Video impactante: captan en cámara rescate de un niño de 8 años que fue atacado por un tiburón de punta negra en los Cayos de la Florida

Tiburón de punta negra. Foto: Shutterstock

Un dramático incidente registrado en Key Largo, al norte de los Cayos de Florida, puso a prueba la coordinación de rescate y el coraje familiar cuando a un niño de 8 años, Richard Burrows, lo atacó un tiburón mientras practicaba esnórquel y pesca submarina junto a su padre y su hermana. El hecho, ocurrido a quedó documentado en video por cámaras corporales de los socorristas del Monroe County Sheriff’s Office, que difundieron las imágenes como ejemplo de respuesta rápida en emergencias marinas.

Un ataque en una zona prohibida para la pesca submarina

La familia Burrows se encontraba en las inmediaciones de Horseshoe Reef, un arrecife de Key Largo conocido por su abundante vida marina y por ser un área de restricción para la pesca con arpón. Según el informe policial, mientras realizaban actividades de esnórquel y pesca, un tiburón punta negra (blacktip shark) emergió repentinamente y mordió al niño en la pierna y el brazo.


El padre, identificado solo como Michael Burrows, logró sacar al menor del agua y pidió auxilio a embarcaciones cercanas. Un operador de buceo local respondió al llamado y transportó a la familia hacia el muelle de Garden Cove Marina, donde esperaban paramédicos y agentes policiales.

La intervención heroica de una niña de 10 años

Mientras los adultos intentaban controlar la situación, Rose Burrows, la hermana mayor de Richard se convirtió en la protagonista inesperada del rescate. Según los paramédicos, la niña mantuvo la calma, presionó las heridas con una toalla y evitó una hemorragia masiva mientras llegaban los servicios de emergencia.

“Su rápida acción probablemente salvó la vida de su hermano”, explicó un socorrista del Key Largo Fire Rescue, al señalar que la pérdida de sangre en ataques de tiburón suele ser la principal causa de muerte antes del arribo médico.

Respuesta y atención médica

Las imágenes divulgadas por la policía muestran a los paramédicos aplicando torniquetes y estabilizando al menor antes de su traslado en helicóptero al Jackson Memorial Hospital, en Miami. En el hospital, al niño lo sometieron a múltiples cirugías reconstructivas, incluyendo una operación de tres horas para reparar tendones y tejido dañado.

Los médicos confirmaron días después que Richard se encontraba en condición estable y con “una recuperación sorprendentemente buena”. La familia regresó posteriormente al hospital para agradecer al personal médico que “le salvó la vida”.


Reacciones y advertencias de las autoridades

El incidente ha reavivado el debate sobre la interacción entre humanos y tiburones en zonas turísticas de Florida, especialmente en los Cayos, donde el ecoturismo y la pesca recreativa conviven con una biodiversidad marina de alto valor ecológico.

Expertos del Florida Fish and Wildlife Conservation Commission (FWC) explicaron que la pesca submarina incrementa el riesgo de ataques, ya que los peces heridos liberan sangre que atrae a los depredadores. “Estas zonas protegidas no son aleatorias. Las restricciones existen para reducir los conflictos entre humanos y vida marina”, enfatizó un portavoz del FWC.

Las autoridades reiteraron que, aunque los ataques de tiburones son poco comunes, los Cayos de Florida concentran algunos de los incidentes más frecuentes del estado debido a la cantidad de turistas y buceadores en áreas coralinas. La presencia de tiburones en el estado se debe a una combinación de factores naturales y humanos.

Su ubicación geográfica —entre el Atlántico, el Golfo de México y el estrecho de Florida— crea un corredor marino ideal para la migración de numerosas especies. Las aguas cálidas durante todo el año y la abundancia de alimento, como peces y tortugas, convierten la zona en un hábitat estable y fértil para los tiburones.

Además, los arrecifes, manglares y estuarios sirven como zonas de cría y refugio para ejemplares jóvenes. Sin embargo, la alta actividad turística y pesquera incrementa el riesgo de encuentros con humanos, especialmente en playas de los Cayos, Palm Beach o Volusia. Los expertos del Florida Fish and Wildlife señalan que la pesca y el vertido de restos marinos cerca de la costa también atraen a los tiburones hacia áreas habitadas.

Florida concentra la mayoría de los ataques no provocados en Estados Unidos, aunque los especialistas subrayan que estos sucesos siguen siendo poco comunes y, en su mayoría, resultado de la confusión del animal. En 2024, el Instituto de Investigación de Tiburones de la Universidad de Florida registró un promedio de 16 ataques no fatales en el estado, la mayoría en el Atlántico y el sur de la península.

Un recordatorio sobre la seguridad marina

El caso Burrows se ha convertido en una historia de supervivencia y también en una advertencia sobre los riesgos de ignorar las zonas restringidas o entrar al agua con equipo de pesca en áreas de esnórquel. Los rescatistas y médicos que atendieron al niño destacaron la coordinación entre civiles y autoridades, el uso de torniquetes y la preparación básica en primeros auxilios como elementos cruciales. “En los Cayos, un minuto puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, comentó uno de los buzos que ayudó en el traslado.



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