La ciudad de Tampa ha marcado un hito climático este domingo 27 de julio al registrar por primera vez en su historia 100 grados Fahrenheit (37,8 °C), un récord absoluto desde que se llevan registros en 1890. El dato fue confirmado por el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en su estación ubicada en el Aeropuerto Internacional de Tampa, a las 3:30 p.m.
La marca supera el anterior récord de 99 °F (37,2 °C), alcanzado el 26 de junio de 2020 y también en 1985, así como el récord mensual de julio que databa de 1942. Además, el nuevo registro rompió el récord diario del 27 de julio, que era de 97 °F, establecido en 1996.
Ola de calor persistente azota la región
Tampa se encuentra en el centro de una ola de calor extrema que afecta gran parte de Florida, con temperaturas diurnas y nocturnas muy por encima de los promedios habituales para esta época del año. Las autoridades meteorológicas pronostican que el termómetro continuará marcando máximas de 97 a 98 °F durante los próximos días, y mínimas que no bajarán de los 80 °F (26,6 °C), lo que dificulta la recuperación térmica del organismo durante las noches.
La sensación térmica –producto de la combinación entre calor y humedad– ha llegado a superar los 105 °F (40,5 °C), lo que aumenta el riesgo de golpes de calor, deshidratación y complicaciones en grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
¿Por qué Tampa no había llegado antes a los 100 °F?
A pesar de su clima cálido, Tampa rara vez había alcanzado temperaturas tan extremas debido a una serie de factores naturales. Su cercanía a la Bahía de Tampa y al Golfo de México suele generar brisas marinas que refrescan el aire, especialmente en horas de la tarde. Además, las frecuentes tormentas de verano y el alto contenido de humedad generalmente impiden que el aire se caliente lo suficiente como para llegar a los tres dígitos Fahrenheit.
Este récord, sin embargo, rompe ese patrón histórico y se suma a una serie de fenómenos meteorológicos extremos que, según expertos, podrían estar vinculados al cambio climático global. El aumento sostenido de las temperaturas medias y la frecuencia de olas de calor intensas se ha convertido en una tendencia alarmante en muchas partes del mundo, incluida la península de Florida.
Autoridades en alerta: recomendaciones y advertencias
Las autoridades locales y estatales han emitido advertencias para que la población adopte medidas preventivas frente al calor extremo. Las recomendaciones incluyen:
- Evitar la exposición al sol entre las 11:00 a.m. y las 5:00 p.m.
- Beber agua de forma constante, incluso sin sentir sed.
- Vestir ropa ligera, usar protector solar y gorra.
- No dejar niños, adultos mayores ni mascotas dentro de vehículos.
- Revisar a vecinos vulnerables o personas que viven solas.
Además, algunos centros comunitarios han habilitado espacios climatizados para que las personas sin aire acondicionado puedan refugiarse durante las horas más críticas del día.
“El hecho de que Tampa haya alcanzado los 100 °F por primera vez no es casualidad, sino un síntoma claro del calentamiento global que ya está afectando a nuestras ciudades”, advirtió la doctora Mariana Soto, portavoz de la Agencia de Protección Ambiental de Florida (FDEP). “Este tipo de eventos extremos van a ser cada vez más frecuentes, y debemos prepararnos para ello con infraestructura resiliente y políticas de mitigación climática”.
Por su parte, Jason Larkin, climatólogo del Centro Nacional de Datos Ambientales (NCEI), señaló que “las ciudades costeras como Tampa no estaban acostumbradas a estos valores por su dinámica atmosférica, pero ahora el calentamiento está superando esas barreras naturales”.
Cambio climático y desafíos para el futuro
El récord alcanzado en Tampa no es un hecho aislado, sino parte de un patrón creciente de fenómenos climáticos extremos que afectan a ciudades costeras y regiones tropicales. Según científicos del Centro Nacional de Información Ambiental de EE.UU., el incremento de temperaturas en zonas urbanas como Tampa está relacionado con el fenómeno de “islas de calor”, donde la concentración de asfalto y concreto aumenta la retención térmica.
Esto plantea desafíos significativos para la infraestructura urbana, la planificación de emergencias de salud pública y el diseño de sistemas de energía, ya que el uso de aire acondicionado se dispara y puede generar sobrecargas en la red eléctrica.
La geografía costera de Tampa Bay ejerce una fuerte influencia sobre su clima, marcada principalmente por la cercanía al Golfo de México. Esta gran masa de agua desempeña un papel clave como generadora de humedad, lo que contribuye a que la región experimente condiciones especialmente húmedas durante gran parte del año. Además, el Golfo favorece la aparición de microclimas locales, como el sistema de brisas marinas.
Durante las horas diurnas, la tierra se calienta más rápidamente que el agua, provocando que el aire fresco del mar se desplace hacia el interior. Esta corriente marina no solo alivia el calor, sino que también suele dar origen a nubosidad e incluso tormentas. Al caer la noche, el fenómeno puede invertirse, ya que el terreno pierde temperatura con mayor rapidez que el agua, generando un flujo de aire en sentido contrario.
Estas variaciones se deben a que el agua posee una mayor capacidad para almacenar calor que la tierra, lo que explica por qué en un día caluroso de primavera la arena quema bajo los pies, mientras que el mar aún se mantiene frío. Por esta razón, las zonas ubicadas cerca de la costa tienden a registrar oscilaciones térmicas más moderadas que aquellas situadas tierra adentro.
¿Habrá alivio pronto?
Los modelos meteorológicos prevén algunas tormentas aisladas durante la semana, especialmente entre martes y jueves, lo que podría ofrecer un leve alivio. Sin embargo, los expertos advierten que el patrón general se mantendrá caluroso y húmedo durante el resto del verano, como es típico en Florida, aunque con una intensidad superior a lo habitual.
En resumen, Tampa ha entrado en una nueva etapa climática al romper la barrera simbólica y física de los 100 °F. Mientras la ciudad se adapta a este nuevo panorama, los expertos coinciden en que es hora de revisar políticas urbanas, ambientales y de salud pública para enfrentar un futuro más caluroso y extremo.