“Su paquete fue destruido”: crece la indignación contra UPS en todo Estados Unidos tras nuevas normas aduaneras

UPS de EE.UU. Foto: Shutterstock

La compañía UPS enfrenta una oleada de críticas y reclamos en todo Estados Unidos luego de que cientos de clientes denunciaran que sus paquetes fueron destruidos, devueltos o retenidos indefinidamente por motivos aduaneros. El problema, que comenzó a intensificarse a finales del verano, está vinculado a los cambios recientes en las políticas de importación implementadas tras la eliminación de la exención arancelaria conocida como “de minimis”, una disposición que exoneraba del pago de impuestos a envíos con valor inferior a 800 dólares.

La nueva normativa, impulsada durante la administración Trump, impone controles más estrictos, tarifas adicionales y mayores exigencias documentales, lo que ha desatado un embudo burocrático en los centros de procesamiento de aduanas y en las propias instalaciones logísticas de UPS que según CBS News a comenzado a desechar algunos bultos.


Paquetes “desechados” ante la falta de información

Según reportes de Telemundo 51 y Telemundo Washington DC, cuando la compañía no logra obtener la documentación completa requerida por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), procede —después de varios intentos de contacto con los remitentes— a devolver o “desechar” los paquetes, una práctica que implica su destrucción definitiva.

“UPS intenta contactar a los clientes hasta tres veces antes de tomar medidas, pero si no hay respuesta, debe actuar conforme a las regulaciones aduaneras”, indicó un portavoz de la empresa.

Sin embargo, la política ha generado indignación entre consumidores y pequeñas empresas, que consideran inaceptable que mercancías correctamente enviadas, facturadas y pagadas terminen destruidas sin opción de recuperación.

«Nunca había visto algo así. Es algo sin precedentes», dijo el gerente de corretaje de Express Customs Clearance, Matthew Wasserbach en relación al retraso en los trámites de UPS.

Cambios contradictorios y pérdida de confianza

Los clientes denuncian que los sistemas de rastreo de UPS ofrecen mensajes confusos o inconsistentes: algunos paquetes figuran como “en tránsito”, luego “retenidos en aduanas”, y finalmente “destruidos”, sin una explicación clara del proceso. En redes sociales abundan los testimonios de personas que aseguran haber perdido productos de alto valor económico o sentimental, como artículos electrónicos, repuestos de automóviles, piezas de arte o regalos familiares enviados desde el extranjero.


“Primero me dijeron que el paquete no había sido liberado por aduanas, luego que estaba en camino, y al final apareció como destruido. Nadie supo explicarme qué pasó”, relató una usuaria afectada al noticiero Telemundo 51.

Entre los envíos afectados aparecen productos tan diversos como té importado, telescopios astronómicos, delicadas piezas de cristalería y costosos instrumentos musicales, algunos con precios que superan los varios miles de dólares. Muchos de ellos permanecen retenidos sin explicación o simplemente se esfumaron del sistema logístico.

Pero no todo se reduce a pérdidas materiales. También hay historias marcadas por la carga emocional de los paquetes: cuadernos de notas personales, diplomas académicos cuidadosamente guardados e incluso anillos de compromiso que nunca llegaron a destino, dejando a sus remitentes con una amarga sensación de vacío.

Las quejas no tardaron en viralizarse. En foros como Reddit, los usuarios comparten relatos de frustración sobre artículos de belleza, piezas de arte y colecciones personales extraviadas, en lo que ya se ha convertido en una avalancha de denuncias y reclamos públicos contra la compañía.

Un impacto directo sobre los pequeños negocios

El caos aduanero también golpea con fuerza a emprendedores y pequeñas empresas que dependen de las importaciones para mantener sus operaciones. Varios importadores señalan que la nueva política ha provocado retrasos de semanas, pérdidas financieras y rupturas en la cadena de suministros, especialmente entre los que trabajan con productos personalizados o de temporada.

“Esta situación nos está arruinando. Teníamos mercancía lista para la venta de otoño, y UPS la destruyó sin previo aviso. No hay forma de recuperarla ni de reclamar los costos de producción”, afirmó un empresario de Nueva Jersey.

La importadora de té Lauren Purvis, radicada en Portland, Oregon, denunció que cinco de sus envíos procedentes de Japón, en su mayoría cargados con té verde matcha y valorados en más de 127,000 dólares, fueron despachados recientemente a través de UPS. Los paquetes llegaron hasta el centro internacional de procesamiento de la compañía en Louisville, Kentucky, pero desde entonces su paradero es incierto.

