Viajar dentro de EE. UU. costará más a partir de 2026 si los pasajeros no presentan REAL ID según la TSA

A partir del 1 de febrero de 2026, los viajeros que intenten abordar vuelos domésticos dentro de Estados Unidos y no cuenten con una REAL ID o un documento alternativo válido deberán pagar una tarifa obligatoria de 45 dólares. La decisión fue anunciada por la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y representa uno de los cambios más significativos en las políticas de identificación aérea desde la creación del programa tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

La medida afecta por igual a ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes, turistas y migrantes, incluyendo a miles de cubanos que dependen del transporte aéreo interno para moverse entre estados por motivos laborales, familiares o médicos. El pago será gestionado a través del nuevo sistema federal denominado Confirm.ID, una plataforma diseñada para validar la identidad de los pasajeros por diez días que aún no cumplen los requisitos de la REAL ID.


El fin de las verificaciones manuales gratuitas en los aeropuertos

Durante años, los aeropuertos han permitido que los pasajeros sin REAL ID se sometieran a un proceso de verificación manual sin costo adicional. Ese mecanismo, que requería agentes entrenados revisando documentos secundarios y haciendo preguntas de seguridad, será descontinuado por considerarse lento, vulnerable y costoso.

Con la entrada en vigor de la nueva tarifa, los viajeros deberán recurrir obligatoriamente al proceso digital de Confirm.ID, que busca agilizar el flujo en los puntos de control y reducir el margen de error en la confirmación de identidades. La TSA explicó que este cambio responde a la necesidad de modernizar un sistema que aún depende, en parte, de procedimientos creados hace más de dos décadas.

Qué es la REAL ID y por qué su implementación ha sido tan prolongada

La REAL ID surgió en 2005 como respuesta a las recomendaciones de la Comisión del 11 de septiembre. Su objetivo era crear un estándar nacional de seguridad para las licencias de conducir y las tarjetas de identificación que emiten los estados. Aunque la ley exigía su implementación en 2008, la transición se retrasó múltiples veces debido a la resistencia de varios gobiernos estatales, desafíos tecnológicos, costos administrativos y la pandemia de COVID-19.

El documento será obligatorio para abordar vuelos internos, entrar a instalaciones federales y acceder a bases militares. Aquellos pasajeros que cuenten con pasaporte vigente, credencial militar o tarjeta de residencia podrán seguir utilizando esas alternativas, pero la mayoría de los viajeros depende exclusivamente de identificaciones estatales.

Cómo funcionará el sistema Confirm.ID

El pasajero que no tenga REAL ID deberá ingresar al sistema Confirm.ID antes del viaje o directamente en el aeropuerto, donde se le solicitará información personal adicional, fotografías y documentos secundarios que permitan verificar su identidad lo que demora 30 minutos. El proceso tendrá un costo fijo de 45 dólares por persona y por vuelo.


Aunque la plataforma ofrecerá una vía alternativa para completar el chequeo, el pago no garantiza que el pasajero quede aprobado. Si la verificación falla debido a inconsistencias, errores o incapacidad del sistema para confirmar la identidad, el individuo podría perder el vuelo y el dinero abonado.

La TSA advierte que el sistema está diseñado para “verificar, no para flexibilizar”, lo que añade un grado de incertidumbre para quienes dependen de documentos vencidos o en trámite.

Por qué el gobierno federal considera este paso como “indispensable”

El Departamento de Seguridad Nacional sostiene que la nueva tarifa no tiene un fin recaudatorio, sino que forma parte de una estrategia para acelerar la transición hacia un sistema de identificación homogéneo y más seguro. Actualmente, alrededor del 94 % de los viajeros ya cuenta con identificaciones compatibles, por lo que el gobierno busca reducir el 6 % restante que todavía depende de verificaciones manuales.

