
La noche del lunes, más de 80 personas entre activistas, sindicalistas y miembros de organizaciones comunitarias de Syracuse se congregaron en Clinton Square para exigir la liberación de los cubanos Alcibiades Lázaro Ramírez González (Alex) y su esposo Yannier Vázquez Hidalgo (Yan), detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Entre velas, pancartas y discursos, los manifestantes denunciaron lo que consideran una detención arbitraria y una amenaza seria para la seguridad de la pareja, que podría ser deportada a Cuba.
El acto se desarrolló en un ambiente de solidaridad y preocupación genuina donde se desplegaron pancartas que exigían “Libertad para Alex y Yan”. Familias inmigrantes de distintos orígenes asistieron no solo para apoyar a Alex y Yan, sino para visibilizar el miedo que la actual política migratoria está generando en comunidades enteras.
Una vida reconstruida en el norte de Nueva York
La historia de Alex y Yan es representativa de muchos migrantes LGBTQ+ que buscan refugio en Estados Unidos. Ambos llegaron desde Cuba huyendo de episodios de homofobia, acoso y agresiones que —según testimonios familiares y activistas— marcaron profundamente su vida en la Isla. En Syracuse encontraron un camino distinto: trabajo estable, una relación formalizada mediante matrimonio y una red comunitaria que los adoptó como parte de su tejido social.
Alex trabajaba como conserje en la universidad local y Yan como supervisor, empleos que les permitieron estabilidad económica y un sentido de pertenencia. Para sus compañeros de trabajo, su detención resulta incomprensible precisamente porque cumplían con sus obligaciones laborales y acudieron voluntariamente a las citas migratorias.
Una cita migratoria que terminó en arresto
El 29 de octubre debía ser un día clave para la pareja: una cita rutinaria ante inmigración que muchos esperaban que se convirtiera en el paso final para obtener autorización de residencia. Pero la visita terminó con un giro inesperado. ICE los detuvo y los trasladó al centro de detención de Batavia, en el oeste del estado de Nueva York.
Desde entonces, familiares y amigos denuncian falta de claridad por parte de las autoridades. Argumentan que la pareja no representa riesgo, ha sido responsable en sus procesos y presenta un arraigo significativo en Syracuse.
Temor a un regreso a Cuba
El mayor miedo expresado durante la vigilia es que ambos sean deportados a Cuba, donde ya han enfrentado discriminación, agresiones y presiones debido a su orientación sexual. Activistas LGBTQ+ recordaron que, aunque Cuba ha realizado cambios legales recientes, persisten episodios de violencia y hostigamiento institucional hacia personas de la comunidad, especialmente aquellas que han solicitado asilo o han criticado al gobierno.
“Si regresan, no sabemos qué podría pasar. Han sufrido mucho por ser quienes son”, expresaron sus partidarios durante el acto.
Sindicalistas y líderes comunitarios se suman al reclamo
CSEA Local 615, sindicato al que pertenece uno de los detenidos, fue uno de los organizadores de la vigilia. Sus representantes acusaron a ICE de actuar de forma desproporcionada y de ignorar el arraigo laboral de la pareja. La organización United University Professions (UUP) también se pronunció, afirmando que el caso demuestra la urgencia de reformas migratorias más humanas.
“Alex y Yan son parte de la comunidad de Syracuse y no vamos a dejar de luchar hasta traerlos de vuelta. Estuve orgulloso de acompañar a aliados comunitarios, sindicatos y a su familia para exigir su liberación, y la de todas las personas detenidas injustamente”, escribió en X Alexander Mario, auditor de la ciudad de Syracuse.
Los sindicatos no solo aportan respaldo moral, sino que también impulsan presión política directa a congresistas del estado de Nueva York para que intervengan ante las agencias migratorias y eviten la deportación.
Ali Cottrell, quien encabeza el sindicato local, resaltó que “lo que estamos diciendo ya no se queda dentro de las fronteras del estado; ahora también resuena en la esfera federal”. Con esas palabras, intentó infundir esperanza en la familia afectada y, a la vez, enviar un recordatorio a Washington en medio de un escenario donde las detenciones de ICE han repuntado desde la llegada de la administración de Donald Trump.
Audiencias que definirán su futuro
El proceso migratorio avanza con dos fechas clave la primera el 3 de diciembre que se desarrollará la audiencia de Yan y el 13 de enero que corresponde a la de Alex.
Abogados y activistas señalan que estas audiencias serán decisivas para determinar si pueden continuar luchando por su estatus dentro de Estados Unidos o si ICE insistirá en una deportación inmediata.
Una detención en medio de nuevas políticas migratorias
El caso se produce en un contexto nacional de mayor escrutinio migratorio. Bajo la administración del presidente Donald Trump, ICE ha intensificado las detenciones y ha retomado políticas más estrictas hacia quienes se encuentran en procesos pendientes, incluso si tienen empleos formales, cumplen con citas y carecen de antecedentes penales.
Organizaciones de derechos civiles en Nueva York afirman que el arresto de Alex y Yan forma parte de un patrón creciente: personas que acuden a citas migratorias para avanzar en sus casos y terminan detenidas sin explicación clara.
Solidaridad y presión social en aumento
Desde que el caso se hizo público, la comunidad de Syracuse ha iniciado campañas de recaudación de fondos, cadenas de correos electrónicos a congresistas y peticiones online.
Según informó Syracuse.com, varios de los asistentes no pudieron evitar emocionarse al recordar que, mientras la ciudad se llena de luces y se prepara para las celebraciones de fin de año, muchas familias vivirán estas fechas con un vacío palpable en la mesa. Sus seres queridos pasarán la temporada lejos de casa, detenidos en centros migratorios.
“Queríamos que volvieran a casa para las fiestas”, dijo. “Pero traerlos a casa es el objetivo final. Esto no nos detendrá”, dijo Mindy Heath, presidenta del capítulo UUP en Upstate. Los organizadores prometieron mantener las vigilias y acciones públicas hasta que Alex y Yan recuperen su libertad o, al menos, salgan del centro de detención mientras avanza su proceso.





