Unión Eléctrica marcha por Venezuela mientras millones de cubanos enfrentan más de 20 horas sin corriente

Foto: Perfil de Facebook de la Unión Eléctrica y cuenta de X de Vicente de la O Levy

En medio de una de las peores crisis energéticas de los últimos años, cuando millones de cubanos enfrentan apagones de hasta 20 horas diarias, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) y el Ministerio de Energía y Minas movilizaron a decenas de trabajadores para participar en un acto político en La Habana, en respaldo al régimen de Nicolás Maduro.

El evento, celebrado en el Vedado, frente a la estatua de Simón Bolívar, formó parte de una “Tribuna de Solidaridad con Venezuela” convocada por el régimen cubano bajo el lema #CubaConVenezuela. Los participantes desfilaron con pancartas, banderas y consignas, mientras el titular de Energía, Vicente de la O Levy, compartía en redes sociales imágenes de la marcha acompañadas del mensaje “Venceremos” al igual que lo hizo la Unión Eléctrica en su cuenta de Facebook.


El contraste entre el desfile iluminado en la capital y los apagones masivos en el resto del país generó una fuerte ola de indignación y críticas en las redes sociales, donde muchos usuarios calificaron la movilización como una muestra de desconexión y cinismo por parte del régimen.

Indignación popular y críticas en redes sociales

Las imágenes del desfile desataron una avalancha de comentarios. “Cuba se apaga y ustedes marchando”, escribió un usuario en X (antes Twitter). Otros denunciaron: “Qué ironía, tanta luz para una marcha y nosotros sin corriente». “¿Por qué no marchan para arreglar las termoeléctricas?”. “Circo y más circo”.

Muchos consideraron que el evento era una falta de respeto a las familias que pasan noches enteras sin electricidad, agua o alimentos refrigerados. “Es una burla al pueblo”, opinó una internauta desde Holguín. Otros calificaron el acto de “circo político” y de “maniobra propagandística” del gobierno.

Algunos comentarios recordaron que la UNE ya había movilizado a sus empleados semanas atrás para participar en una concentración de apoyo a Palestina, también en medio de apagones masivos, lo que refuerza la percepción de que los trabajadores del sector energético son obligados a participar en actividades políticas.


Crisis eléctrica sin solución y desigualdad territorial

El sistema eléctrico cubano atraviesa una situación crítica, con un déficit de generación superior a los 1.300 megavatios, según reconoció la propia UNE. Las averías recurrentes en las termoeléctricas, la falta de combustible y la obsolescencia del parque energético han provocado apagones generalizados que afectan tanto la vida doméstica como los servicios básicos, el transporte y la producción industrial.

En contraste, La Habana suele quedar exenta de los cortes más prolongados, especialmente en fechas de actos oficiales o visitas de autoridades extranjeras, lo que ha alimentado el malestar en provincias como Holguín, Santiago de Cuba, Camagüey o Villa Clara, donde las interrupciones superan las 18 horas diarias.

Mientras en La Habana los trabajadores del sector eléctrico desfilaban entre consignas y pancartas organizadas por el régimen, en el extremo oriental de la isla, los habitantes de Baire, en Santiago de Cuba, protagonizaban una protesta espontánea para reclamar comida, electricidad y libertad.

Videos difundidos en redes sociales muestran a decenas de personas marchando por las calles al grito de “¡Basta ya!” y “¡Libertad!”, en medio de un ambiente de tensión creciente. La respuesta del gobierno no tardó en llegar: cortes del servicio de Internet y la presencia de patrullas policiales en la zona buscaron contener el estallido social.

Propaganda internacional y prioridades del régimen

Analistas consultados por medios independientes señalan que este tipo de movilizaciones buscan mantener la narrativa de unidad con los aliados políticos de La Habana, en un momento en que el gobierno enfrenta crecientes cuestionamientos internos por la gestión de la crisis económica.

El régimen de Miguel Díaz-Canel ha intensificado sus gestos de respaldo a países como Venezuela, Irán, China y Rusia, en foros internacionales y actos públicos, mientras la población cubana lidia con una inflación galopante, escasez de alimentos y servicios básicos colapsados.

“La prioridad no es la electricidad ni la comida, es la propaganda”, comentó el economista Omar Everleny Pérez, exprofesor de la Universidad de La Habana, quien añadió que la política energética actual “está subordinada a decisiones ideológicas, no técnicas”.

Voces del arte y la sociedad civil

El malestar también se ha hecho sentir entre figuras del ámbito cultural. El actor Luis Alberto García, conocido por su postura crítica hacia el régimen, ha denunciado públicamente el deterioro del país y la falta de soluciones reales. “Cuba se cae a pedazos mientras el gobierno sigue montando tribunas políticas”, expresó en una reciente publicación, reflejando el sentir de muchos artistas e intelectuales.

Otros activistas y periodistas independientes resaltaron el contraste entre los discursos oficiales de “resistencia” y las penurias cotidianas. “La UNE desfila mientras el pueblo se cocina vivo sin ventilador”, escribió la periodista Camila Acosta, destacando el simbolismo de la imagen en un país literalmente apagado.

Entre la oscuridad y el desencanto

Mientras la UNE exhibe su “solidaridad” internacional, la vida cotidiana de millones de cubanos transcurre en penumbras, sin luz, sin agua y con una creciente sensación de abandono. En los barrios, la desesperación se mezcla con la resignación, y el humor popular —una de las pocas vías de desahogo— convierte los apagones en materia de chistes, memes y canciones.

Sin embargo, tras la ironía se esconde una realidad cada vez más cruda: el país se apaga no solo en términos eléctricos, sino también en lo social y económico, mientras las autoridades siguen priorizando los actos políticos y los gestos simbólicos sobre las soluciones concretas.

Un país que desfila hacia la oscuridad

El desfile de la UNE en apoyo a Venezuela, celebrado bajo la luz de los reflectores del Vedado, es visto por muchos como una metáfora de la Cuba actual: una nación que marcha disciplinadamente en medio de la oscuridad, donde la energía se reserva para la propaganda y el pueblo, exhausto, sigue esperando el momento de volver a encender la esperanza.

Emergencia sanitaria y deterioro del sistema de salud

Paralelamente, el país enfrenta una emergencia sanitaria que agrava el panorama social. Hospitales colapsados, escasez de sueros, medicamentos y material médico básico se combinan con brotes de dengue, chikungunya y fiebre de Oropouche en varias provincias.

El personal sanitario denuncia que los apagones también afectan las salas de terapia intensiva, los quirófanos y los bancos de sangre, donde los generadores eléctricos no siempre funcionan por falta de combustible. Médicos consultados por medios independientes señalaron que el sistema “está en estado crítico” y que las condiciones “son cada vez más insostenibles”.


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