En un principio, la TSA contemplaba aplicar un cargo de 18 dólares; sin embargo, la cifra terminó elevándose al calcularse que el nuevo sistema de verificación requeriría mayores recursos y costos operativos. Desde los primeros meses del año, las autoridades estadounidenses insistieron en que este documento sería imprescindible. Para enero, ya se había adelantado que su presentación sería obligatoria al momento de abordar y que los pasajeros tendrían que disponer de una licencia ajustada a los estándares federales.

En mayo, la normativa comenzó a regir de manera formal, y se aclaró que una licencia estatal convencional no sería suficiente: el documento debía incluir una estrella blanca que certificara su condición de REAL ID.

Funcionarios federales consideran que prolongar la transición solo incrementaría la vulnerabilidad del sistema de transporte aéreo, que enfrenta constantes desafíos por intentos de fraude de identidad y uso de documentos alterados.

Asimismo, la entidad subrayó que ya es posible utilizar identificaciones digitales mediante Apple Wallet, Google Wallet y Samsung Wallet, una opción disponible en más de 250 aeropuertos de todo el país.

La disposición, promovida por la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), pretende endurecer los controles y limitar las excepciones que se habían tolerado desde que la norma comenzó a aplicarse de manera parcial.

El impacto particular en la comunidad cubana

La comunidad cubana radicada en Estados Unidos será una de las más afectadas por esta nueva política federal. Miles de cubanos realizan viajes frecuentes entre ciudades como Miami, Tampa, Orlando, Nueva Jersey o Houston para visitar familiares o trabajar. Muchos de ellos no cuentan con la REAL ID debido a procesos migratorios pendientes, demoras en la obtención de licencias estatales o dificultades para renovar el pasaporte cubano, que es uno de los más costosos del mundo.

Para las familias que realizan varios vuelos internos al año, la tarifa podría representar un gasto acumulativo significativo. Organizaciones comunitarias advierten que la medida podría convertirse en un obstáculo adicional para migrantes recién llegados que dependen del transporte aéreo para trámites, citas médicas o reunificaciones familiares.

Reacciones en aerolíneas y aeropuertos mientras se acerca la fecha límite

Las principales aerolíneas estadounidenses ya han comenzado a difundir mensajes informativos a través de correos electrónicos, aplicaciones móviles y redes sociales. Compañías como American Airlines, Delta y Southwest enfatizan que el cobro de 45 dólares no es un recargo impuesto por las aerolíneas, sino un requisito gubernamental que tiene que gestionarse exclusivamente a través de la TSA.

Los aeropuertos más concurridos del país anticipan meses de transición complejos. Terminales como el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), Fort Lauderdale-Hollywood (FLL) y Orlando (MCO) se preparan para un aumento en las consultas, retrasos en los puntos de control y confusión entre los pasajeros que no comprendan la diferencia entre REAL ID, identificación estatal estándar y pasaportes extranjeros.

Lo que podría cambiar en la experiencia del viajero en 2026

Expertos en aviación coinciden en que la transición no será inmediata y que los primeros meses podrían caracterizarse por filas más largas, procesos lentos y pasajeros confundidos. Sin embargo, se espera que la medida actúe como un incentivo definitivo para que las personas obtengan la REAL ID y reduzcan la dependencia del sistema alternativo de verificación.

Organizaciones de derechos civiles y grupos comunitarios han expresado preocupación por el impacto económico en sectores de bajos ingresos, especialmente en estados donde la obtención de licencias compatibles con REAL ID enfrenta demoras o dificultades burocráticas.

Una nueva etapa en los aeropuertos de Estados Unidos

La entrada en vigor de esta medida marca un punto de inflexión en las políticas de identificación aérea del país. Para millones de pasajeros, representa una llamada de atención sobre la importancia de actualizar sus documentos antes de 2026. Para comunidades como la cubana, significa un nuevo reto económico y logístico en un momento en que muchos enfrentan procesos migratorios complejos y elevados costos de vida.

La efectividad del sistema Confirm.ID y la capacidad de los aeropuertos para absorber el impacto inicial definirán si esta transición fluirá o si generará un periodo prolongado de ajustes.


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