Purvis asegura que no ha recibido ninguno de los cargamentos y que solo ha obtenido notificaciones confusas y contradictorias en el sistema de seguimiento de la empresa, lo que ha incrementado su preocupación y la de otros clientes en una situación similar.

«Lo sentimos, su paquete no pasó la aduana y ha sido retirado de la red de UPS. Según las normas aduaneras, ha sido destruido. Para obtener más información, póngase en contacto con el remitente», fue el mensaje que recibió una persona identificada como AJ quien mandó a pedir por UPS desde Japón una mochila, libros de japonés y una almohada y todavía no lo ha recibido.

Tiempo después le enviaron un mensaje en el que le informaban que el paquete estaba en camino por Import Scan, Louisville, Kentucky. Al siguiente día recibió otra notificación de que lo sentían, pero su paquete quedó destruido.

«No se pudo entregar. El paquete no pudo despacharse debido a un retraso en la aduana o a la falta de información. Se intentó contactar al remitente. El paquete ha sido desechado», le notificaron finalmente.

UPS y las autoridades bajo presión

UPS insiste en que cumple con todas las normas aduaneras vigentes y que el porcentaje de paquetes afectados es bajo en comparación con el volumen total de envíos. Según datos internos, la empresa logra que más del 90 % de los paquetes sean liberados por aduanas el mismo día, pero el 10 % restante —que equivale a miles de envíos diarios— puede quedar retenido o ser descartado.

Hasta el momento, ni UPS ni la CBP han revelado cifras oficiales sobre la cantidad exacta de paquetes destruidos, aunque fuentes del sector estiman que el número podría superar varios miles solo en el último mes.

La falta de transparencia ha llevado a legisladores y asociaciones de consumidores a pedir explicaciones y una revisión de los procedimientos aduaneros. Algunos expertos señalan que el endurecimiento de los controles busca frenar el ingreso masivo de productos fabricados en Asia que ingresaban al país sin pagar aranceles, pero advierten que las consecuencias recaen sobre los consumidores comunes.

Efectos colaterales: del comercio electrónico al envío personal

El problema afecta tanto a compradores en línea como a quienes reciben envíos personales desde el extranjero. Familias migrantes han denunciado la pérdida de ropa, medicinas, documentos y objetos familiares que fueron destruidos por UPS al no superar el proceso de liberación.

Asimismo, plataformas de comercio electrónico internacionales —como AliExpress, Shein o Temu— enfrentan demoras y devoluciones en masa, afectando la logística de miles de vendedores que dependen del mercado estadounidense.

“Estamos ante una tormenta perfecta: más regulación, menos personal en aduanas y un sistema que no da abasto”, explicó un analista de comercio internacional citado por Telemundo. “El resultado es un colapso silencioso que castiga tanto al consumidor como a las empresas”.

“Debido a los cambios en las regulaciones de importación de EEUU, estamos viendo muchos paquetes que no pueden despacharse en la aduana debido a la falta o incompleta información sobre el envío requerida para el despacho aduanero”, refirió UPS en un comunicado recientemente.

Al mismo tiempo afirmó que está realizando múltiples gestiones para recabar la información faltante y así poder liberar los paquetes retenidos. Según la empresa, se contacta hasta tres veces con los remitentes en un intento por resolver las inconsistencias y despachar los envíos que permanecen retrasados.

En aquellos casos en que logran obtener la información requerida para liberar el envío, hay dos alternativas posibles”, según un portavoz de la compañía el cual detalla el protocolo que siguen ante los paquetes que permanecen en suspensión.

“Primero, el paquete puede devolverse al remitente original a su cargo. Segundo, si el cliente no responde y el paquete no puede despacharse para su entrega, la eliminación del envío cumple con las regulaciones aduaneras de EEUU. Seguimos trabajando para superar la brecha de comprensión relacionada con los nuevos requisitos y, como siempre, mantenemos nuestro compromiso de servir a nuestros clientes”, explicó el vocero.

Posibles soluciones y advertencias futuras

Expertos en logística y derecho comercial sugieren que la única salida inmediata es reforzar la coordinación entre las empresas de mensajería y la CBP, además de ofrecer canales digitales más eficientes para que remitentes y destinatarios puedan aportar información faltante.

Mientras tanto, las recomendaciones para los usuarios son claras: verificar la documentación aduanera antes del envío, mantener comunicación constante con el transportista y evitar paquetes sin valor declarado o con descripciones ambiguas.

Aunque UPS asegura estar “trabajando para minimizar las interrupciones y garantizar el cumplimiento de las leyes comerciales”, la polémica deja al descubierto la fragilidad del sistema logístico estadounidense ante cambios regulatorios abruptos.


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