La nota sorprendente fue la negativa de Trump a garantizar que aceptara el resultado de las elecciones si pierde violando así una tradición de la política estadounidense en la trasferencia de poder.
«Cuando llegué el momento veré, por ahora lo mantengo en suspenso.» dijo Trump sobre aceptar el resultado de las elecciones que en las últimas semanas ha acusado de que están amañadas para gane Clinton.
La posición de Trump en el debate contradijo a la de su vicepresidente y jefa de campaña que horas antes habían asegurado que el candidato aceptaría cualquiera fuera el resultado.
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