Termoeléctrica de Mariel vuelve a fallar: la unidad 6 sale de servicio minutos después de entrar al sistema: «¡La Navidad fue excelente…y el fin de año promete!»

El sistema eléctrico cubano volvió a mostrar este jueves su extrema fragilidad tras la salida inesperada de la unidad 6 de la central termoeléctrica Máximo Gómez, ubicada en Mariel, pocos minutos después de haber sido incorporada al Sistema Electroenergético Nacional (SEN). El incidente, ocurrido a las 9:58 de la mañana, se produjo en medio de una jornada ya marcada por múltiples averías en otras plantas del país y por apagones prolongados que continúan afectando a millones de personas.

La desconexión casi inmediata de la unidad, que había sido sincronizada tras trabajos técnicos previos, frustró las expectativas de alivio en el suministro eléctrico y volvió a colocar el foco sobre el deterioro estructural del parque termoeléctrico cubano.


Un regreso que duró apenas minutos

Según informó la Unión Eléctrica de Cuba (UNE en su cuenta de Facebook), la unidad 6 salió de servicio poco después de haber entrado en funcionamiento, sin que se ofrecieran detalles precisos sobre la naturaleza del fallo. En redes sociales, ciudadanos señalaron que la unidad no llegó siquiera a operar durante una hora, lo que reforzó la percepción de improvisación y de falta de fiabilidad en las reparaciones realizadas.

La UNE se limitó a indicar que las causas de la avería se estaban investigando, un patrón habitual en la comunicación oficial sobre incidentes energéticos, que rara vez incluye explicaciones técnicas detalladas o cronogramas claros para la recuperación de la capacidad perdida.

Un día marcado por fallas múltiples

El anuncio se produjo apenas minutos después de que la empresa asegurara, a las 9:03 de la mañana, que la unidad había logrado sincronizarse al sistema. La rápida sucesión de mensajes terminó subrayando la precariedad con la que operan las plantas generadoras y la inestabilidad crónica que sigue marcando al Sistema Electroenergético Nacional (SEN).

La salida de la unidad 6 no fue un hecho aislado, en el mismo parte oficial, la UNE reportó la desconexión de la unidad 3 de la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos, a causa de una falla eléctrica, así como la salida del bloque 8 de la propia central Máximo Gómez, provocada por un salidero en el economizador, un componente clave en el proceso de aprovechamiento del calor.

Aunque durante la jornada se logró incorporar dos unidades de la termoeléctrica Diez de Octubre, estas entradas apenas lograron compensar parcialmente las pérdidas, manteniendo al SEN en un equilibrio inestable, donde cada mejora momentánea es anulada por una nueva avería.


Un sistema envejecido y sin margen de error

La reiteración de fallas en distintas centrales confirma el estado crítico del sistema termoeléctrico cubano, compuesto en su mayoría por plantas que superan los 30 y 40 años de explotación. La combinación de infraestructura obsoleta, déficit de mantenimiento, escasez de piezas de repuesto y limitaciones financieras ha reducido al mínimo el margen de maniobra de los operadores del sistema.

Especialistas señalan que, en estas condiciones, las unidades que regresan al SEN lo hacen bajo un alto riesgo de fallos tempranos, especialmente durante el proceso de sincronización y estabilización de carga, uno de los momentos más delicados en la operación de una central termoeléctrica.

Apagones prolongados y desgaste social

El impacto directo de estas fallas se refleja en la vida cotidiana de la población. En numerosas provincias, los apagones superan las 18 y hasta 20 horas diarias, afectando no solo el confort doméstico, sino también la conservación de alimentos, el acceso al agua, las telecomunicaciones y el funcionamiento de servicios esenciales como hospitales y centros educativos.

La incertidumbre sobre los horarios de apagones y la frecuencia de las fallas ha generado un creciente desgaste social, especialmente en fechas sensibles del calendario, cuando las expectativas de estabilidad eléctrica suelen ser mayores.

Reacciones en redes sociales: frustración, ironía y desgaste

La nueva salida de servicio de la unidad 6 generó una rápida oleada de reacciones en redes sociales, donde usuarios expresaron frustración, incredulidad e incluso ironía ante lo ocurrido. Comentarios como “no duró ni lo que tarda un café en colarse” o “la sincronizaron para la foto” circularon ampliamente, reflejando el escepticismo de la ciudadanía frente a los anuncios oficiales sobre la recuperación del sistema.

Otros usuarios señalaron el carácter repetitivo de estos episodios, afirmando que cada vez que se anuncia la entrada de una unidad, otra sale de línea, lo que convierte cualquier mejora en un alivio momentáneo. También hubo mensajes que cuestionaron la falta de información técnica clara y la ausencia de plazos concretos para la solución de las averías.

En varios comentarios se repitió la idea de que el sistema eléctrico funciona “a prueba y error”, mientras que algunos internautas compararon la situación actual con apagones de décadas anteriores, subrayando que la crisis energética ha alcanzado niveles sin precedentes en duración y frecuencia.

Un ciclo que se repite

La salida de servicio de la unidad 6 de la termoeléctrica Máximo Gómez se suma a una larga lista de incidentes similares registrados en los últimos meses, donde unidades que regresan al sistema vuelven a fallar en cuestión de horas o días. Este ciclo constante de entradas y salidas evidencia que las soluciones aplicadas son, en gran medida, temporales y no atacan los problemas de fondo del sistema energético nacional.

Mientras las autoridades insisten en los esfuerzos por sostener el SEN y reducir el déficit de generación, los hechos continúan mostrando que la red opera al límite de sus capacidades, con una dependencia creciente de parches técnicos y con escasa capacidad para absorber nuevas contingencias.

Un panorama sin soluciones inmediatas

Hasta el momento, no se ha informado cuándo la unidad 6 podrá reincorporarse nuevamente ni si la avería detectada implicará una reparación prolongada. La falta de información concreta mantiene la incertidumbre tanto para los ciudadanos como para los sectores productivos, que dependen de un suministro eléctrico estable para operar.

Lo ocurrido este jueves refuerza una realidad persistente: la crisis energética en Cuba no es coyuntural, sino el resultado de años de deterioro acumulado. Sin inversiones estructurales de gran escala y sin un plan integral de modernización, cada nueva falla, como la registrada en la termoeléctrica Máximo Gómez, seguirá profundizando una situación que ya se ha convertido en parte del día a día del país.


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