La Guardia Costera de Estados Unidos informó esta semana la intercepción de seis migrantes cubanos en aguas cercanas a las Bahamas, cuando intentaban salir ilegalmente de Cuba rumbo a territorio estadounidense. La operación estuvo a cargo de la tripulación del guardacostas Robert Yered, que localizó la embarcación improvisada y trasladó a los migrantes a bordo de su unidad. Posteriormente, los cubanos fueron entregados a las autoridades de Bahamas, país en cuyas aguas territoriales fueron interceptados, según confirmaron voceros de la Guardia Costera a través de sus redes sociales.
“A pesar de los riesgos mortales, los migrantes continúan emprendiendo estos viajes peligrosos debido a la crisis humanitaria en Cuba, que incluye apagones prolongados, inflación galopante, un sistema de salud en deterioro y crecientes restricciones políticas”, señala el comunicado.
De acuerdo con la fotografía que publicó la Guardia Costera el medio empleado por los antillanos era una embarcación rústica con una vela y poco espacio para los integrantes del grupo, lo que evidencia el deseo y la desesperación de salir lo más rápido posible de la crisis en Cuba.
El pasado 13 de junio la Guardia Costera de Estados Unidos rescató a un grupo de 20 cubanos varados en Anguilla Cay (Bahamas), procediendo luego a entregarlos a las autoridades locales. El operativo incluyó apoyo aéreo de CBP que suministró alimentos, agua y radio y formó parte de la Operación Vigilant Sentry, dirigida a reducir entradas marítimas irregulares.
Las autoridades estadounidenses han advertido en repetidas ocasiones que las personas que sean interceptadas en el mar no podrán ingresar a EE. UU. ni serán elegibles para beneficios migratorios, y en la mayoría de los casos son repatriadas a Cuba o entregadas a los países donde sean detectadas.
En los últimos años, EE. UU. ha implementado acuerdos de deportación y ha endurecido los procesos de asilo, buscando frenar el flujo de migrantes que arriesgan sus vidas en travesías marítimas extremadamente peligrosas. Las autoridades estadounidenses insisten en que quienes intenten entrar de manera ilegal no serán admitidos ni recibirán beneficios migratorios.
Del lado cubano, las causas de estos éxodos siguen profundamente arraigadas en una crisis social y económica que se ha agudizado en los últimos años. Cuba enfrenta una severa escasez de alimentos, medicinas y productos básicos, agravada por la inflación, cortes prolongados de electricidad y la falta de libertades políticas.
Las manifestaciones antigubernamentales de julio de 2021 marcaron un punto de quiebre y, aunque fueron reprimidas, revelaron el profundo descontento social. Desde entonces, muchos cubanos han buscado salir del país por cualquier vía, incluso arriesgando sus vidas en balsas improvisadas o mediante rutas terrestres hacia Centroamérica y México para luego intentar cruzar hacia EE. UU.
Aunque el número de balseros cubanos ha disminuido en comparación con los picos migratorios de décadas pasadas, los intentos de fuga persisten, reflejando el profundo malestar social y la desesperación que prevalece en la isla. El caso de estos seis migrantes es otro ejemplo de una crisis migratoria que, lejos de detenerse, continúa alimentada por las difíciles condiciones de vida en Cuba.
La Guardia Costera reafirmó su compromiso de proteger las fronteras marítimas y reiteró su llamado a evitar los viajes ilegales, que representan un alto riesgo para la vida humana debido a las peligrosas condiciones del mar y la precariedad de las embarcaciones empleadas. En ese sentido hicieron un llamado a la comunidad a informar sobre este tipo de hechos que ponen en peligro la vida de las personas en el mar contactando al 911 o al número local 561-838-5454.