Votantes de Miami podrán decidir el futuro del emblemático Marine Stadium en las elecciones de noviembre

Marine Stadium. Foto: Francisco Blanco / Shutterstock.com

El Marine Stadium de Miami, un recinto único frente a la bahía de Virginia Key, podría estar más cerca que nunca de definir su futuro tras más de tres décadas en ruinas. La Comisión Municipal convocó una reunión especial para este viernes a las 10 a. m., donde se discutirá si incluir en la boleta de las elecciones del 4 de noviembre de 2025 una propuesta para que los votantes decidan si se aprueba un contrato con la empresa privada Global Spectrum L.P. para operar y administrar el estadio.

La decisión marca un punto de inflexión en una larga saga de debates, promesas incumplidas y esfuerzos ciudadanos por salvar uno de los espacios culturales más emblemáticos de la ciudad.


Un contrato aún bajo secreto

El plan de la ciudad busca devolverle la vida al estadio mediante una concesión de gestión privada. Sin embargo, hasta el momento los detalles del contrato no han sido revelados, lo que genera incertidumbre entre los defensores del patrimonio. El administrador municipal, Art Noriega, se mostró confiado y aseguró que, por primera vez en décadas, existe un camino realista hacia la restauración: “Finalmente tenemos un plan y una trayectoria para la renovación del Miami Marine Stadium”.

Por su parte, Chris Rupp, director ejecutivo de Dade Heritage Trust, pidió cautela: “Como siempre, el diablo está en los detalles. Tiene que haber dinero no solo para operar ese estadio, sino también para restaurarlo. ¿Dónde está el dinero para la restauración? No es como si estuviera listo para intervenir y planificar eventos».

Historia de un ícono cultural

Construido en 1963 y diseñado por el arquitecto cubano Hilario Candela, el Marine Stadium fue un proyecto visionario que combinó arquitectura modernista con el paisaje natural de la bahía. Su gradería con capacidad para más de 6,000 personas fue pensada para espectáculos acuáticos y carreras de lanchas, pero rápidamente se convirtió en escenario de conciertos, eventos deportivos y mítines políticos.

Allí actuaron artistas como Jimmy Buffett y Sammy Davis Jr., y se realizaron concentraciones de figuras como Richard Nixon. Para la comunidad cubana exiliada, el estadio tuvo un valor especial, pues albergó misas dominicales para los recién llegados en los años sesenta.

Candela, fallecido en 2022, defendía hasta sus últimos días el carácter democrático y abierto del espacio: «La comunidad sintió de inmediato que estaba abierto, que era accesible. Fue para celebrar el punto en el que el agua y la tierra se unen», recordaba el arquitecto.


Tres décadas en silencio y abandono

Desde que fue clausurado tras el huracán Andrew en 1992, el estadio permaneció como una ruina urbana. Su estructura de concreto se convirtió en lienzo para grafitis y en símbolo de la falta de voluntad política para rescatar un patrimonio único.

A lo largo de los años surgieron múltiples propuestas de restauración que nunca se concretaron, en parte por los altos costos estimados en más de 60 millones de dólares, y en parte por la ausencia de consenso entre autoridades, promotores y defensores del patrimonio.

Un preludio de reactivación cultural

En los últimos años, el estacionamiento del Marine Stadium comenzó a utilizarse para festivales musicales, representaciones teatrales y eventos comunitarios, lo que despertó nuevas esperanzas de que el espacio pudiera recuperar su rol como epicentro cultural de la ciudad.

Para organizaciones locales como Dade Heritage Trust, estos usos temporales demuestran que el estadio no solo es viable como espacio cultural, sino que su recuperación tendría un fuerte impacto económico y social en la zona.

El peso de la decisión ciudadana

De aprobarse en la reunión de este viernes, el tema llegará a las urnas en noviembre y será la ciudadanía la que tenga la última palabra sobre el futuro del recinto. Se trataría de un referéndum histórico, pues pondría en manos de los votantes la posibilidad de rescatar uno de los símbolos arquitectónicos más queridos de Miami.

El desenlace también enviará un mensaje más amplio sobre cómo la ciudad gestiona su patrimonio cultural frente a las presiones del desarrollo urbano y la necesidad de generar nuevos espacios para la vida comunitaria.

Un futuro en juego

El Marine Stadium no es solo un edificio; es un símbolo de la historia reciente de Miami y de su diversidad cultural. La votación en noviembre podría decidir si se convierte nuevamente en un espacio vibrante y activo o si continúa sumido en el abandono.

Como señaló Rupp, “revivir este recinto tiene sentido”. Pero la pregunta clave sigue siendo: ¿habrá un compromiso real para financiar no solo su operación, sino también su restauración integral? La respuesta podría llegar muy pronto, y será la voz de los residentes de Miami la que determine el destino final de este ícono junto al mar.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *