
Una devastadora inundación repentina provocada por lluvias torrenciales ha dejado al menos 27 muertos y más de 20 niñas desaparecidas en Texas, según informaron las autoridades locales. El desastre ocurrió entre la noche del 4 y la mañana del 5 de julio, cuando el río Guadalupe se desbordó de forma súbita, alcanzando niveles históricos y sorprendiendo a residentes y campistas en la región.
La tragedia ha afectado especialmente al Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas situado a orillas del río. Entre 23 y 27 menores que se encontraban en el lugar continúan desaparecidas, mientras los rescatistas trabajan sin descanso para localizarlas. Hasta el momento, dos niñas del campamento han sido confirmadas entre las víctimas mortales.
“Estamos comprometidos en esta misión de búsqueda y rescate las 24 horas”, declaró un portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, que coordina las labores junto a más de 1.000 efectivos, drones y helicópteros. Las autoridades temen que algunas de las niñas puedan haber quedado atrapadas o incomunicadas por el derrumbe de estructuras y la fuerza del agua.
Fundado en 1926, Camp Mystic acoge cada verano a centenares de niñas que participan en actividades al aire libre junto al río Guadalupe, hoy convertido en un torrente destructor. Otras instalaciones cercanas, como Camp La Junta y Camp Waldemar, también fueron evacuadas, aunque sin reportar víctimas hasta el momento.
El gobernador Greg Abbott declaró el estado de desastre en la zona y solicitó asistencia federal para atender la emergencia. El presidente Donald Trump expresó sus condolencias y prometió recursos para apoyar las labores de rescate y recuperación.
Meteorólogos advierten que las lluvias podrían continuar en la región durante los próximos días, elevando el riesgo de nuevas crecidas. Las autoridades instan a la población a extremar precauciones y evitar desplazarse por áreas inundadas.
La comunidad local se encuentra sumida en la angustia mientras familiares y voluntarios difunden imágenes y datos de las niñas desaparecidas, con la esperanza de un milagro. El desastre ha reabierto el debate sobre la seguridad de campamentos y viviendas en zonas propensas a inundaciones súbitas.
Las labores de búsqueda seguirán de manera ininterrumpida, en una carrera contrarreloj por encontrar con vida a las menores desaparecidas.