
Los activistas se quejaban de que la doctora de su consultorio médico, Arianne Brooks López, le suspendió algunos medicamentos como la amitriptilina y el nitrazepan. Además, los amenazó con retirarles la nevirapina, la lamiduvina y sidoduvina, «todos vitales para prolongar la vida de estos pacientes».
Los opositores acusan a la seguridad del estado de manipular a los doctores para hacer presión sobre ellos a costa de la enfermedad que tienen.






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