
La ciudad de Miami Beach enfrenta un fuerte escrutinio público luego de que un video de vigilancia revelara el momento exacto en que un vehículo del equipo de Ocean Rescue arrolló a un hombre que descansaba en la playa. El accidente ocurrió el 17 de noviembre de 2024, cerca de la calle 4, cuando una camioneta Ford F-350 utilizada por los rescatistas pasó por encima de un bañista de 59 años que estaba tomando el sol.
Las imágenes que divulgó 7News muestran de manera clara que las ruedas delanteras y traseras hicieron contacto con el cuerpo de la víctima, lo que ha generado cuestionamientos sobre cómo se manejan los vehículos oficiales en áreas concurridas.
Testigos aseguran que, aunque la playa no estaba completamente vacía, los rescatistas transitaban sin señales de emergencia, algo que coincide con lo encontrado por los investigadores internos. El impacto provocó profundas cortes en el abdomen y las piernas del hombre, quien permaneció consciente y lo trasladaron de inmediato al Ryder Trauma Center del Jackson Memorial Hospital.
Documentos internos revelan violaciones al protocolo
La investigación preliminar del Departamento de Policía de Miami Beach, a través de su Unidad de Asuntos Internos, señala que los dos trabajadores involucrados —Kevin Stockhausen, quien conducía, y Christopher Diaz, su acompañante— incumplieron normas fundamentales del protocolo operativo. Las reglas internas establecen que ningún vehículo de Ocean Rescue debe cruzar hacia el este de los contenedores de basura sin activar luces de emergencia o sin una razón estrictamente justificada.
En este caso, los documentos muestran que los rescatistas se desplazaban por un área prohibida de la playa sin aplicar ninguna de esas medidas de seguridad. La investigación califica su actuación como “conducta despreciable dentro o fuera de servicio” y “negligencia grave”, términos que abren la puerta al despido como posible sanción. Fuentes cercanas al proceso aseguraron que la actuación de los empleados se considera una amenaza para la seguridad de los bañistas.
«La víctima fue golpeada por un rescate en el océano. Fue llevado a [Jackson Memorial Hospital] Ryder Trauma. Está consciente, alerta, consciente, respirando», manifestó un oficial de la policía.
El impacto humano y emocional del accidente
Pese a que la ciudad ha evitado ofrecer declaraciones extensas sobre el caso, se conoció que Stockhausen expresó un profundo remordimiento luego del incidente, calificándolo como uno de los momentos más dolorosos de su carrera. No obstante, familiares y visitantes de la playa han cuestionado que un vehículo de rescate opere de manera tan cercana a las personas acostadas en la arena, especialmente en un área donde los bañistas suelen descansar fuera del alcance del oleaje.
La víctima, cuya identidad no se ha revelado públicamente, permanece en recuperación. Su estado estable no minimiza la gravedad del incidente, ya que el peso del vehículo —un camión diseñado para operar sobre terrenos irregulares— representa un riesgo significativo incluso a baja velocidad. Según expertos en seguridad consultados por medios locales, estos vehículos requieren una conducción altamente cautelosa en zonas con alta densidad de personas.
«Vi todo lo que sucedió. No lo vieron, en absoluto, y eran neumáticos delanteros y traseros», dijo uno de los bañistas que presenció el lamentable incidente.
Repercusiones para Miami Beach y exigencias de cambios
Tras la difusión del video, organizaciones comunitarias y residentes de Miami Beach han comenzado a exigir una revisión integral de los procedimientos de Ocean Rescue. Algunos grupos han sugerido limitar el uso de camionetas pesadas en zonas donde haya bañistas descansando, y otros proponen alternativas como vehículos más ligeros, patrullaje a pie o banderilleros que alerten sobre la presencia de personal de emergencia.
Funcionarios de la ciudad, aunque aún no han adelantado medidas concretas, confirmaron que el incidente se analizará como parte de un plan para fortalecer la seguridad en la playa. Miami Beach ya ha enfrentado desafíos similares en el pasado relacionados con la circulación de vehículos municipales en áreas de uso público, lo que aumenta la presión por cambios estructurales en los métodos de patrullaje.
Varios hechos similares han ocurrido este año, en febrero de 2025, una turista de 71 años de Nueva York que estaba sentada en una silla de playa en Daytona Beach fue golpeada por una camioneta mientras ésta salía de un estacionamiento hacia la rampa de salida de la playa. El vehículo, un Chevrolet Colorado conducido por una mujer de 84 años, giró hacia la rampa de salida sin ver a la bañista; la rueda trasera derecha pasó por encima de su cabeza.
La mujer sufrió heridas en la cabeza y fue trasladada a un hospital con condición estable. Las autoridades señalaron que la norma de la playa prohibía que las personas se sentaran entre los autos en ese punto de la rampa.
En abril de 2025, un hombre de 33 años desde Ocala fue atropellado mientras tomaba el sol en Ormond Beach, Florida. El conductor de un Jeep, de 61 años, estaba retrocediendo para aparcar e invadió varios carriles de vehículo antes de impactarlo. El hombre sufrió fracturas graves, incluyendo fémur y antebrazo, tras haber sido atropellado mientras estaba sobre la arena.
El incidente resalta otro patrón: vehículo privado (no de rescate) circulando en zona de playa o tránsito relacionado con playa, bañista en posición vulnerable, y consecuencias físicas graves.
Un caso que podría marcar precedentes
Si la investigación concluye que hubo negligencia grave, este caso podría convertirse en un precedente para futuros procedimientos disciplinarios dentro del departamento. La ciudad deberá decidir no solo el destino laboral de los dos rescatistas, sino también si este incidente amerita una modificación más amplia en la forma en que Ocean Rescue interactúa con los visitantes en una de las playas más concurridas de Florida.
El video, ampliamente difundido en medios locales, ha amplificado el debate sobre la seguridad en las playas y la necesidad de prácticas más estrictas al operar maquinaria pesada en entornos recreativos. Por ahora, la comunidad espera respuestas claras y acciones concretas que eviten que un hecho como este vuelva a repetirse.





