
La nueva medida permite a los esposos, hijos, padres, abuelos y nietos de propietarios de viviendas en La Habana transitar libremente por la capital sin tener que pedir los permisos requeridos. El decreto de 1997 fue muy criticado por limitar la libertad de movimiento de los ciudadanos cubanos dentro de la isla llegando a multar a quinees vinieran a La Habana son los permisos correspondientes. Esta es otra de las medidas del gobierno de Raúl Castro aunque la reforma de inmigración muy esperada por todos los cubanos no acaba de llegar.






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